En diciembre de cada año, la ciudad de Los Ángeles, California, realiza una conmovedora ceremonia para rendir homenaje a las personas fallecidas que no han sido reclamadas por sus familiares. Esta tradición, que comenzó en 1896, busca dar un descanso digno a quienes han fallecido en las calles, en estacionamientos o incluso en tiendas de campaña. En 2024, más de 1865 personas fueron sepultadas en una fosa común, destacándose que muchas de ellas eran inmigrantes y víctimas de la pandemia de Covid-19.
Los Ángeles es la ciudad con mayor número de cuerpos sin reclamar en Estados Unidos, representando entre el 2% y el 3% del total nacional. Según datos recientes, el 78.4% de estas personas eran inmigrantes. Este fenómeno refleja las difíciles condiciones que enfrentan las comunidades más vulnerables, dejando al descubierto la necesidad urgente de apoyo social para evitar que más vidas terminen en el olvido.
La falta de vivienda entre la población inmigrante en California es un problema social urgente que requiere atención inmediata. Foto: RTVE
¿Por qué los inmigrantes son los más afectados?
La falta de hogar, el aislamiento y las dificultades económicas colocan a los inmigrantes entre los grupos más perjudicados por esta triste realidad. Según Janice Hahn, miembro de la Junta de Supervisores del Condado de Los Ángeles, estas personas representan historias de vida marcadas por la soledad y la desconexión: “Sabemos que muchos no tenían hogar, algunos eran niños y muchos eran inmigrantes separados de familias que les amaron y les extrañaron”.
La alta proporción de inmigrantes entre los fallecidos no reclamados pone de manifiesto la precariedad en la que viven estas comunidades. En Los Ángeles, la población indocumentada y de bajos ingresos enfrenta barreras adicionales para acceder a servicios básicos, lo que incrementa su vulnerabilidad ante enfermedades, adicciones y la falta de recursos para sobrevivir.
Un llamado urgente para proteger a los residentes en California
Durante la ceremonia en el cementerio Evergreen, Christina Ghally, directora del Departamento de Servicios de Salud de Los Ángeles, hizo un llamado a actuar antes de que estas tragedias ocurran. Subrayó la importancia de mostrar apoyo y compasión hacia las personas que aún están vivas y que sufren pobreza, problemas de salud mental o adicciones.
“No debemos reservar estos honores solo para quienes mueren. Debemos encontrar maneras de mostrarles amor y compasión mientras aún están con nosotros”, dijo la Ghally en la ceremonia.
Este mensaje es especialmente relevante para los inmigrantes, quienes a menudo enfrentan desafíos únicos en su integración a la sociedad estadounidense. Las comunidades y las autoridades deben trabajar juntas para brindar recursos y apoyo a los más vulnerables, con el objetivo de prevenir estas pérdidas irreparables y ofrecer una vida digna a quienes más lo necesitan.