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Desde que Lewis Hamilton hizo oficial su fichaje por Ferrari el 1 de febrero de 2024, la misión de Carlos Sainz era clara, buscar un coche competitivo en parrilla para estar en la pelea por los podios y victorias. Con el paso del tiempo, las oportunidades de Red Bull y Mercedes no llegaron a buen puerto, y sobre la mesa, estaba la opción de Audi, Williams y Alpine.
Tiempo de adaptación
Ante esta situación, el piloto español decidió decantarse por el equipo británico por dos motivos: los motores Mercedes que tendrán en la nueva reglamentación de 2026, y el proyecto que está formando un James Vowles que ha logrado un salto cualitativo a la escudería. De hecho, durante los test, Alex Albon y Carlos Sainz fueron dos de los pilotos que más sorprendieron en pista, con un monoplaza que prometía liderar la zona media.
De hecho, tras dos Grandes Premios, Williams es la escudería que se mantiene a la 4ª plaza (empatado a puntos con Ferrari). Sin embargo, a pesar de estas buenas sensaciones al inicio de temporada, el español ha sufrido un abandono en Australia, y un fin de semana amargo en China, lo que supone un cambio radical en cuanto a rendimiento al que Carlos Sainz todavía no le ha encontrado explicación.
“Uno de los cambios de rendimiento más extraños que he tenido en mi carrera, pasando de ser naturalmente súper rápido en Bahréin y Abu Dabi, incluso al principio de Australia, a que de repente el ritmo pareciera alejarse de mí”, decía el piloto de Williams.
“Estoy un poco desconcertado, para ser sincero, no contento porque desde que me subí a este auto fui muy rápido en las pruebas, así que no sé dónde ha ido el ritmo para este fin de semana”, prosiguió.
“Acertamos con la estrategia, pero desgraciadamente el ritmo del coche era… simplemente no estábamos ahí, volvimos a tener problemas con los neumáticos delanteros”, concluyó Carlos Sainz.
Es así como el piloto de Williams ha querido explicar los problemas que está sufriendo en su FW47 desde que comenzó el fuego real en este 2025.
