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Cómo entrenar la resiliencia y la determinación en la etapa más oscura de tu vida

Autor: Raquel Alcolea

La escritora y conferenciante Ami Bondía aporta en su obra ‘Energía vitalista’ las herramientas de aprendizaje que le ayudaron a sobrellevar una enfermedad que le llevó al borde de la muerte

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Hay que rodearse de personas que te aporten bienestar emocional.

Hay que rodearse de personas que te aporten bienestar emocional.

Raquel Alcolea

«Tengo la suerte de haberme hecho un selfie en el precipicio y poder contarlo en un libro. Pero en ese intervalo descubrí en mí a una persona distinta. Incapaz de mover el cuerpo ni respirar sola. Atada a un respirador y a una cama. Alimentada primero por sonda y luego por gente que me quería y se preocupaba por meterme la cuchara en la boca. Sentí lo que era querer mover una pierna, una mano o la espalda y que tu cuerpo no respondiera. Y también, supe lo que era perder la voz, mi herramienta de trabajo y mi pasión como comunicadora. Y desde ahí, como el perdedor que se deja hasta la camisa jugando al póker solo me quedaba un camino: empezar de cero. Y en ese volver a comenzar, lo primero que hice fue tomar consciencia de que tenía la mayor victoria: estaba viva». La vivencia que Ami Bondía (@amibondia), escritora, periodista, consultora y emprendedora comparte en su libro ‘Energía vitalista’ es esclarecedora, sobre todo si se tiene en cuenta que la infección que sufrió, una mediastinitis, tiene una tasa de mortalidad del 70%.

No hablamos de lugares comunes ni tampoco es exagerado decir que estuvo al borde de la muerte en los primeros compases de la post-pandemia y que de su larga experiencia en el hospital no solo se lleva el paso por la UCI, cuatro operaciones y una atención continua por parte de los sanitarios y de su familia, sino que también se llevó un desafío y aprendizaje vital cuyo recorrido ha plasmado en su libro ‘Energía vitalista’. En él cuenta, a través de su historia de superación personal, cómo entrenar la resiliencia y la determinación individual.

Así, asegura que lo primero que hizo, una vez que fue consciente de que tenía que poner foco en su recuperación, fue «situar la mirada en lo que tenía en lugar de en lo que le faltaba». Y ese cambio de actitud le exigía, por un lado una cierta «ecología a nivel mental« que le permitiera rodearse de las personas «pila» que le dieran alas y le ayudasen a pensar en su recuperación y, por otro, hacer oídos sordos a los mensajes pesimistas que insistían en las secuelas que le iban a quedar. Para ello, según reconoce, tuvo que aceptar su fragilidad, dejarse cuidar y agarrarse a lo ya aprendido, que es lo que ella denomina «fuerza interior». «Recordé mi propia historia y como logré alcanzar lo que anhelaba (lo cuenta en su libro ‘Un café con Chan’) y eso me hizo pensar que, para conseguir lo que se persigue, hay que dividirlo en pequeñas metas a corto y a medio plazo y celebrar cada logro. Durante la enfermedad celebrar cada logro era ‘ya respiro sola’, ‘muevo los dedos’,’como sin ayuda’, ‘consigo caminar con un taca-taca’…. y así poco a poco ir recuperando cada territorio perdido hasta llegar al que tal vez podía resultar más difícil que era volver a hablar», confiesa.

Imagen - «Para conseguir lo que se persigue, hay que dividirlo en pequeñas metas a corto y a medio plazo y celebrar cada logro»

«Para conseguir lo que se persigue, hay que dividirlo en pequeñas metas a corto y a medio plazo y celebrar cada logro»

Y ahí, en ese gran reto, es en el que precisamente puso foco, según asegura, pues fueron muchos los profesionales de la salud que le dijeron que iba a ser muy complicado que recuperase la voz. «Busqué y busqué hasta dar con el profesional de la voz que logró rescatar la voz de Ainhoa Arteta y comencé a trabajar con él desde una base de confianza y después de varios meses de trabajo entrenando ocho horas al día comencé a notar sensaciones en la garganta hasta que pude recuperar mi voz y hoy estoy aquí hablando contigo», cuenta.

Pero lo cierto es que detrás de la historia de superación de Ami Bondía hay algo más que tesón, ganas de vivir y actitud. Hay «energía vitalista», esa que se construye con dos ingredientes esenciales: la resiliencia y la determinación individual que son además unas capacidades para las que, según aclara Bondía, será importante desarrollar cinco claves: autoconocimiento, mentalidad BOOM, estrategia, optimización de recursos y gratitud.

Así describe la autora cada una de ellas:

1. Autoconocimiento. En una sociedad acelerada en la que se prima la hiperestimulación constante nada parece invitar a analizarse o a mirarse. Pero cuando uno se para (con tiempo para uno mismo, en soledad o en la naturaleza, sin móvil ni tecnología) conviene hacerse preguntas: qué me hace feliz, qué me enfada, hacia dónde quiero ir… Porque las respuestas son las que pueden ayudar a tomar decisiones de una manera acertada.

2. La mentalidad BOOM, mentalidad ganadora o mentalidad del «sí se puede» nace de la confianza en las capacidades de uno mismo para superar la adversidad y salir aún más fuerte de ella. Y esa capacidad de liderarse a sí mismo lleva implícita una soberanía interior fruto de cualidades como el pensamiento crítico, la experiencia, la ausencia de prejuicios, la creatividad o la buena gestión emocional. Además apela a cuatro ideas: busca tu pasión, olvida el confort, omite límites y marca tu diferencia encontrando tu esencia.

  • B- Busca tu pasión.

  • O- Olvida el confort.

  • O- Omite límites.

  • M- Marca la diferencia.

3. La estrategia es aquella que te sitúa para elaborar el plan de acción. Y aquí lo que la autora propone es dividir lo que se quiere conseguir en pequeñas metas a corto y a medio plazo que nos ayuden a relativizar, a hacernos más productivos y a quedarnos con aquello que más beneficio nos reporta.

4. La optimización de recursos es aquella para la que conviene tener en cuenta algo tan básico y a menudo tan poco cuidado que es seguir hábitos saludables. Nutrirse correctamente, evitar el sedentarismo, practicar ejercicio a menudo, descansar bien y gestionar correctamente el estrés permite dosificar mejor las energías.

4. La gratitud forma parte también de ese entrenamiento de la mentalidad resiliente y de la determinación ya que valorar cada logro, así como las personas que influyen en nuestro bienestar emocional, y «dejar de dar tantas cosas por hecho». «Yo hoy trabajo desde la gratitud de que estoy vivita y coleando», sentencia.

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