El domingo 26 de enero, las agencias federales confirmaron los primeros operativos dirigidos contra inmigrantes indocumentados en Texas, con la ciudad de Houston como uno de los principales focos de estas acciones. Según las autoridades, estas redadas son parte de una estrategia nacional que busca acelerar las deportaciones y reforzar las políticas migratorias establecidas por el gobierno de Donald Trump.
Las redadas se llevaron a cabo en distintas ciudades texanas, entre las que se encuentran Houston, Dallas, Austin, McAllen y San Antonio. Estas operaciones fueron apoyadas por la Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés), que publicó imágenes en redes sociales donde se muestran a los agentes en la participación de los arrestos.
“La División de Houston de la DEA, junto con nuestros socios del Departamento de Justicia, está ayudando al Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) y a otros socios encargados de hacer cumplir la ley federal con sus esfuerzos de control de inmigración”, escribió la DEA en su cuenta de X.
Un portavoz de la Oficina de Campo del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) en Dallas informó para el medio Khou 11 que en el área metropolitana de Dallas-Fort Worth se realizaron 84 arrestos. Las personas detenidas enfrentan diversos cargos, desde delitos relacionados con drogas hasta infracciones migratorias por haber excedido su tiempo de estadía en ese país.
“Todos los detenidos serán procesados en la oficina de campo del ICE en Dallas antes de determinar si serán deportados”, afirmó el portavoz.
Los rumores sobre posibles redadas comenzaron a circular en Texas días antes de que las autoridades federales confirmaran los operativos. Sin embargo, el domingo marcó la primera confirmación oficial de detenciones en el Estado de la Estrella Solitaria. Según informó ICE en su cuenta de X, hasta el domingo 26 de enero se habían realizado 956 arrestos y 554 detenciones presentadas en todo EE.UU.
En el área de Dallas-Fort Worth, las redadas se concentraron en los condados de Dallas, Arlington, Irving, Garland y Collin. Según las autoridades, las operaciones están dirigidas principalmente a personas con antecedentes penales, aunque cualquier inmigrante indocumentado encontrado durante los operativos puede ser detenido.
Tom Homan, designado como zar de la frontera, declaró en una entrevista que los operativos continuarán a nivel nacional y que las principales ciudades estadounidenses serán el foco de estas acciones. “Nadie está ‘fuera de la mesa’ cuando se trata de arrestos si están en EE.UU. ilegalmente”, advirtió.
“Les dimos instrucciones para que priorizaran las amenazas a la seguridad pública que estamos buscando. Hemos estado trabajando en la lista de objetivos. A diferencia de la administración anterior, no vamos a decirle a los agentes del ICE que no arresten a un inmigrante ilegal”, agregó.
Desde 2011, existían restricciones que limitaban las operaciones migratorias en áreas consideradas “sensibles”, como escuelas, hospitales y lugares de culto. Estas restricciones fueron eliminadas por el presidente Trump mediante una orden ejecutiva firmada en sus primeros días de gobierno, como parte de su promesa de campaña de reforzar las deportaciones masivas.
Benjamine Huffman, secretario interino del DHS, destacó que las nuevas medidas buscan fortalecer la capacidad de las agencias federales para realizar arrestos y deportaciones de manera más eficiente. “Esta acción permite a los agentes de ICE y CBP hacer cumplir las leyes de inmigración sin restricciones innecesarias. Nuestro objetivo es detener a criminales extranjeros que han ingresado ilegalmente al país, incluidos aquellos acusados de delitos graves como homicidios y agresiones”, señaló.