Por Steve Peoples — The Associated Press
El presidente, Joe Biden, inició el viernes en Camp David un intenso periodo de preparativos privados para el que puede ser el debate presidencial más trascendental en décadas.
El equipo del demócrata de 81 años es consciente de que no puede permitirse decepcionar cuando se enfrente el 27 de junio a su rival republicano Donald Trump durante 90 minutos y en directo por televisión. La campaña de Biden espera ataques agresivos contra su fortaleza física y mental, su historial en materia de economía e inmigración e incluso contra su familia.
Trump, de 78 años y siempre seguro de sí mismo, permanecerá en campaña antes de ir a su propiedad de Florida la próxima semana para dos días de reuniones privadas como parte de un proceso informal de preparación.
Los aliados del expresidente le presionan para que se mantenga centrado en sus planes de Gobierno, pero esperan que sea puesto a prueba con preguntas punzantes sobre su implacable enfoque en el fraude electoral, su papel en la erosión del derecho al aborto y sus problemas legales sin precedentes.
El debate en la cadena de televisión CNN estará lleno de primicias, con el potencial de remodelar la carrera presidencial. Nunca antes en la era moderna se habían enfrentado tan pronto en el escenario del debate dos virtuales candidatos en la temporada de elecciones generales. Nunca antes dos aspirantes a la Casa Blanca se habían enfrentado a edades tan avanzadas, con dudas generalizadas sobre su capacidad.
Y nunca antes un participante en un debate de las elecciones generales había sido condenado por un delito grave. El encuentro en el escenario se produce a dos semanas de que Trump sea condenado por 34 delitos graves en su juicio por el pago de dinero para obtener el silencio de la actriz porno Stormy Daniels en Nueva York.
“Se puede argumentar que este será el debate más importante, al menos en mi vida”, contó el estratega demócrata Jim Messina, un hombre de 54 años que dirigió la campaña del presidente Barack Obama en 2012.
Presión sobre Biden
Las reglas básicas del debate del 27 de junio, el primero de los dos encuentros programados, son inusuales.
Los candidatos acordaron reunirse en un estudio de CNN en Atlanta y sin público. El micrófono de cada candidato estará silenciado, excepto cuando le toque hablar. No se permitirán en el escenario ni accesorios ni notas escritas de antemano. Los candidatos sólo dispondrán de un bolígrafo, un bloc de papel y una botella de agua.
No habrá discursos de apertura. Una moneda al aire determinó que Biden se situaría en el podio a la derecha del espectador, mientras que Trump pronunciaría el discurso final de clausura.
El siguiente debate no será hasta septiembre. Cualquier tropiezo el 27 de junio será difícil de borrar o reemplazar de inmediato.
[Las reglas que Biden y Trump tendrán que cumplir en el debate presidencial de CNN]
Biden llegó a Camp David el jueves por la noche y se espera que se concentre con altos cargos de la campaña hasta que llegue el debate. Mientras viajaba a la montaña, saludó a los periodistas cuando le preguntaron cómo iba la preparación del encuentro.
El equipo del presidente se ha mostrado reacio a compartir detalles sobre sus preparativos, dirigidos por el exjefe de gabinete Ron Klain. Sin embargo ha señalado que se prepara para ser agresivo y que no dudaría en utilizar el término “delincuente convicto” para describir a su oponente.
Un asesor no autorizado a hablar públicamente sobre la estrategia del debate señaló que Biden ha sido cada vez más mordaz en sus recientes comentarios sobre Trump y planea llevar ese tema hasta el debate. Eso sin dejar de tratar de proyectarse como “el líder sabio y firme” en contraste con Trump, añadió el asesor.
Entre algunos operadores políticos, existe la sensación de que Biden puede tener más que perder dada su lucha por generar impulso en medio de signos de debilidad dentro de su coalición política. Trump y sus aliados han puesto un listón extraordinariamente bajo, sin embargo, al sugerir durante meses que Biden está lidiando con serias limitaciones físicas que le dificultan estar de pie durante 90 minutos o hilvanar dos frases.
“Es como la prueba del espejo. Pon un espejo bajo la nariz de Biden, y si se empaña, gana, ¿no? Ese es más o menos el umbral para Biden”, indicó entre risas David Urban, estratega republicano y aliado de Trump. “¿Puede Biden demostrar que es ágil mentalmente? Esa es la gran pregunta”.
Sin embargo, Trump trató de cambiar las expectativas en una entrevista el jueves durante el programa The All-In Podcast en la que se desvió bruscamente de sus típicas burlas a Biden. Recordó que Biden “destruyó” al candidato a la vicepresidencia Paul Ryan en su debate de 2012.
“Supongo que será alguien digno de debatir”, aceptó Trump sobre Biden. “No quiero subestimarlo”.
Los ayudantes de Biden han desestimado las preocupaciones sobre su edad y su preparación mental. Están luchando contra lo que alegan es una edición engañosa de videoclips para sugerir que está confuso.
Pero mientras algunos demócratas proyectan confianza, los aliados del presidente también aseguran que ha pasado gran parte de las dos últimas semanas de viaje —en Europa y en la Costa Oeste—, lo que limita su capacidad de preparación. Otros señalan que los mandatarios en ejercicio suelen tener dificultades en el primer debate electoral de la temporada.
Messina se refirió a ambas cuestiones al tiempo que trataba de restar importancia a los intereses políticos de Trump. Sugirió que Trump estaba asumiendo un riesgo político innecesario al debatir con Biden.
“Si yo fuera él, no habría participado en el debate”, aceptó Messina refiriéndose a Trump. El estratega añadió: “¿Por qué querrías darle ese aire? Decidió que quería hacer esto para noquearlo, y si no lo hace, entonces creo que está en verdaderos problemas”.
Trump proyecta confianza
El equipo de Trump ve el cara a cara como una oportunidad para demostrar un claro contraste con la capacidad de liderazgo y el historial de Gobierno de Biden.
Y aunque restan importancia a sus preparativos, los ayudantes de Trump tienen la costumbre de insistir en que no se prepara para los debates cuando, de hecho, sí lo hace, a su manera. En lugar de simulacros de debates con atriles y dobles o de horas dedicadas a estudiar libros de política, se espera que el expresidente se base en una serie de conversaciones sobre política y estrategia con ayudantes y aliados políticos.
Trump también tenía programadas apariciones públicas en los próximos días.
El sábado ya dio un mitin en Philadelphia y pronunció un discurso en una conferencia de conservadores cristianos en Washington. También tiene el lunes una recaudación de fondos en Nueva Orleans antes de ir a su propiedad de Florida para celebrar reuniones.
“Biden necesita ensayar con los manipuladores para encontrar alguna manera de explicar este desastre que ha hecho de nuestra nación”, dijo el portavoz de Trump, Brian Hughes. “El presidente Trump siempre está preparado para presentar a los estadounidenses su historial de éxitos y las debilidades y fracasos de Biden”.
El equipo de Biden es consciente de que Trump probablemente se centrará en su hijo Hunter, como hizo el entonces presidente en el escenario del debate hace cuatro años. Hunter Biden fue condenado recientemente por tres cargos de delito grave relacionados con la compra de un arma mientras era supuestamente adicto a las drogas. Los republicanos también han criticado los negocios de Hunter Biden en el extranjero cuando Joe Biden era vicepresidente.
A los aliados de Biden también les preocupa, sin embargo, que su famoso y combativo rival se comporte bien.
“Para ambas campañas, el objetivo aquí es llegar a una audiencia de votantes moderados, independientes y duditativos en los estados indecisos que, en muchos sentidos, serán el factor decisivo en esta elección”, contó el exfuncionario de la Administración Biden, Bill Russo.
“Trump tiene aquí una especie de oportunidad de oro. Si puede fingir que es un ser humano razonable durante 90 minutos mientras está en el punto de mira, tiene mucho que ganar”, añadió Russo. “La verdadera clave aquí es cuál Trump aparecerá”.
