Lácteos Rancho Los Álamos comenzó en 2002 como un proyecto familiar dedicado a la producción de leche. Así continuaron con su proyecto hasta que en 2011 ocurrió algo que cambió el destino de la compañía para siempre: ese año Romero conoció la raza francesa montbéliarde, una raza bovina doble propósito. En aquel entones, apenas había unos cuantos ejemplares en nuestro país.
Cuando la conoció, decidió probar su desempeño con unos pocos animales. Maravillado con los resultados que obtuvo, decidió incrementar su hato con esta raza e incluso adquirió material genético procedente de Francia. Al cabo de 13 años, no solo es miembro de la Asociación de Criadores de Ganado de la Raza Montbéliarde, sino que ya ha estado en el país galo recorriendo ganaderías y se ha convertido en un embajador de este tipo de vacunos.
A esta decisión se suma otra, igualmente trascendental: decidieron procesar su propia leche y comercializarla tanto líquida como en forma de quesos. Estos productos se distribuyen principalmente en tiendas de Ubaté y a través de plataformas de pedidos en Bogotá, lo que les ha permitido ampliar su alcance y adaptarse a las demandas del consumidor moderno.
Para Romero, su negocio comenzó a prosperar desde que entendió la importancia del bienestar animal y de brindar el mayor confort para su ganado. El ganadero explicó que han adaptado la sala de ordeño para que se convierta en un lugar de placer para las vacas, pues ellas se acostumbrarán y querrán volver cuantas veces deseen.
En consecuencia, han implementado prácticas que priorizan la comodidad y salud de los animales. Entre otras también destacó que acostumbran “dormir a los animales para descornar y usar agujas delgadas para evitar el dolor”. Además, se realiza un manejo preventivo que incluye monitoreo constante de las máquinas y estrategias nutricionales personalizadas para evitar enfermedades como la mastitis.
El bienestar animal también se refleja en los indicadores productivos. Las vacas producen entre 35 y 40 litros de leche por día, con solo 47.000 células somáticas, lo que indica una excelente salud mamaria.
Alimentación y sostenibilidad
La alimentación del ganado representa entre el 32 % y 35 % de los costos de operación. Para optimizar estos recursos, Rancho Los Álamos utiliza bolas de pasto de ryegrass y kikuyo, que pueden conservarse hasta por dos años. Además, trabajan en alianza con la compañía Pecker Nutrition para desarrollar raciones personalizadas que maximizan la eficiencia y el rendimiento de los animales.
Romero anotó que también se presta especial atención al ciclo reproductivo, con un intervalo de 100 a 115 días entre partos, lo que garantiza una producción continua y sostenible. (Lea en CONtexto ganadero: Resultados positivos en explotación lechera con ejemplares Montbéliarde)
Diversificación y tecnología de punta
La finca ha diversificado su modelo de negocio con un programa de ceba para machos. Estos animales alcanzan los 550 a 600 kilogramos en 20 meses, con un rendimiento de canal del 56 % al 58 %, caracterizado por un excelente marmoleo. Las vacas de descarte también van para sacrificio, luego de haber alcanzado entre 8 y 10 lactancias, y con un peso que ronda los 700 kg.
Con un enfoque en la calidad, la finca inició el diseño y construcción de una sala con cinco robots de ordeño, capaces de manejar 420 vacas, que entrará en operación en 2025. Este sistema no solo garantiza eficiencia, sino que también reduce la dependencia de la mano de obra, una problemática creciente en el sector. Según Romero, “la tecnología es la solución, porque cada vez es más difícil encontrar personal capacitado para estas labores”.
Para Mario Romero, el principal desafío en los próximos años será dominar el sistema de robots de ordeño y, posteriormente, buscar nuevas oportunidades de innovación. “Quiero seguir trabajando con vacas, pero no al mismo ritmo de hoy. En diez o quince años, la tecnología será esencial para mantener el negocio vivo”, afirma. (Lea: Las bondades de la raza montbéliarde)
Con más de dos décadas de experiencia, Lácteos Rancho Los Álamos es un ejemplo de cómo la tradición puede convivir con la innovación. Su apuesta por el bienestar animal, la sostenibilidad y la diversificación lo posicionan como un modelo a seguir en la industria lechera colombiana.
