Si lo primero que haces al despertarte es mirar el móvil, desayunas consultando noticias y/o redes sociales y vas al trabajo escuchando música y podcast que se reproducen desde tu dispositivo, puede que pertenezcas al 90% de los españoles que no gozan de bienestar digital.
Esta y otras cifras han sido presentadas por ING en el I Estudio de Bienestar Digital con el objetivo de abordar la contaminación digital y su impacto en la salud y el medioambiente para concienciar sobre el consumo excesivo de herramientas digitales y promover soluciones para un uso más responsable de la tecnología.
Según los datos del estudio, sólo un 10% de los españoles considera que tiene bienestar digital y, además, más del 54% señala que sería importante contar con un protocolo de desconexión laboral. El 63% cree fundamental apagar el móvil en momentos clave, pero solo el 39% lo hace habitualmente. Por otro lado, solamente el 5,6% de los encuestados tiene un conocimiento profundo sobre la contaminación que genera Internet.
El estudio se enmarca en el proyecto Bienestar Digital: La vida digital que SÍ. Menos contaminante, menos estresante de ING con el que la entidad pone al alcance de la sociedad diferentes herramientas para promover un consumo digital responsable y equilibrado.
Más de la mitad de los españoles considera importante tener un protocolo de desconexión laboral, pero sólo el 16% lo tiene; y tan solo el 5,6% comprende el concepto de contaminación digital
Nacho Rodríguez, director de Sostenibilidad, Comunicación y Relaciones Institucionales de ING, explica que «para construir un futuro sostenible, no se trata de ser o no, sino de hacer». «Por ello, hemos ido un paso más allá en nuestro compromiso con la sostenibilidad con el lanzamiento de Bienestar Digital con el que buscamos tener un impacto positivo en la sociedad y en el planeta, fomentar con el ejemplo e impulsar una transición hacia un uso de la tecnología que sea responsable y equilibrado», destaca.
Por su parte, Luis González Soto, director de Marketing de ING remarcaba: «Nuestro compromiso es a largo plazo y lo tenemos claro, queremos ser agentes del cambio y liderar con nuestro ejemplo. Con Bienestar Digital queremos ser catalizadores de un movimiento para aumentar la conciencia pública sobre el impacto de nuestro comportamiento digital y contribuir con pequeños cambios a un futuro más equilibrado y sostenible».
Como parte de este proyecto, ING ha puesto en marcha iniciativas para contribuir a la mejora del bienestar digital de aquellas personas que quieran sumarse al cambio. Ha elaborado un decálogo de desconexión digital y un autodiagnóstico en su web que invita a reflexionar sobre la relación con la tecnología y proporciona consejos prácticos para realizar pequeños cambios en los hábitos diarios.
Todo ello acompañado del lanzamiento de la pieza audiovisual protagonizada por Jesus Calleja Yo tampoco lo sabía y el podcast de ficción Delete, dirigido por Álvaro de Cózar, y que incluye episodios con la participación de expertos que ofrecen reflexiones y consejos sobre diversas temáticas relacionadas.
Mesa de diálogo: «El bienestar en la era digital: construyendo un futuro consciente»
Durante el encuentro se ha celebrado una mesa de diálogo, moderada por Sandra Pina, en la que se ha reflexionado sobre las consecuencias de la contaminación digital y los efectos que el consumo excesivo del mundo digital tiene en la salud y en el planeta.
Sandra Pina, directora general de Quiero, apuntaba que «lo ambiental y lo social suelen ir de la mano, son dos caras de la misma moneda, como nuestra vida digital, que está intrínsecamente unida a nuestra vida offline. Atender a nuestro bienestar digital es un viaje que repercutirá en nuestro bienestar general, y el del planeta, una invitación que no podemos dejar escapar».
El debate ha contado con la participación de Esther Paniagua, periodista, escritora y experta en tecnología e innovación; Manuel Armayones, doctor en psicología e investigador sobre internet y salud; Pablo Gámez Cersosimo, periodista de investigación y consultor en sostenibilidad digital, y Lucía Halty, doctora en psicología especializada en salud mental digital.
Esther Paniagua ha comenzado su intervención arrojando luz sobre los efectos medioambientales de Internet: «Desde Silicon Valley han instalado una narrativa muy poderosa: que «la nube» es algo etéreo. No lo es; son cables, centros de datos… Una infraestructura que consume una enorme cantidad de agua cada día, genera emisiones y necesita de materias primas escasas que en muchas ocasiones se extraen de una minería muy cuestionable».
Gámez: «Lo que empezó como una relación digital ha terminado siendo una sumisión digital»
Asimismo, Pablo Gámez Cersosimo aseguró que «el impacto ambiental del ecosistema digital es profundo y que investigaciones de Naciones Unidas revelan que la falta de conocimiento sobre este problema puede ser atribuida a la complejidad y la invisibilidad de la infraestructura tecnológica. Es crucial que identifiquemos los hábitos más contaminantes, como el uso excesivo de datos o consumo elevado de energía para poder abordarlos y promover prácticas más sostenibles».
Por su parte, Manuel Armayones decidió abordar los impactos que la red tiene en nuestra salud mental: «Las nuevas tecnologías no son neutras; están diseñadas para tenernos enganchados». Para ello, recomienda «desarrollar una suerte de sistema inmunitario para protegernos de los efectos negativos de las tecnologías digitales».
Por último, Lucía Halty explicó que «se han generado vínculos insanos en los que necesitamos a la tecnología para regular nuestras emociones» e hizo hincapié en que «para tener una relación más sana con la tecnología, no es tan importante saber cuánto tiempo la usamos como el para qué, qué funciones cumple».
Una mesa que ha puesto de manifiesto que, pese a que la conexión digital tenga muchos aspectos positivos, debemos tener siempre un ojo puesto en nuestros hábitos, para proteger no solo nuestra salud, sino también la del planeta.
