Desde su lanzamiento hace ya unos años, Microsoft utiliza todo tipo de estrategias para intentar convencernos de que usemos su navegador Edge. Por ejemplo, para ello utiliza su potente sistema operativo, Windows, donde viene preinstalado por defecto.
Pero claro, tal y como era de esperar, este tipo de movimientos no gustan en absoluto a la competencia más directa. Aquí hablamos de otros programas de este mismo de un sector del software como Chrome, Opera o Vivaldi, entre otros. De ahí que los responsables de varios de estos programas en forma de navegadores se hayan unido ahora para luchar contra Microsoft Edge.
Para ello han creado la Browser Choice Alliance haciendo un llamamiento a la Comisión Europea para que incluya a Edge en la lista de controladores de la Ley de Mercados Digitales o DMA. Esta alianza se crea para poner en relieve los problemas relacionados con la forma en que Microsoft promociona su navegador en Windows. Incluso el todopoderoso Chrome se ha unido a este grupo recientemente formado para luchar contra la propuesta de Microsoft.
Safari de Apple no está disponible en Windows, por lo que no forma parte del mismo, aunque se echan en falta algunos títulos como Brave Browser o Mozilla Firefox. El grupo afirma que hay otras empresas que comparten estas preocupaciones, pero no quisieron hacer públicas sus opiniones por temor a represalias de Microsoft.
Microsoft Windows es utilizado por la gran mayoría de los usuarios de ordenadores de todo el mundo, y los miembros de la Browser Choice Alliance alegan que la empresa emplea malas artes para impedir que los usuarios configuren un navegador de terceros como opción predeterminada aquí. La alianza habla de diversas prácticas anticompetitivas que aplica el gigante tecnológico para promover Edge.
Microsoft usa Windows para promocionar Edge
Argumentan que la competencia leal entre navegadores es esencial en entornos educativos y empresariales. Así, las tácticas de Microsoft para impedir que los usuarios cambien el navegador predeterminado en Windows, no son bien vistas. Por ejemplo, al buscar un navegador de terceros, el usuario puede encontrarse con un mensaje que reza que no es necesario descargar un nuevo navegador web.
Asimismo, se destacan las características de Edge en un intento de disuadir al usuario de descargar otra solución alternativa. Del mismo modo, aseguran que cambiar el navegador por defecto en Windows 11 es un poco confuso. Lo lógico sería establecer una aplicación como predeterminada de una sola vez. Pero en este caso debemos modificar todos los protocolos web y cambiarlo para cada tipo.
La Browser Choice Alliance también argumenta que Microsoft intenta cambiar el navegador por defecto a Edge a través de actualizaciones. Incluso Windows también puede mostrar una ventana emergente para persuadir al usuario a utilizar la configuración recomendada como cambiar a Edge, entre otros movimientos similares.
Bajo el punto de vista de la nueva alianza que os mencionamos, todas estas tácticas perjudican a los navegadores de terceros y dan a Edge una ventaja injusta. Eso es lo que se pretende abordar, aunque si tendrán éxito o no, dependerá de los reguladores antimonopolio a partir de ahora.