Las autoridades policiales y de inmigración de Estados Unidos han iniciado más de 100 investigaciones de delitos vinculados a presuntos miembros de una violenta pandilla venezolana, incluido el tráfico sexual en Luisiana y el tiroteo a quemarropa contra dos agentes de policía de la ciudad de Nueva York, según dos informes del Departamento de Seguridad Nacional. funcionarios.
Los casos que involucran a la pandilla Tren de Aragua muestran lo difícil que es para los agentes fronterizos estadounidenses investigar los antecedentes criminales de migrantes de países como Venezuela que no brindan ninguna ayuda a Estados Unidos.
Más de 330,000 venezolanos cruzaron la frontera de Estados Unidos el año pasado, según datos de Aduanas y Protección Fronteriza, y Venezuela, al igual que Cuba, China y un puñado de otros países, no proporciona ninguna información sobre antecedentes penales a los funcionarios estadounidenses.
En el tiroteo del 3 de junio en Nueva York, al que ambos policías sobrevivieron, el presunto tirador fue encontrado por la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos después de haber cruzado ilegalmente a Texas, según la policía de Nueva York. Luego fue liberado en Estados Unidos a la espera de una audiencia de asilo.
No está claro si las autoridades venezolanas conocían su supuesta afiliación con el Tren de Aragua. Incluso si lo fuera, esa información no habría estado disponible para la Patrulla Fronteriza.
Como dijo a NBC News el ex agente de la Patrulla Fronteriza Ammon Blair, a menos que los agentes obtengan de Interpol los antecedentes penales de un migrante venezolano o “ya tengan antecedentes penales dentro de los Estados Unidos, no sabremos quiénes son”.
La policía de Nueva York los llama “criminales fantasmas”, y tiene poco para identificarlos excepto los tatuajes de pandillas.
“Su identidad puede estar tergiversada; su fecha de nacimiento puede estar tergiversada”, dijo Jason Savino, subjefe de detectives de la policía de Nueva York. “Todo lo relacionado con ese individuo podría estar tergiversado”.
Una oleada de venezolanos
Durante la administración Trump, los funcionarios fronterizos encontraron alrededor de 3 millones de personas indocumentadas que cruzaban a los EEUU Aunque no está disponible un desglose por país de origen para esos años, los migrantes tendían a provenir de Guatemala, Honduras, El Salvador y México, todos los cuales compartir datos policiales con los EEUU.
Durante la administración Biden, el número de personas que intentan ingresar a Estados Unidos ha aumentado a 10 millones hasta la fecha y la composición del flujo migratorio ha cambiado.
Alrededor de 800,000 venezolanos han intentado cruzar desde 2021, y la cifra aumentó de aproximadamente 50,500 en el año fiscal 2021 a 334,900 en el año fiscal 2023. La afluencia planteó un desafío único para la administración Biden.
Venezuela no sólo no comparte datos policiales, sino que también se ha negado en gran medida a aceptar de nuevo a sus nacionales en vuelos de deportación.
Algunos venezolanos pueden ser expulsados de Estados Unidos por tierra: según un acuerdo de 2023, México acordó recibir mensualmente hasta 30.000 inmigrantes de Venezuela, Haití, Nicaragua y Cuba. Pero en algunos meses, el número de inmigrantes que cruzan desde esos países ha superado los 30,000.
Para el otoño pasado, los venezolanos eran la mayoría de los recién llegados a Chicago, Nueva York y Denver, lo que provocó que sus alcaldes demócratas plantearan preocupaciones a la administración Biden sobre quiénes estaban ingresando a sus ciudades y cómo podrían mantenerse a sí mismos sin agotar los recursos locales.
Algunos de los migrantes que ingresaron estaban afiliados al Tren de Aragua, y la pandilla ha comenzado a emerger en investigaciones criminales en al menos cinco estados, según funcionarios policiales locales. Investigaciones de Seguridad Nacional, o HSI, una división policial del DHS, dijo a NBC News que ahora tiene más de 100 investigaciones en curso que involucran a presuntos miembros del Tren de Aragua.
El mes pasado, HSI desmanteló un presunto plan de tráfico sexual en Luisiana, donde miembros de la pandilla supuestamente obligaban a mujeres migrantes venezolanas a realizar trabajo sexual para pagar a los contrabandistas que las trajeron a Estados Unidos.
En una declaración jurada federal, dos de las mujeres describieron cómo fueron traficadas por tres presuntos pandilleros que habían ingresado a Estados Unidos durante el año pasado. Los tres sospechosos habían sido interceptados por la Patrulla Fronteriza después de que ingresaron ilegalmente a Texas, pero luego fueron liberados en los Estados Unidos.
Las mujeres dicen que los presuntos pandilleros hicieron arreglos para que volaran desde El Paso, Texas, a Baton Rouge, Luisiana. Una vez que estuvieron en Baton Rouge, las mujeres fueron llevadas a una tienda minorista de ropa de Ross para comprar ropa.
Luego las llevaron a un edificio de apartamentos, donde supuestamente las obligaron a tener relaciones sexuales con cuatro hombres al día.
Las mujeres dicen que les dijeron que si acudían a las autoridades, sus familias serían asesinadas en Venezuela. Una mujer dijo a los investigadores de HSI que cree que los líderes de las pandillas ya mataron a su madre, basándose en conversaciones con sus familiares en casa.
Una de las víctimas alegó que el cabecilla de la operación estaba dirigiendo operaciones similares que involucraban a 30 mujeres en hogares de cinco estados, según la denuncia penal.
Los tres presuntos pandilleros están bajo custodia federal y acusados de tráfico sexual.
Las autoridades locales en Indiana están investigando una presunta red similar de tráfico sexual con presuntos vínculos con el Tren de Aragua.
En enero, Interpol difundió un informe de inteligencia a los países miembros que advertía sobre la pandilla, calificándola de “una importante amenaza a la seguridad regional” en toda América Latina que ha aprovechado los recientes flujos migratorios para ampliar el alcance de sus actividades criminales.
“Si bien el grupo está bien establecido en muchos países de América del Sur”, dijo un portavoz de Interpol en un comunicado, “hay evidencia de que ahora se está expandiendo hacia el norte, hacia México y Estados Unidos, donde ya se han identificado miembros clave del Tren de Aragua”. .”
Cómo se examina a los migrantes en la frontera
Cuando un agente de la Patrulla Fronteriza se encuentra con un migrante en la frontera, le pide cualquier información de identificación, como un certificado de nacimiento o un pasaporte.
El agente compara cualquier información proporcionada con una base de datos criminal recopilada de agencias estadounidenses y de países extranjeros.
Blair dijo que puede resultar complicado verificar la identificación. “A veces los contrabandistas les obligan a deshacerse de sus documentos para poder declarar un nombre falso o una nacionalidad falsa”.
Si se encuentran antecedentes penales, un agente puede colocar al migrante en una vía rápida para su deportación.
Los delitos menores, como conducir en estado de ebriedad, no siempre resultan en una expulsión. Pero delitos graves como la violación o la agresión conllevan remisiones para enjuiciamiento o deportación acelerada.
En una declaración, un portavoz del DHS dijo: “El DHS examina y examina a las personas antes de su entrada a los Estados Unidos. Si un individuo representa una amenaza para la seguridad nacional o la seguridad pública, le negamos la admisión, lo detenemos, lo expulsamos o lo remitimos a otras agencias federales para su posterior investigación, investigación y/o enjuiciamiento, según corresponda”.
A pesar de la falta de cooperación de países como Venezuela, dijo el portavoz, la agencia puede verificar otras fuentes disponibles de información sobre comportamiento criminal, incluidos datos proporcionados por las fuerzas del orden en países por los que los migrantes pueden pasar en su camino hacia Estados Unidos.
Un alto funcionario del DHS dijo que la capacidad de la CBP para examinar a los inmigrantes ha mejorado en los últimos cinco años a medida que la agencia llegó a más acuerdos con otros países para compartir información policial y ha aumentado los recursos para la investigación de antecedentes en la frontera.
En un informe hecho público el viernes, la Oficina del Inspector General del DHS escribió que la “tecnología, los procedimientos y la coordinación” del departamento en la frontera “no eran completamente efectivos” para examinar e investigar a los no ciudadanos y a los solicitantes de asilo.
Entre las preocupaciones del organismo de control estaba que la CBP “no podía acceder a todos los datos” de las agencias federales en los puertos de entrada y que los Servicios de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos “no siempre completaban evaluaciones oportunas” de las solicitudes de asilo afirmativo para verificar la identidad y elegibilidad.
“Hasta que el Departamento aborde estos desafíos, el DHS seguirá corriendo el riesgo de admitir personas peligrosas en el país o permitir que los solicitantes de asilo que puedan representar amenazas significativas para la seguridad pública y la seguridad nacional continúen residiendo en los Estados Unidos”, dice el informe de la agencia.
Los funcionarios de la administración Biden dicen que debido a que han aumentado y mejorado su investigación de antecedentes, hasta ahora han expulsado a 4 millones de migrantes, el doble del número deportados durante el gobierno del expresidente Donald Trump. La administración Biden da prioridad a los delincuentes y otras amenazas a la seguridad pública para la deportación, pero no está claro cuántos de los deportados tienen antecedentes penales.
Una revisión de NBC News de los datos públicos de la CBP encontró que más inmigrantes con antecedentes penales identificables han intentado cruzar la frontera bajo el gobierno de Biden que bajo el de Trump, que sigue el mayor número de cruces fronterizos en general. Sin embargo, el porcentaje de delincuentes conocidos ha cambiado poco.
Se descubrió que alrededor de 64.000 de los inmigrantes detenidos durante el gobierno de Trump, o aproximadamente el 2%, tenían antecedentes penales. Hasta la fecha, bajo el gobierno de Biden, se estima que 103,000 inmigrantes tenían antecedentes penales, o poco más del 1%.
Sin embargo, hay pocos datos concretos sobre cuántos delitos cometen los inmigrantes una vez que están dentro de los EEUU Los datos que hay no apuntan a una ola de delitos migratorios, a pesar de la retórica política y ejemplos de alto perfil como los delitos vinculados al Tren de Aragua.
Los criminólogos han descubierto sistemáticamente que los inmigrantes cometen delitos a un ritmo menor que los estadounidenses nativos.
Ari Jiménez, ahora consultor de seguridad pública, investigó los delitos de migrantes en su antiguo trabajo en HSI. Jiménez dijo que si bien ve el flujo de migrantes en la frontera sur como una crisis de seguridad nacional en curso, también le preocupa lo que las acciones de unos pocos peligrosos podrían significar para otros migrantes.
“El noventa y nueve por ciento de las personas que llegan a la frontera tienen una razón legítima para solicitar asilo”, dijo. “No quiero que los inmigrantes que intentan ganarse la vida a causa del 1 por ciento queden con un ojo morado”.
