Sábado, 21 de diciembre 2024, 01:44
El 22 de diciembre es un día señalado en rojo en el calendario de todos los españoles y no porque caiga en domingo como este año, si no porque es la jornada en la que la rutina se detiene, las radios y televisiones se encienden y la ilusión invade casi todo el país. Porque, aunque sea por unas horas, todos soñamos con escuchar ese canto tan esperado: ¡4 millones de euros! La Lotería de Navidad, una tradición que se celebra desde 1812, transforma la fría mañana de diciembre en una fiesta llena de emociones, lágrimas y abrazos. Aquella primera vez en Cádiz, con un premio Gordo que ascendió a 8.000 de lo que eran ‘pesos fuertes’, fue solo el inicio de un sorteo que, con el tiempo, ha cruzado fronteras e incluso ha llevado la suerte hasta lugares tan lejanos como Melbourne, Buenos Aires o Ámsterdam.
Los números giran en los bombos fabricados con madera de boj, donde 100.000 bolas de números compiten por salir primero y 1.807 premios esperan ansiosos. Es un espectáculo tan único que tiene su propio diccionario: alambre, paraguas, tolva, tabla y trompeta son algunos de los términos incorporados ya en la RAE.
A partir de las nueve todo sonido queda apagado por la cantinela de los niños de San Ildefonso, quienes desde tiempos inmemoriales nos regalan la melodía de la fortuna. Y cuidado con dormirse, en alguna ocasión el Gordo ha salido tan sólo 13 minutos después de empezar el sorteo. Fue en 2004, cuando el 54600 dejó unas cuantas sonrisas entre los somnolientos espectadores y unos cuantos nuevos millonarios también.
Este año, todavía entumecidos por la tragedia de las inundaciones, esperamos borrar las penas con algún que otro pellizco. De hecho algunas de las localidades más afectadas por las inundaciones son también algunas de las que más premios han recibido. Así, en la capital ha tocado catorce veces; tres, en Alaquàs; dos, en Paiporta y una en Aldaia, Benetússer y Requena. Este año cruzaremos los dedos con la esperanza de que las bolas lleven esa lluvia de millones a los municipios que peor lo han pasado.
El negocio de la lotería no es nada desdeñable. Se emiten 3.860 millones de euros: 193 series con 100.000 billetes cada una; de ellos un 70% se destina a premios.
De ahí que el gasto en décimos y participaciones siempre arroje cifras de vértigo. En 2023 los españoles nos dejamos nada menos que 3.319 millones de euros; es decir, unos 69,97 euros por habitante como media. Por provincias, Soria volvió a situarse a la cabeza de la pasión lotera con una inversión por persona de 254,84 euros. Le siguieron Burgos, con 134,42 euros, y Palencia, con 130,53 euros; mientras que en Valencia, Alicante y Castellón fue de 78,54€, 75,27€ y 77,53€. Nunca se sabe dónde puede caer el Gordo y es dinero, mucho dinero.
Y precisamente por eso, el sorteo también tiene su lado curioso y sus supersticiones. Por ejemplo, la terminación 1 es considerada la más desafortunada porque apenas ha salido ocho veces veces, mientras que la terminación 85 parece llevar un pacto con la suerte, ya que ha sido la más premiada, con 7 apariciones.
En la lotería se mira todo y la estadística de lo que más. Además de las terminaciones también se mira que los números comprendidos entre 30.001 y 85.000 han salido más veces o que, por ejemplo, el primer premio ha terminado en números cuyas tres últimas cifras eran iguales en cuatro ocasiones: fueron los 25444, 25888, 35999 y 55666.
La historia nos ha regalado también anécdotas inolvidables, como en 1837, cuando hubo dos premios con el mismo importe, o en 1938, cuando en la Guerra Civil se celebraron dos sorteos paralelos, uno en cada bando. Hay números que han salido dos veces, como el 15.640 o el 20.297, y combinaciones que parecen imposibles, como los números correlativos 13.093 y 13.094.
Sin embargo, si algo nos enseñó el Gordo del año pasado, es que nunca hay que perder la esperanza, aunque queden pocas bolas en el bombo. En 2023, el primer premio fue el más tardío de la historia, saliendo a las 13.17 horas, cuando el sorteo estaba a punto de terminar. Fue entonces cuando el 88.008 llenó de alegría a muchos municipios, incluida la Comunitat Valenciana. La emoción se disparó en Alicante, Castellón y Valencia, que vieron cómo la suerte volvía a llamar a sus puertas. ¿Volverá a repetirse este año? Esa es la pregunta que nos hacemos todos mientras sostenemos el décimo en la mano.
El 22 de diciembre es mucho más que un día de premios: es un día de unión, de sueños compartidos y de historias que se tejen en cada esquina del país. Porque incluso si el Gordo no cae en nuestro número, nos queda el consuelo de pensar: «¡Al menos tenemos salud!» Y mientras tanto, seguimos mirando con ilusión cómo giran las bolas y cómo suenan los números. Quién sabe, tal vez este año, el bombo de la suerte cante nuestro nombre y podamos brindar, entre risas, por un futuro un poco más dorado.
Fuente:
Loterías y Apuestas del Estado y elaboración propia.