Mirar esta semana la tabla de clasificación de la Champions es un dolor, con el Barça y el Madrid justo sobre y bajo la línea que divide en dos quién juega en casa y quién fuera la ronda intermedia, y el Atlético y el Girona más abajo todavía. A la espera de que mejoren su precaria situación, me consuelo viendo al Aston Villa en el grupo de cabeza, con seis puntos en dos partidos, los tres últimos conseguidos ante el Bayern con una victoria que cortó la racha del monstruo alemán de 41 partidos invicto en fases de grupos de Champions. El Aston Villa es algo así como una colonia española en Birmingham, con Emery a la cabeza.
Junto a él están allí Damià Vidagany (otrora firma destacada de AS en Valencia) como director de fútbol, Monchi, recién llegado del desmejoradísimo Sevilla, y Pau Torres, por no nombrarlos a todos. El Aston Villa quizá no impresione entre las nuevas generaciones, atentas al brillo del ‘Big Six’, pero es historia del fútbol inglés. Fundador de la Liga en 1888 y de la Premier en 1992, es, tras el Everton, el equipo con más presencias en la máxima categoría de Inglaterra. Y tiene en su palmarés una Copa de Europa, la de 1982, precisamente ante el Bayern. Ahora ha regresado a la Champions y pisa fuerte.
La anterior derrota del Bayern en fase de Champions fue ante el PSG… de Emery. Y con el Villarreal le eliminó en la 21-22 en cuartos. Bestia negra del Bayern, Emery fue la mejor esperanza del PSG de ganar la Champions hasta que se le cruzaron Neymar y Aytekin. Ahora tiene la tarea de devolver al Aston Villa al primer plano. Lleva ya 16 años consecutivos jugando en Europa (Valencia, Spartak, Sevilla, PSG, Arsenal, Villarreal y ahora ‘los villanos’) pero quizá esté ahora ante la mejor oportunidad, y en la mejor compañía, para alcanzar el máximo logro. Sírvanos de consuelo en esta semana amarga.
