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Macron apela al “espritu de la resistencia” de los franceses en el tributo a las vctimas del 13-N

Autor: CARLOS FRESNEDA

Pars ha contenido el aliento y ha elevado plegarias en memoria de las 132 vctimas mortales de los atentados del 13 de noviembre del 2015, que marcaron un antes y un despus en la vida de la ciudad, como ocurri en Madrid con el 11M o en Nueva York tras el 11S. Los ataques terroristas, y en especial la masacre de la sala Bataclan donde murieron 90 personas, han dejado una huella indeleble que vuelve a estar patente en el dcimo aniversario, que se cumple este jueves.

“Desde aquel 13 de noviembre hay un vaco que no se puede llenar: mi padre amaba la vida“, dijo con la emocin contenida ante los micrfonos Sophie Dias, hija de la primera vctima de la jornada mortal, Manuel Dias, en las inmediaciones del Estadio de Francia. “Nos dicen que pasemos de pgina al cabo de 10 aos, pero la ausencia es inmensa, el shock sigue intacto y la incomprensin contina con nosotros”.

El presidente Emmanuel Macron y el ex presidente Franois Hollande se sumaron al primero de los actos en memoria de las vctimas, culminado con la Marsellesa y un minuto de silencio. Con ellos estuvo tambin Arthur Denouveaux, superviviente de la masacre de la sala Bataclan y fundador del grupo Vida para Pars (“pastor y oveja de una manada dolorida”), que cree llegado el momento de intentar dejar atrs el trauma y “volver a integrarnos en la sociedad”.

Denouveaux, autor de Vivir despus del Bataclan, admite que an tiene sntomas de estrs postraumtico causado por las escenas que vivi: “Recuerdo an la llama que sala del arma usada por uno de los terroristas, y la cara de espanto de una chica que segua de pie con la mirada inmvil. Fue la llamada de alerta que me impuls a salir de all”.

“Recuerdo luego que me arrastr sobre cadveres, y sobre gente que finga estar muerta”, rememora Denouveaux. “Pero algunos creo que estaban definitivamente muertos por el ngulo del cuello y el color de la piel. Esas imgenes volvieron a mi cabeza durante meses”.

“Las emociones y la tensin nos invaden a los superviviente estos das”, advierte el fundador de Vida para Pars. “Hemos estado tan centrados en el dolor que vivimos en una especie de burbuja. Lo ms duro fue intentar volver a la normalidad con ese dolor, que nos ha unido durante estos aos. Pero el vnculo que nos une se va aflojando y es el momento de entrar en una nueva fase“.

“Diez aos: el dolor persiste”, ha escrito en su cuenta de X Macron. “En solidaridad con las vidas perdidas, los heridos, las familias y los seres queridos, Francia recuerda”, ha escrito el presidente,

Los tributos se irn sucediendo a lo largo del da, en una cadena de actos en los lugares donde sembraron el terror el 13N los yihadistas, armados con fusiles de asalto y explosivos, en los atentados reivindicados por el Estado Islmico. La segunda parada es ante el restaurante Carillon y el bar Le Petit Cambodge, donde fallecieron 13 personas. La tercera, ante la cervecera La Bonne Bire (cinco muertos), seguida del Compotoir Voltaire, y de ah a La Belle quipe, al este de ciudad, donde hubo 21 muertos.

El cierre ser ante el emblemtico Bataclan, donde estuvo colgada estos das una pancarta que lo dice todo sobre el espritu de los parisinos ante la tragedia: “Azotados por las olas, pero no hundidos”.

La Plaza de la Repblica, el punto de encuentro de los parisinos tras el 13N, con los altares callejeros, las velas conmemorativas y los zapatos en el empedrado representando a las vctimas, volvi a ser el jueves algo as como el divn colectivo. De all parti en respetuoso silencio la marcha de la igualdad, emparentada con las marchas de la libertad y la fraternidad en otros puntos de la ciudad.

El momento lgido del da est previsto para las seis de la tarde, con la inauguracin del Jardn del 13N junto al Ayuntamiento de Pars, con discursos del presidente Macron, de la alcaldesa Anne Hidalgo, de Philippe Dupperon, al frente de la Asociacin 13once15, y de Arthur Denouveaux, el alma incombustible de Vida para Pars. Las campanas de Notre-Dame se unirn al tributo y la torre Eiffel se iluminar de azul, rojo y blanco, los colores de la bandera francesa.

La vida en Pars discurri entre tanto con una renovada sensacin de fragilidad. Diez aos despus de los atentados, el 56% de la poblacin admite tener “una sensacin de inseguridad en su vida diaria”, segn un reciente sondeo del Crdoc (el centro para el estudio y la observacin de la condiciones de vida).

“El sentimiento de miedo puede estar ligado tanto lo ocurrido en el pasado como a la situacin en el presente”, advierte Jrg Mller, director de investigacin del Crdoc. “La sensacin de inseguridad es ms fuerte cuando el estado de ansiedad afecta a grandes franjas de la poblacin, en medio de una situacin de crisis permanente. Tan pronto como salte la mnima chispa, la sensacin de miedo volver”.

La reciente detencin de Meva B. Lundi, ex novia de Salah Abdeslam, condenado a cadena perpetua por su implicacin en los atentados del 13N, ha sido uno de esos “detonadores” del miedo. Lundi fue arrestada junto a dos jvenes, un hombre y una mujer, acusados de preparar atentados contras bares y salas de conciertos. El secretario de Interior Laurent Nez envi un comunicado a las comisara de todo el pas ordenando el refuerzo de la vigilancia en todo el territorio coincidiendo con el dcimo aniversario del 13N.

La Operacin Centinela ordenada por el ex presidente Franois Hollande, con el despliegue de soldados incorporados a la vigilancia antiterrorista, se ha convertido ya en una rutina para los franceses, habituados a ver a la presencia inquietante de hombres de uniforme fuertemente armados en las estaciones, edificios pblicos, monumentos, sedes diplomticas y otros lugares considerados “sensibles”.

El endurecimiento de las leyes antiterroristas ha ido acompaado de una cada vez mayor presencia policial en las manifestaciones y protestas callejeras como las protagonizadas por los “chalecos amarillos” en el 2018, que se cobraron decenas de heridos y hasta 500 casos de abusos policiales, segn el portal Mediapart. Hoy por hoy, Francia cuenta con una de las fuerzas policiales ms represivas de Europa, y ese es tambin un triste legado del 13N.

Macron cerr el emotivo acto en memoria de las vctimas, en el Jardn del 13N, recordando el peso que “los atentados ms mortferos que ha sufrido Francia” sigue teniendo en la poblacin y el “dolor insensato, injusto e insoportable” causado los atentados. “Lo sucedido es sin duda irreparable (…) Vivimos das de silencio, das de ceguera, das oscuros y noches en vela. Se os dijo que volvierais a la normalidad, pero no hay nada normal en unas vidas truncadas en lo mejor de la vida”.

Macron apel al “espritu de la resistencia” que distingue a los franceses, reactivado el 13 de noviembre: “Los terroristas se encontraron con gente ms valiente que ellos: nos mantuvimos firmes. Quienes odian jams alzarn la voz ms fuerte que quienes aman”.

“Estos terroristas nos odiaba por ser franceses, por nuestra forma de estar en el mundo, marcado por el arraigo y el universalismo, un mundo donde las mujeres son iguales a los hombres, protegido por el laicismo”, agreg el presidente.

“En los ltimos diez aos se han frustrado 85 atentados, seis de ellos este mismo ao”, record por ltimo Macron. “Hemos hecho todo lo posible con contener y reprimir el yihadismo, pero la amenaza renace de otras formas, ms insidiosas, ms difciles de detectar, ms impredecibles. Nadie puede garantizar el fin de los atentados, pero s podemos garantizar que continuaremos esta lucha contra el terrorismo con tenacidad y con la misma fuerza”.

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