La Comisión de Medio Ambiente de la Cámara de Diputados sesionará en la comuna de Taltal en el marco del controvertido proyecto INNA de Aes Andes. Esta iniciativa busca emplazarse en la zona y contempla la producción de hidrógeno verde líquido, amoniaco, una planta desaladora, una línea eléctrica de suministro, ductos hasta un terminal marítimo de despacho y tres parques solares fotovoltaicos, con una inversión total estimada en US$10 mil millones.
Sin embargo, la comunidad científica tanto a nivel regional como nacional ha expresado preocupaciones sobre los impactos negativos que este mega proyecto podría tener sobre los cielos nocturnos de la región de Antofagasta, un patrimonio inmaterial reconocido por la comunidad científica internacional. Los observatorios astronómicos de la zona, como el Observatorio Europeo Austral (ESO) en el Cerro Paranal y el futuro observatorio en el Cerro Armazones, serían especialmente vulnerables a los efectos de la iniciativa.
El diputado Jaime Araya, integrante de la Comisión de Medio Ambiente y representante por Antofagasta, expresó su preocupación al señalar que el proyecto podría causar un daño irreparable a este recurso natural. «Había mucha esperanza en que el Servicio de Evaluación Ambiental de Antofagasta rechazara el proyecto (…) Es muy tentador escuchar de una inversión de 10.000 millones de dólares, pero el daño que se podría causar es irreversible», indicó Araya, quien también manifestó que el proyecto no es una buena decisión.
En este contexto, el parlamentario solicitó que la Comisión reciba en audiencia al alcalde de Taltal, Mario Acuña, representantes del Observatorio Europeo Austral (ESO) y a miembros de la comunidad científica local, para discutir el impacto del proyecto en la región. Araya cuestionó la decisión de ubicar el proyecto en una zona que, según él, es un «patrimonio de la humanidad» y uno de los activos más importantes de la región de Antofagasta.
El debate sobre el proyecto INNA continúa siendo un tema de gran relevancia para las autoridades locales, la comunidad científica y los habitantes de la región.
Fuente: SoyAntofagasta