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Sebastián Cattán: “Una cosa es hacer obras y otra es hacer teatro” – Revista Mundo Diners

Autor: Revista Mundo Diners

Sebastián Cattán es el director del grupo Deus ex Machina. Foto: Silvia Echevarría.

Sebastián Cattán está al frente de Deus ex Machina. El grupo se inició en 2007 con actores de Ecuador y Argentina. Hoy es uno de los conjuntos de teatro con más obras estrenadas en los últimos años. 

Además de haber desarrollado un método de trabajo donde se prioriza el cuerpo, Cattán y su grupo siguen poniendo en escena obras que medios como la revista ‘El Apuntador’, ha considerado arriesgadas e interesantes. 

Además de su aplaudida participación en la Fiesta Escénica 2024 con ‘Permiso para mirar la pared’ -con textos de Samuel Beckett-, este año estrenarán una adaptación musical del cuento ‘La doble y única mujer’, de Pablo Palacio.

  • Sebastián Cattán (Quito, Ecuador). Actor, director y dramaturgo. Realizó sus estudios en Belisario Club de Cultura (Buenos Aires, Argentina) y en la Escuela Metropolitana de Arte Dramático, también en Buenos Aires.
  • Funciones La Doble y única: El 5 de octubre en Cuenca y en la segunda semana de noviembre en el Teatro Sucre.
La doble y unica mujer
‘La doble y única mujer’. Foto: Silvia Echevarría.

¿Cómo nació la idea de montar este musical?

El compositor y guitarrista Andrés Noboa tuvo la idea hace 10 años. Él se quedó prendado del proyecto todo este tiempo. Al fin, en 2023 nos juntamos a concretarlo. Fue una experiencia increíble, no sé cómo clasificar esta obra. Es una adaptación, pero el texto es enteramente nuestro, claro que citamos a Palacio, pero la cantidad de relato escrito, a comparación de lo compacto del cuento, es extenso.

¿Y las canciones?

Las letras y las canciones fueron creadas entre los dos. Había siempre una discusión: si en el cuento se nombra al interés amoroso de la protagonista, ¿podemos hacer una escena de eso? Entonces lanzábamos ideas y teníamos versiones de las escenas con posibles inicios, cosas que tal vez podrían decir y hacer los personajes. 

En los musicales muchas veces ves cantantes y no actores. Eso a mí me aburre bastante, llega un rato en que no se sostiene. Una de las reglas que nos pusimos es que en escena debía haber actores. Es la tercera vez que trabajo con Maya Villacreces. Ella es una actriz increíble y creo que hicimos un buen click en el montaje.   

¿Tu trabajo siempre surge de la creación en grupo?

Deus ex machina se formó en 2007, con gente de Ecuador y de Argentina, porque yo estaba estudiando allá. Todo se dio como si fuera una banda de garage; tienes tus panas y el uno toca la batería y el otro la guitarra. Estábamos todos en la universidad y yo tenía gente conocida acá con la que crecí haciendo teatro desde el colegio. Y dijimos hagamos un grupo, montemos algo. No fue nada más que esa curiosidad de banda de colegio, pero volcada al teatro.

Obras Deus ex Machina

  • ‘Que no Escampe’ (2008).
  • ‘Con el Almita cruda’ (2009).
  • ‘Los Pájaros’ (2010).
  • ‘El Apocalipsis Según San Yo’ (2011).
  • ‘El Final de la Línea’ (2012).
  • ‘El Modo de los Días’ (2014).
  • ‘Cállate’ (2015).
  • ‘El Resto es Silencio’ (2016).
  • ‘Brillaban en el Cielo’ (2017).
  • ‘La Caja Musical’ (2017).
  • ‘Abril’ (2018).
  • ‘El Espantapájaros’ (2019).
  • ‘En Presencia de mis Angustiadores’ (2022).
  • ‘El Cielo Tiene Jardines’ (2023).
  • ‘Permiso para Mirar la Pared’ (2023).
  • ‘La Doble y Única Mujer’ (2024).

¿Lo que más te interesaba era actuar?

Sí. Cuando se armó el grupo no sabíamos quién iba a dirigir. Para la primera obra, ‘Que no escampe’ (2008), nadie quería hacerlo y dije, bueno, yo dirijo. Fue una obra de un grupo joven que estaba empezando. Sentí que la gente lo recibió muy bien y tuvo una muy buena crítica que nos envalentonó a seguir adelante. 

Lo que fue pasando con el tiempo es que las alineaciones se iban transformando. O sea, la gente se sumaba e iba cambiando, como si se te cayesen dos dientes y te saliesen otros dos. El elenco fue mutando hasta que, alrededor de 2015, establecemos una triada con Florencia Zárate, Leo Fernández y yo.

Con Flor seguimos estando a la cabeza, más allá de que ahora ella está en Buenos Aires. Estamos en contacto siempre y nos encontramos escribiendo un libro sobre la historia del grupo y sobre nuestra investigación teórica. 

¿En el libro hablas de lo que has llamado el camino de las cuatro esferas? 

El camino de las cuatro esferas no es una técnica actoral. No es una escuela. No es una estética o tipo de teatro. Es como un mapa que te plantea cómo acercarte a la actuación sin el estrés de ya querer solucionar algo que lleva tiempo y trabajo. A la vez, te entrena a no estar en busca del resultado sino dispuesto a que el esfuerzo sea constante, una dedicación de investigador. 

Tenía un profesor que me dijo alguna vez que no es lo mismo hacer obras que hacer teatro. Es un mundo mucho más grande, por eso hay tanto teórico y tantas técnicas. Es como un iceberg. La obra es solo la punta. Hoy parecería que muchos quieren que todo sea solo eso. Si vas a hacer una temporada de un mes, ¿por qué te vas a pasar un año ensayando? Obviamente, la pena es que tenga que durar un mes. Pero no comparto que la solución sea crear una obra en dos semanas.  

¿Para ti cómo funcionó ese proceso?

Esa diferenciación, a mí me abrió un disfrute de todo el mundo anterior a la obra. Llegué a aceptar que el 80% del tiempo estoy entrenando, ensayando, escribiendo, pensando en cosas de teatro. Y lo que hice fue abrir un espacio de formación distinto al de un taller. 

En un taller hay un tema específico que vas a buscar: para que seas clown deberías saber estas 5 cosas que se muestran en 5 días. Y, aunque seguí entrenamientos parecidos por muchos años, empecé a sentirlo cada vez más como un espacio mercantil. Entonces empecé a armar un espacio de entrenamiento permanente.

¿Cómo funciona?

Es un lugar al que llegas y puedes entrar en cualquier momento del año. Vas a entrenar cosas que el actor necesita sin la presión de aprenderlo rápido. Tengo dos espacios: cuando ya hay un grupo sólido en el lugar de entrenamiento, abro el campo para la creación.

En toda la primera parte de nuestro trabajo no hay texto. Los cuerpos van a generar, sí o sí, una estructura de vínculos. No es que ellos van a desenvolver una afinidad con alguien. Vas a empezar a descubrir cómo tienes una reiteración de situaciones o de encuentros con unas personas y no con otras. Cuando eso ya está, leemos sobre los mundos que vamos a desarrollar. Esos mundos pueden provenir directamente de autores o de otros textos que nos acerquen. Los cuerpos siguen enfocados en los mismos ejercicios, pero ya con esos mundos en la cabeza.  

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