Lo interesante es que, en “A Lien”, que se encuentra filmada con un ritmo trepidante y un estilo casi documental -hasta el punto de que Sam la describe como “una historia de terror sobre trámites burocráticos”-, la víctima no es solo el inmigrante que busca obtener ‘papeles’, sino también su esposa anglosajona, con lo que se involucra a personas de la vida real susceptibles de estar de acuerdo con las políticas de Donald Trump, pero que, eventualmente, podrían llegar a establecer una relación cercana con un indocumentado.
“Es que esta es una historia sobre una familia, sobre dos personas enamoradas que tienen hijos, porque intentamos circunscribir esta problemática a aspectos específicos de la vida que todos experimentamos”, dijo David. “Obviamente, era importante tener a una persona latina y a una anglosajona en esa relación, porque eso nos permite convocar a personas de todos los lados y lograr que estas puedan identificarse con los personajes”.
“A Lien” transcurre durante la primera presidencia de Trump; el mismo mandatario aparece hablando en una pantalla de televisión que se encuentra en el edificio del Servicio de Inmigracion visitado por la pareja. El filme estaba completamente terminado antes de la reelección del representante republicano, pero su nuevo periodo, y lo que ha estado ocurriendo en los primeros días del nuevo gobierno, le han dado un significado novedoso y mucho más urgente a lo que presenta.
“La película, en cierto modo, trata sobre la incertidumbre, sobre lo que va a pasar con tu marido, con tu hijo, con tu propia vida; pero creo que una gran parte del país está sintiendo esa misma incertidumbre colectiva en este momento”, dijo Sam. “No sabemos cómo será el futuro. No sabemos qué va a hacer el actual presidente. Es como si todo el mundo estuviera conteniendo la respiración, intentando averiguar qué diablos va a pasar y cómo vamos a seguir adelante como un pueblo unido”.
(Sam Cutler-Kreutz)
A diferencia de los discursos totalizadores que pintan a los inmigrantes como criminales o, incluso, como salvajes que se comen a sus propias mascotas, los Cutler-Kreutz creen que la mayoría de ellos solo quieren vivir en paz y en condiciones de normalidad, como los demás habitantes del país que respetan las reglas y los condicionamientos morales.
“Quieren ir al supermercado, quieren recoger a sus hijos del colegio, quieren ir a su trabajo, quieren ducharse”, dijo David. “Lamentablemente, se nos dice una y otra vez que todos son terribles y que tienen que irse, lo que no tiene sentido”.
La sensación de desconcierto que tienen muchos en estos días nos llevó a preguntarle a los cineastas lo que esperan que suceda en los próximos meses en términos políticos, y si esto podría llegar a afectarlos como creadores y artistas.
“Hubo mucha retórica en torno al fascismo durante las campañas presidenciales, pero yo, personalmente, siento que el país es lo suficientemente fuerte como para contener esa clase de impulsos, incluso si se considera que la mitad votó por la administración actual”, dijo Sam.
“No tengo la menor intención de dejar de hacer arte porque alguien me diga que deje de hacerlo, ni de hacerlo de cierta manera porque alguien me diga que lo haga así”, agregó. “Lo seguiré haciendo como quiera hacerlo, basándome en los temas que considero importantes. Creo que la gente resistirá de todas las formas, como se ha demostrado una y otra vez”.