Carolina Tabares, tricampeona en la Media Maratón de La Ceja, es ejemplo de tesón y superación

Esa imagen de dulzura, en medio del tesón que mostró Carolina durante los 21 kilómetros de trayecto, a una altitud promedio de 2.200 metros sobre el nivel del mar, será una de las más recordadas de la edición 15 de la Media Maratón Internacional de La Ceja.

Tabares, de 38 años de edad, ratificó que es una de las mejores fondistas de Colombia al ganar, por tercera vez, la exigente competencia que contó esta vez con la presencia de cerca de 4.000 participantes.

Vencedora también en las ediciones de 2013 y 2015, la campeona suramericana de los 10.000 metros en Lima, Perú, en 2018, impuso de nuevo condiciones en la carrera del Oriente antioqueño con un tiempo de una hora, 16 minutos y 44 segundos.

Y saber que hace tres años, en muletas, luego de una cirugía, no sabía si volvería a ser competitiva en el deporte que ama. Le diagnosticaron síndrome compartimental en el gemelo de la pierna derecha, una afección que se produce cuando aumenta la presión en un compartimento muscular, lo que puede dañar los músculos y los nervios.

“Me dolía cuando llevaba 15 minutos corriendo y me tocaba parar inmediatamente. Estuve con ese dolor dos años y, tras la operación, estuve sin correr unos cuatro meses”, recuerda la mujer completamente recuperada.

En La Ceja nada pudieron hacer ante su fuerte ritmo Nahomi Maiyo, de Kenia, quien terminó segunda con un registro de 1:17.21, ni la mexicana Gabriela Flores, tercera con 1:19.17.

“Confieso que después de esa exigencia aún siento fatiga, pero también me siento feliz por este gran triunfo luego de todas las adversidades que he afrontado en los últimos años”, comentó este martes Carolina, quien nació en La Guajira, pero que desde los 4 años de edad vive en el municipio de La Ceja.

“Siempre me ha gustado correr en pista, pues es un lugar cerrado y la gente te está animando vuelta tras vuelta. Pero lo que viví en esta media maratón será inolvidable, especial, porque las personas me apoyaron en todo momento por todas las calles. Sentir ese cariño fue un impulso para no aflojar el ritmo y lograr el primer puesto”, comentó Tabares, quien tiene como entrenador a su esposo Víctor Hugo Ocampo, que también es atleta.

Su hija Melany, de 13 años, ya practica marcha atlética.

“Fue realmente bonito cruzar la meta al lado de Melany, y la verdad no fue planeado. Cuando llegué a la última curva del recorrido ella resultó a mi lado. Eso fue hermoso, pues es el legado que uno les puede dejar a los hijos, darles buen ejemplo, que tengan disciplina, perseverancia y trabajen para que cumplan sus sueños, los cuales se logran a largo plazo”, indicó la campeona Carolina, al agregar que corrió con Melany en el vientre hasta los seis meses de embarazo.

En los últimos años, debido a las competencias del ciclo olímpico en las fechas que se disputa esta carrera paisa, no había logrado retornar. “Pero regresar y obtener la victoria es algo que me llena de alegría y sirve de motivación para que otros no desistan por lo que desean”, puntualizó Tabares.