Hay un debate al interior de la Corte Constitucional sobre la religiosidad en los colegios públicos. En este caso, el alto tribunal dice que las instituciones “no pueden imponer un credo en particular y la materia de religión debe ser de tipo histórico y cultural”.

Además, insta a los colegios a que existan opciones para los estudiantes que no se sientan identificados con una religión en particular o que no quieran recibir esa formación.

El origen del debate de las clases de religión en colegios

La protagonista de esta historia es una niña de 9 años que profesa la fe cristiana, a quien en su colegio público le enseñaron oraciones propias del catolicismo en la clase de religión de quinto de primaria. Sin embargo, su padre pidió que se le respetara la libertad de culto, pero no lo logró.

Por esta razón, presentó una solicitud ante la rectoría del colegio, solicitando que su hija fuera evaluada mediante trabajos escritos para evitar que tuviera que regresar a esa clase, aunque el colegio no respondió de manera oficial, el rector le aseguró informalmente al padre de familia que esta situación no afectaría las notas de la niña.

Sin embargo, sorpresivamente, cuando el padre de la menor recibió el boletín académico de su hija, se encontró con que ella perdió la asignatura con una calificación de 0,0 lo que significó una baja en el promedio.

La Corte Constitucional consideró que se vulneró su libertad de cultos, su derecho a la educación, así como también el principio de laicidad, pues su colegio no le garantizó alternativas que le permitieran continuar con sus estudios, sin tener que aprender contenidos de la religión católica.

El alto tribunal hizo una serie de ordenes al colegio, entre esas, asegurar una formación neutral del fenómeno religioso.