la historia de Rafael Nadal en el tenis profesional va a cerrarse con un círculo casi perfecto: empezó -para el gran público- en la Copa Davis y se va a cerrar en la Copa Davis. Hubo una ‘precuela’, como se dice ahora, con su presencia en la Copa Davis del año 2000, la primera que ganó nuestro tenis: como si fuera un mensaje oculto de que el futuro ocultaba la presencia de un jugador que a lo largo de los años mostraría un gran compromiso con el torneo de la Ensaladera. Y que lideraría al tenis español a varias victorias históricas, pues todas lo son cuando se refiere a la Copa Davis.
La imagen del equipo nacional de Copa Davis, con Juan Carlos Ferrero, Álex Corretja, Albert Costa y Joan Balcells, formados en la pista en la ceremonia inaugural de aquella final de la Copa Davis, es de esas que con el tiempo son buscadas y señaladas una y otra vez señalando un detalle entonces ‘oculto’. Abriendo la línea española había un chaval con el jersey de los recogepelotas que miraba al frente con gesto serio, con cara de concentración para, bajo ningún concepto, meter la pata de algún modo en el cometido que se le había encargado: llevar la bandera en la ceremonia.
Tenía cara de adolescente y lo era, claro, casi preadolescente. Sólo los muy ‘puestos’ en el tenis, o más bien en las salas de máquinas del tenis, le reconocieron como el chaval que poco antes había ganado Los Pequeños Ases, el oficioso campeonato del mundo sub-14, que había liderado a la selección española al triunfo en el Mundial juvenil y se había llevado también el Masters Europeo sub-14. Sí lo sabia, claro, Pedro Hernández, responsable de comunicación de la RFET entonces, que le eligió para estar presente en ese inolvidable momento.
Nadal no tardó demasiado en volver a la Copa Davis. El gran público le descubrió en aquella final que se jugó en 2004 en el Estadio de La Cartuja pero los aficionados al tenis sabían que ese melenudo Nadal que iba a jugar la final no había aparecido de repente. En el mes de febrero España afrontaba una primera ronda en lo que entonces era territorio maldito: pista dura y cubierta. De Taraflex. Alex Corretja, Carlos Moyá y Albert Costa no estaban disponibles y Jordi Arrese, capitán, debió confiar en los jóvenes: Rafael Nadal (17 años y en torno al 50 ATP), Feliciano López (22), Tommy Robredo (21) y, más veterano, Beto Martín (25). Frente a ellos, Jiri Novak, Tomas Berdych, Radek Stepanek y Martín Damm. Una potencia del calibre de la República Checa.
Fue Nadal quien abrió la eliminatoria, contra Jiri Novak. Perdió 7-6, 6-3, 7-6. Pero, en Copa Davis, no ha vuelto a hacerlo en un partido individual. Cayó también en dobles, junto a Robredo, ante Novak y Stepanek (6-4, 7-6, 6-3). En la última jornada abriría Feliciano y Nadal le dijo “gana tu partido que yo luego ganaré el mío”. Y lo hizo: 7-6, 7-6 y 6-3 a Stepanek. España pasó adelante sobre pista cubierta, se abrió camino hacia la final y en ella Rafa Nadal fue descubierto por el público español como héroe y líder.
Nadal jugó un solo partido, pero fue un triunfo ante Andy Roddick (6-7, 6–2, 7-6, 6-2). El balear ya era mayor de edad y tenía en su haber un título ATP (Sopot, ganado ese año) pero su rival era el número 1 del mundo. Tras aquella eliminatoria en Chequia, MARCA publicó un libro de recopìlación de fotos históricas. La última era de Rafael Nadal en aquel encuentro y su pie era ‘El futuro’. Ese futuro ya había llegado.
En 2005 y 2006 Nadal participó en dos gestas ‘desconocidas’ porque no fueron luchando por el éxito sino para evitar la derrota. En la primera ronda España perdió 4-1 en Eslovaquia y le tocaba jugarse la permanencia en Torre del Greco, cerca de Nápoles. En Italia, donde nunca se había ganado, nadal ganó sus dos puntos individuales y el último y decisivo -se ganó 2-3-, en un durísimo partido ante Andrea Seppi (6-1, 6-2, 5-7 y 6-4). Un año más tarde el mismo rival y la misma circunstancia: la permanencia. Nadal aportó sus dos puntos individuales y el doble. Esta vez fue 4-1.
En 2008 Nadal volvió a la Copa Davis. Ya era número 1 del mundo pero sus sempiternos problemas físicos le impidieron estar en la final de Mar del Plata. Sí estuvo en Alemania (1-4) y ante EE.UU, abriendo la puerta para que el bloque que dirigía Emilio Sánchez Vicario ganara una historica final en Mar del Plata ante Argentina. La pista rápida había dejado de ser un problema para el tenis español. En 2009 volvió al equipo. En la primera ronda, ante Serbia, derrotó a Novak Djokovic por 6-4, 6-4 y 6-1. Se jugó en Terra Mítica. En la final, de nuevo en el Sant Jordi, Nadal aportó dos puntos del 5-0 a los checos.
En 2011 jugó ante Bélgica (1-4 en primera ronda), Francia (4-1 en semifinales) y en la final. Suyo fue el punto decisivo en un partido épico, e inolvidable quizá el mejor que haya jugado en Copa Davis, ante un rival de la talla de Juan Martín del Potro. El marcador se cerró con 1-6, 6-4, 6-1 y 7-6 en La Cartuja, el lugar donde casi empezó todo.
No hubo más títulos en bastantes años pero Nadal mantuvo su compromiso. En 2013, en una Caja Mágica un tanto desangelada, aportó dos puntos al 5-0 a Ucrania en eliminatoria por la permanencia. En 2015, con España en segunda división, fue a Dinamarca a aportar dos puntos a un 0-5. Un año más tarde, de nuevo luchando contra el descenso, estuvo en la India para jugar con Marc López el doble y ganar de nuevo 0-5. Eran ya oro olímpico. En 2018, en lo que se sabía que iba a ser la despedida de España como local en el antiguo formato de la competición -cinco partidos y cinco sets-, estuvo en un enorme choque de cuartos de final en la Plaza de Toros de Valencia frente a Alemania. El héroe del quinto punto fue David Ferrer (3-2), pero él venció dos veces. Una de ellas a un joven llamado Alexander Zverev. Las generaciones pasaban, pero Nadal seguía.
Y Rafa estuvo en la primera edición del nuevo formato, en la Caja Mágica de Madrid, ahora con pista rápida y cubierta, liderando al equipo español a la conquista de la que hasta ahora es su última Copa Davis. Jugó individuales y dobles. Ganó cinco de los primeros y tres de los segundos. Es, hasta ahora, el último triunfo español en el torneo de la Ensaladera.
El nombre de Nadal quedará siempre unido al de Roland Garros en la memoria del tenis. Pero también deberá recordarse, y mencionarse, que el de Manacor ha sido uno de los grandes nombres que han pasado por el torneo de Ensaladera en su ya más que centenaria historia.