La vitamina D ayuda a absorber el calcio, protege el sistema nervioso, los músculos, fortalece los huesos y el sistema inmunitario. Es fundamental para el ser humano. Se puede obtener a través de la piel, tomando el sol: siempre ha de hacerse con la protección adecuada, si no se quiere acabar con la piel como una pasa o, mucho peor, desarrollar enfermedades dermatológicas graves, sin obviar el cáncer de piel.
También se consigue vitamina D incluyendo en la dieta habitual los alimentos que la proporcionan, algo que se hace en mayor o menor cantidad según la edad: en el primer año de vida, 400 IU o Unidades Internacionales diarias (10 microgramos). Hasta los 70, 600 IU (15 microgramos) y de ahí en adelante, para prevenir la osteoporosis, 800 IU (20 microgramos).
Se puede exceder esas cantidades en el caso de bebés amamantados, mayores con problemas severos de salud y afectados por padecimientos relacionados con la absorción de grasa como la enfermedad de Crohn, la colitis ulcerosa o los celíacos, además de personas obesas o que hayan pasado por un ha de hacerse gástrico.
Las claves de Boticaria García con la vitamina D
La nutricionista y farmacéutica Boticaria García recuerda que la falta de vitamina D es un tema muy comentado ahora mismo, y apuesta por tres tipos de alimentos para garantizar el consumo diario recomendado de esta vitamina. En primer lugar, el pescado azul, fresco o en conserva: desde el salmón a la caballa o el atún. En segundo lugar, la yema de huevo, un torrente de vitamina D al alcance de todas las manos. En tercer lugar, lácteos como el kéfir, el yogur o el queso (el crudo es aún mejor) y también leche enriquecida, junto con cereales y zumos.
Boticaria no olvida el factor de responsabilidad en su vídeo, y aunque mantenga siempre ese tono coloquial que colabora a que los mensajes que lanza calen más en la audiencia, siempre aporta el dato o el consejo profesional recomendable para cada situación. En este caso, recomienda que la ingesta de suplementos de vitamina D venga recomendada por un médico, a fin de evitar excesos a la hora de querer compensar las carencias.
