El contundente triunfo de Donald Trump en Estados Unidos supone un importante punto de giro para Colombia y en especial para el gobierno del presidente Gustavo Petro. De entrada, hay miradas diametralmente opuestas en puntos cruciales para la política exterior de esta administración como lo son el cambio climático, la lucha contra las drogas, la migración y la crisis en Venezuela.
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Ahora bien, el gobierno colombiano reconoció de manera respetuosa la victoria del republicano y sus primeros mensajes apuntaron hacia el pragmatismo: “El pueblo estadounidense ha hablado y se le respeta. Felicitaciones a Trump por su triunfo”, aseveró en una publicación en su cuenta de X el presidente Petro, en la que dijo que el diálogo entre el norte y el sur del continente americano sigue vigente. Incluso aseguró que ofrecerá todo su apoyo al nuevo presidente estadounidense si decide apuntar al freno de las guerras en el mundo. “Si es así, contará con todo mi apoyo. Ni Ucrania, ni Sudán, ni Líbano, ni Palestina”, expresó.
La reacción del mandatario colombiano fue replicada horas después por el canciller Luis Gilberto Murillo y la embajada de Colombia en Washington, que lidera Daniel García-Peña. El primero indicó que ambos países deben seguir trabajando de la mano. “Aquí hay que hacer más énfasis en lo que nos une, que debe ser lo más importante, que realmente en lo que nos separa”, expresó Murillo.
Sin embargo, el mandatario colombiano remarcó lo que para él debe ser el enfoque de los temas más álgidos que habrá en la agenda diplomática: “La realidad del colapso climático hará que gire alrededor de su solución. La posibilidad progresista en EE.UU. no podía aprobar el genocidio en Gaza”. Y, sin mencionarlo directamente, pidió el fin de las sanciones a Venezuela: “La única manera de sellar las fronteras es con la prosperidad de los pueblos del sur y el fin de los bloqueos”, manifestó.
Aunque para el gobierno del presidente Petro será importante que el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca patee lo menos posible su tablero de política exterior, analistas consultados por este diario anticipan tensiones inevitables.
“Con Trump, al gobierno colombiano se le cierra una puerta para la cooperación medioambiental debido a la preferencia tanto de Trump como de los republicanos por el crecimiento basado en energías fósiles”, sostiene el internacionalista Manuel Camilo González.
De hecho, una de las posiciones más controvertidas de Trump es su negación del cambio climático, frecuente en la retórica del presidente Petro en escenarios internacionales.
Durante su primer mandato, el tema principal de Trump en Colombia fue la erradicación del cultivo ilegal de coca. Con la producción de cocaína en el país disparada y el Ejecutivo solicitando revisar la metodología de medición – según el Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos, Simci, la producción de cocaína pura pasó de 1.738 toneladas en 2022 a 2.664 toneladas en 2023– es posible que Estados Unidos decida ejercer una presión sustancial sobre el gobierno Petro en relación con sus políticas antidroga elevando sus exigencias en la lucha contra el narcotráfico.
“El gobierno de Trump si va a presionar al país para obtener mayores resultados en el tema de la erradicación de cultivos ilícito y ahí las discusiones serán tensas”, subraya Paula Ruíz, docente de la Universidad Externado de Colombia.
Colombia Risk Analysis señaló en un informe sobre el impacto de las elecciones presidenciales de Estados Unidos que es probable que Trump utilice las crecientes cifras de cultivos de coca para justificar la reducción de la ayuda exterior a Colombia mediante la descertificación, una medida que estuvo a punto de ejecutar durante su primer mandato.
“Es probable que la descertificación de Colombia y la reducción sustancial de la ayuda exterior se consideren en una fase temprana de la administración Trump, lo que podría acelerar la desvinculación de Colombia a Estados Unidos”, dice el informe.
Lo que le espera a la migración
En cuanto a la migración, de materializarse un enfoque más restrictivo basado en la reducción de la inmigración irregular mediante eventuales deportaciones masivas, como prometió Trump en campaña, miles de colombianos que están de manera ilegal en el país norteamericano y los que aspiran a llegar podrían verse afectados.
Además, para Trump es clave el aumento de la seguridad fronteriza. Siendo Colombia un país de tránsito de migrantes de muchas nacionalidades habrá mayor presión por controlar las vías de migración irregular en el Darién, por la cual han pasado más de 700.000 migrantes y solicitantes de asilo en el último año y medio.
“Con el presidente Petro, es probable que Colombia esté más dispuesta a atender las demandas estadounidenses de regularizar la migración a través de su territorio. Sin embargo, el Estado colombiano carece de los recursos y del control territorial para implementar plenamente estas medidas”, indicó Colombia Risk Analysis.
“El tema de migración Petro deja una puerta abierta: la idea de que es necesario buscar la prosperidad de los países de origen de los migrantes, buscando priorizar la iniciativa Biden-Harris de tercero países seguros. No obstante, resulta difícil predecir si está política sea mantenida por Trump y por el contrario, una política de cerrojo migratorio termine por colocar a ambos gobiernos en las antípodas” agrega Manuel Camilo González.
Por otro lado, abogados expertos en inmigración advierten que es posible que se presenten mayores negaciones de visas, así como un incremento en los tiempos de procesamiento de las visas en general. “Es probable que las políticas de visas para los colombianos se vuelvan más estrictas, dado su enfoque en inmigración restrictiva como se evidencio durante su primer mandato”, comenta el abogado Carlos Olarte de la firma Olarte Asociados.
Otro tema que se complicaría más es la eliminación de la visa de turista para los colombianos. Es algo que se ha intentado durante varios gobiernos y en este ha sido el canciller Luis Gilberto Murillo, cuando se desempeñaba como embajador de Colombia en ese país, quien inició acercamientos para que el gobierno americano considerara la exención de este documento.
“Es un tema de voluntad política, es que en Colombia no hay ninguna razón sólida para decir que, con el nivel de relacionamiento que tenemos con Estados Unidos, un aliado estratégico y especial, se les tenga que pedir visa a colombianos que vayan a Estados Unidos. Seguiremos insistiendo, porque es un asunto de interés nacional, que los colombianos no requieran visa”, expresó Murillo hace meses en un debate de control político.
La postura con Venezuela
Por último, el gobierno Petro se podría ver más presionado en su postura sobre el presunto fraude de Nicolás Maduro en Venezuela, encontrando así más obstáculos en su rol de mediador de la crisis entre el oficialismo y la oposición.
“Muy seguramente, Estados Unidos subirá el tono para exigir un retorno a o instauración de la democracia. Si bien yo no podría decir que el gobierno Petro es un aliado incondicional de estos regímenes, sus actuaciones sí han protegido a estos regímenes, por ejemplo, la votación contra Nicaragua en la OEA en agosto de 2022, la no condena de los resultados electorales en Venezuela, y la no condena al régimen cubano, a pesar del consenso en solicitar el levantamiento del bloqueo por parte de Estados Unidos. Así las cosas, Estados Unidos le exigirá al gobierno colombiano una posición más dura frente a ellos”, dice Eduardo Velosa, director de la Maestría en Estudios Internacionales de la Javeriana.
Y dentro de estas exigencias la propuesta del presidente Petro de levantar las sanciones a Venezuela podría quedar al borde del abismo.
Ante estos choques, el reto para Colombia será mantener el apoyo bipartidista y ahí podría ser clave la influencia del canciller Luis Gilberto Murillo por sus buenos contactos y respeto ganado en Estados Unidos. No obstante, todavía no es claro qué sucederá con el jefe de la diplomacia colombiana el próximo año cuando arranque la cuenta regresiva para las renuncias por aspiraciones electorales para el 2026. Si bien Murillo no ha confirmado una aspiración presidencial, tampoco la ha descartado.
Mientras tanto, la oposición y otros sectores políticos celebran el regreso al poder de Trump: “Ganamos, ganó la libertad”, dijo la senadora María Fernanda Cabal. “Como conservador tengo que celebrar ese triunfo”, fueron las palabras del presidente del Senado, Efraín Cepeda.
JUAN PABLO PENAGOS RAMÍREZ
Periodista de Política