Correr después de un largo parón cuesta. Hacerlo todos los días requiere de una fuerza de voluntad suprema. Prepararse para una maratón entra en el apartado de héroes. También llegué tarde al asunto, por intersección de Haruki Murakami, y tras leer ‘De qué hablo cuando hablo de correr’ hace unos diez años. El popular escritor japonés sigue corriendo todos los días a sus casi 76 e intenta una maratón al año. El escritor ha explicado muchas veces que, para él, “correr es como escribir y como vivir”. En el capítulo “Uno” de ‘De qué hablo cuando hablo de correr’, Murakami cuenta que procura “conservar y aplazar hasta el día siguiente las buenas sensaciones que experimenta mi cuerpo al correr. Idéntico truco utilizo cuando escribo una novela larga: dejo de escribir en el preciso momento en que siento que podría seguir escribiendo. (…)”. Correr como síntoma de felicidad, igual que sentirse a gusto con tu oficio, debe acercarse al equilibrio perfecto.
Justo en las antípodas de Japón, la argentina Leila Guerreiro también corre porque escribe. Treinta minutos al día y casi siempre el mismo recorrido cuando está en Buenos Aires. “Corro porque me gusta sentir la furia de los músculos, la arrogancia del cuerpo, y porque cada vez es la primera: porque cada vez hay que remontar el agobio y las ganas de no correr y el horror de los primeros minutos hasta que, en algún momento, todo desemboca en un cono de silencio”, sostiene la autora de ‘La llamada’.
El escritor francés Jean Echenoz en ‘Correr‘ narra las peripecias del checo Emil Zátopec, apodado “la locomotora humana’ que ganó un montón de medallas de oro y también inventó entrenamientos específicos para entrenadores. La descripción del estilo del campeón olímpico es sobresaliente, pues corre como un excavador, la cara deformada por un rictus, sin aspirar a la elegancia. “Es simplemente un motor excepcional sobre el que se han olvidado de montar la carrocería”.
Igual que literatura, hay muy buena música para correr. Desde el mítico ‘Born to run’ del ‘boss’ Bruce Springsteen, al clásico ‘Run run run’ de Velvet Underground. La mayoría corre escuchando música, pero conozco a algunos que prefieren prestar atención al ambiente. Y ahí quería llegar.
Mañana el ambiente de la maratón será especial. No sé si mejor o peor que otras ediciones, pero por razones sobrevenidas se ha convertido en el pistoletazo de salida de un tiempo nuevo lleno de incertidumbres. Además de admiración y reconocimiento a los atletas de la zona afectada que han decidido competir, por razones de peso en cada caso, seguro que el público que llenará las calles sabrá estar a la altura de las circunstancias, para conjugar el aplauso del esfuerzo y el silencio contra el olvido.