Crisis en cuatro ciudades de Colombia por falta de medicamentos en EPS intervenidas por el Gobierno

Una situación crítica vivieron en los últimos días miles de pacientes en Colombia a causa de la demora y escasez de medicamentos vitales en los dispensarios de Empresas Promotoras de Salud intervenidas por el Gobierno, principalmente la Nueva EPS. 

Y la situación se agravó este martes luego de que el presidente Gustavo Petro, en un polémico pronunciamiento, pidiera allanar las bodegas de las farmacéuticas del país. 

La situación más dramática se vivió en Cali, donde Disfarma, único dispensario para la entrega de medicamentos, colapsó con las filas de los pacientes. Allí, el tema escaló hasta el punto que unas 400 personas decidieron ‘acampar’ y quedarse a dormir en ese lugar con tal de asegurar los primeros puestos de atención al público.

Algo similar pasó en Bogotá, en la sede del dispensario Audifarma, en el barrio Restrepo, sur de Bogotá. Allí, desde las primeras horas de la madrugada, cientos de pacientes, muchos de ellos de avanzada edad, buscaban que su entidad de salud les entregara desde una crema para una alergia hasta un medicamento para dolencias cardiacas.

Allí unas 400 personas decidieron ‘acampar’ y quedarse a dormir en ese lugar con tal de asegurar los primeros puestos de atención al público. Algo similar pasó en Bogotá, en la sede del dispensario Audifarma, en el barrio Restrepo, sur de Bogotá. 

En ese lugar,  desde las primeras horas de la madrugada, cientos de pacientes, muchos de ellos de avanzada edad, buscaban que su entidad de salud les entregara desde una crema para una alergia hasta un medicamento para dolencias cardiacas.

En ese sector las filas comenzaron a las 4:30 de la madrugada. Ariel Ruiz, de 77 años, tuvo que transportarse desde la localidad de Rafael Uribe hasta Antonio Nariño a buscar Salbutamol para el asma, pero no encontró. “Esta fórmula se me vence pronto, si no encuentro el medicamento, me tocará comprarlo por mi cuenta o renovar la fórmula, otro trámite”, dijo.

Jenny Molina, por su parte, hizo una fila dos horas y cuando llegó a la ventanilla le dijeron lo mismo que a Ariel: “no hay, vuelva la otra semana”. “He venido cuatro veces este mes. Vengo por 15 medicamentos y me dicen que no hay ninguno, me proponen que me los llevan a la casa, pero no me gusta porque llegan incompletos”, aseguró.

Y mientras los pacientes esperan, la polémica no cesa. El presidente Gustavo Petro, este viernes, responsabilizó directamente a las farmacéuticas de la escasez de medicamentos. En un polémico pronunciamiento, le pidió a la Superintendencia de Salud que “donde se detecten bodegas llenas de medicamentos que no entregan a la población (…) se allanen. El Ejército y la Policía tienen que estar disponibles”. 

El jefe de Estado agregó que probablemente por esta orden se señale a su Gobierno que “es una dictadura”. Sin embargo, dijo que “es la ley de la República. Lo que pasa es que no se ha usado”.

El pronunciamiento fue cuestionado, entre otros, por la propia fiscal general de la Nación, Luz Adriana Camargo, quien deslegitimó estas facultades del Presidente y, durante un evento de rendición de cuentas de la entidad, afirmó que desde hace años tienen abierta una línea de investigación sobre el sector salud. 

Agregó que el Código de Procedimiento Penal, el allanamiento sólo puede ser tramitado por la Fiscalía y ordenado por un juez de la República para dos fines: obtener pruebas o capturar a un indiciado.

Por su parte, Fenalco, como vocero de los cerca de 100 gestores farmacéuticos registrados ante Superintendencia de Salud, emitió un comunicado donde dio su versión de lo ocurrido.

Según su presidente Jaime Alberto Cabal, la falta de entrega de medicamentos obedece a “la deuda acumulada del sistema”, que, señala “hoy es cercana a los 4 billones de pesos, con una mora que supera los 600 días, lo cual afecta el flujo de caja y los recursos disponibles para la compra de medicamentos”. Agregó que a eso se suman las demoras en los trámites ante el Invima, escasez de algunas materias primas, problemas debido a los recientes paros y regulación de precios.

“Como consecuencia de lo anterior, en el mercado se han dejado de comercializar algunos medicamentos. Cabe destacar que el inventario de medicamentos es adquirido con capital de trabajo propio de cada uno de dichos gestores (dispensarios), y los mismos se facturan al sistema una vez son dispensados a los pacientes”, se lee en el documento.

Pero más allá de esas voces, están los dramas humanos. EL TIEMPO recorrió los principales dispensarios de Colombia y conversó con quienes más padecen este drama: los pacientes.

Cali: pacientes pasan la noche en la calle

Una fila de enfermos y afiliados de la Nueva EPS se extiende en la calle desde uno de los edificios de la avenida de Las Américas, en Cali. Está al norte de la ciudad, en la avenida 3N con calle 19. Allí se agolpan al menos 13 mil afectados por el cierre de Audifarma a la espera de que, tal como lo anunció el secretario de Salud del distrito, Germán Escobar, la Nueva EPS avance en un plan de contingencia para prestar una pronta y mejor atención a los usuarios.

Hasta allá llegó a ‘acampar’ Juliana Díaz desde las 7 de la noche del pasado 20 de marzo con silla plegable en mano y un termo con café. Literalmente, durmió en la calle. “Lo hago por mi papá. Él tiene 70 años y camina con mucha dificultad, no puede venir y lo hago yo para reclamar en su nombre, los medicamentos que requiere un tratamiento de diabetes y un problema en el hígado.

Muy cerca de ella está Sergio Garcés también llegó en medio del frío, pese a sus dolencias a los 72 años. “Yo necesito medicamentos para la presión y también para mi hija. Ella tiene lupus eritematoso. Esto es de vida o muerte”, dijo.

“Lo principal es la falta de logística. Esto fue una cosa hecha a las carreras. No fueron capaz de organizarse. Nos pusieron a correr a todos como locos”, señaló este pensionado y agregó que hay un ‘Pico y placa’ a la hora de organizar la fila.

La angustia fue tal en la Capital del Valle que decenas de los afiliados de la Nueva EPS, entre enfermos o sus familiares, se apostaron en una de las calzadas de la avenida de las Américas para bloquear el paso vehicular y del sistema del Masivo Integrado de Occidente (MIO).

Barranquilla: frustración que se traduce en violencia

Desde febrero pasado, el panorama en Barranquilla frente al acceso oportuno a medicamentos se volvió preocupante. Los usuarios señalan directamente a la Nueva EPS como la principal responsable de un proceso “engorroso” que por lo general termina en la misma respuesta: “no hay disponibilidad”.

La situación se agrava en casos de pacientes con enfermedades crónicas o condiciones delicadas. Jesús Cueto, uno de los afectados, relató que su esposa —operada de tiroides y del corazón— no ha podido acceder a medicamentos esenciales como levotiroxina, losartán o rosuvastatina, lo que lo ha obligado a asumir costos de hasta 100.000 pesos por fuera del sistema de salud.

La frustración ha escalado incluso a episodios de violencia. En febrero, un ciudadano en muletas protagonizó un ataque contra las instalaciones de la droguería Cafam, ubicada en la carrera 53 entre calles 70 y 72, tras varios intentos fallidos de conseguir sus medicamentos. Destrozó pantallas y equipos en medio del desespero, hecho que fue captado en video y se viralizó en redes sociales. En la sede de la calle 81B con carrera 64, también se presentan largas filas desde las primeras horas del día.

Desde la Nueva EPS aseguran que se están garantizando las citas con especialistas y médicos generales, quienes son los que emiten las órdenes de medicamentos, pero atribuyeron el problema a los operadores encargados de la dispensación.

Por su parte, la Droguería Cafam, que atiende a usuarios de Nueva EPS y Famisanar, explicó que existen rupturas logísticas ocasionadas por el incumplimiento de condiciones comerciales por parte de proveedores, lo que ha derivado en desatención a los pacientes.

Santander: una situación que va en ascenso

Aunque la situación en Bucaramanga, capital de Santander, todavía no es tan crítica, ya se comienzan a reportar demoras y largas filas en los dispensarios donde se les entregan los medicamentos a los pacientes.

Muestra de esto sucedió hace un mes, cuando Salud Total cambió su distribuidor de Audifarma a Disfarma. En ese momento hubo traumatismos y los pacientes madrugaban para poder recibir los insumos. Pero dos semanas después el nuevo dispensario logró superar las dificultades. 

Actualmente, algunos pacientes en Bucaramanga manifestaron que cuando se ingresa a Disfarma deben esperar entre tres y cuatro horas para reclamar sus medicamentos y subrayan que la atención es muy lenta para quienes tienen compromisos laborales y no pueden esperar todo este tiempo. Entre tanto, hay reportes de demoras en Cruz Verde de la carrera 33 y en Cafam, frente al centro comercial La Quinta.

Risaralda: plantones y bloqueos semanales

En Pereira, capital de Risaralda, se han realizado protestas, plantones y bloqueos por parte de ciudadanos que piden soluciones ante la falta de organización y demoras en la entrega de sus medicamentos. 

Esta semana, cientos de personas bloquearon la Avenida 30 de Agosto frente al batallón San Mateo en rechazo a la prestación del servicio de la Nueva EPS.

“Esto es el colmo, no es justo lo que está pasando, hay viejitos. Incluso vi uno con muletas y sin una pierna. Deberían estar sentados, pero tienen que estar de pie haciendo fila, y no les resuelven nada. Estamos dispuestos a seguir protestando por todo esto”, dijo Miriam Pérez, habitante de Pereira.

La situación más crítica se vive con la Nueva EPS, que tiene deudas que superan los 100.000 millones de pesos con la red de prestadores de salud de Risaralda.

Luego de la terminación del contrato de esta EPS con Audifarma, empresa que le dispensaba los medicamentos a sus usuarios, y de que Evedisa asumiera ese rol, las quejas han aumentado, pues habitantes de cinco municipios del departamento deben desplazarse hasta Pereira para reclamar sus fórmulas, pero en muchos casos no obtienen los medicamentos.

El personero de Pereira, Leonardo Reales Chacón, quien ha buscado acuerdos con la EPS y Evedisa, dijo que estas medidas buscan mitigar la crisis, pero “el problema de fondo sigue siendo la falta de recursos en el sistema de salud”.

REDACCIÓN NACIÓN Y BOGOTÁ