Por Will Weissert – The Associated Press
El presidente, Joe Biden, está a punto de tener mucho más tiempo libre. No necesita mirar más allá de los ex presidentes para obtener ideas sobre qué poner en su lista de tareas de jubilación.
A sus 82 años, Biden es el presidente estadounidense de más edad. En una entrevista reciente con el diario USA Today, reconoció su incertidumbre sobre su futura capacidad física, al decir: “Quién sabe lo que seré cuando tenga 86 años”.
Pero su edad no es extraordinaria para los expresidentes, nueve de los cuales vivieron más de 90 años. Entre ellos están George H.W. Bush, Gerald Ford, Ronald Reagan, John Adams, Herbert Hoover y Jimmy Carter , que murió recientemente a los 100 años.
Echemos un vistazo a algunas de las formas tradicionales –y también a algunas decididamente menos convencionales– en que Biden podría pasar sus próximos años:
Tratar de reforzar su lugar en la historia
A diferencia de su predecesor en la presidencia y convertido en sucesor, Donald Trump, es casi seguro que Biden no intentará volver a la política.
El demócrata ha dicho poco públicamente sobre sus planes posteriores al Despacho Oval. Quienes le conocen desde hace tiempo dicen que no es algo de lo que haya hablado mucho más allá de un estrecho círculo de cercanos colaboradores.
Algunos ex presidentes modernos han cobrado grandes honorarios por sus discursos posteriores a la Casa Blanca. Biden, que durante la mayor parte de su mandato se vio afectado por unos bajos índices de aprobación, podría utilizar estas apariciones para tratar de reforzar su legado y su futura popularidad. Declaró a USA Today que quería que su legado fuera haber trabajado “para restaurar la economía y restablecer el liderazgo de Estados Unidos en el mundo”.
La buena noticia para Biden es que los presidentes suelen ver mejorar su popularidad tras dejar el cargo.
El republicano George W. Bush era impopular al final de su mandato en medio de la guerra de Irak y la crisis financiera. Sin embargo, su popularidad aumentó en los años siguientes, a pesar de mantener un perfil público bajo mientras se dedicaba a la pintura. Trump también se vio afectado por bajos índices de aprobación durante su primer mandato, pero recuperó la Casa Blanca en noviembre.
Recaudar fondos y planificar su biblioteca
Es probable que una de las prioridades de Biden sea recaudar fondos y empezar a trabajar en los planes para su biblioteca presidencial. Probablemente sería ubicada en el estado natal de Biden, Delaware, del que fue senador durante 36 años y pasó muchos fines de semana mientras era presidente.
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Los funcionarios ya han reclutado al menos a un embajador de la Administración Biden para que ayude en la recaudación de fondos. Un modelo puede ser el Centro Presidencial Barack Obama, una biblioteca y museo de 19.3 acres en Chicago. Las obras comenzaron hace tres años y se espera que estén terminadas en 2026.
Ordenar los recuerdos con cuidado
Dicen sus ayudantes que es posible que Biden quiera conservar recuerdos de sus años en la Casa Blanca. Debe proceder con cautela.
Los funcionarios electos federales están obligados a desprenderse de documentos oficiales y material clasificado cuando dejan el cargo. Los abogados personales de Biden han estado trabajando en una cuidadosa gestión de los documentos incluso antes de que fuera encontrado material clasificado de la época de Biden en el Senado, como vicepresidente en el Penn Biden Center, en Washington, y en el garaje de Biden en Delaware.
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Esos descubrimientos tuvieron lugar después de que el FBI registrara en 2022 la casa de Trump en Florida, como parte de un caso fue desechado tras recuperar la Casa Blanca.
En el caso de Biden, el abogado especial Robert Hur publicó más tarde un informe en el que culpaba a la edad y la competencia mental del presidente, pero no buscó cargos criminales por el mal manejo de documentos.
“Vamos a hacer todo lo posible, sin duda, para seguir las normas y hacerlo de la forma correcta”, dijo el viernes la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, al ser cuestionada sobre la conservación de documentos.
Escribir otras memorias, también con cuidado
Según sus allegados, Biden no ha expresado mucho interés en escribir otro libro. Ha escrito dos memorias, Promises to Keep, publicada en 2007, y Promise Me, Dad, publicada en 2017.
Sin embargo, es posible que opte por escribir un tercero para consolidar su legado. De nuevo, tendría que proceder con cautela.
Hur acusó a Biden de ser descuidado a la hora de compartir información clasificada con el escritor fantasma Mark Zwonitzer, quien trabajó en los dos primeros libros de Biden. El fiscal especial consideró acusar a Zwonitzer de obstrucción de la justicia porque el escritor fantasma destruyó grabaciones de entrevistas que realizó con Biden mientras trabajaban en sus segundas memorias.
Finalmente, el informe de Hur afirmó que Zwonitzer ofreció “razones plausibles e inocentes” para haberlo hecho y que posteriormente cooperó con los investigadores.
Deleitarse en el club de los ex presidentes
Entusiasta de la tradición política, Biden podría ser miembro del club de los ex presidentes. Los ex comandantes en jefe posan de vez en cuando para las fotos, se dan palmadas en la espalda en actos históricos, y se sientan juntos en funerales de personalidades.
A veces también emprenden juntos proyectos especiales, como la promoción de vacunas durante la pandemia de COVID-19 o la recaudación de fondos tras una catástrofe natural. Rara vez se critican mutuamente y tienden a proferir palabras aún menos duras sobre los actuales ocupantes de la Casa Blanca.
Esta será una oportunidad para que Biden vuelva a diferenciarse de Trump, quien mostró poco interés en pasar tiempo con ex presidentes después de perder la reelección en 2020. Fue similar a la forma en que evitó los típicos esfuerzos posteriores a la presidencia, como trabajar en la construcción de una biblioteca presidencial, y se concentró en cambio en su campaña de 2024.
Biden ya reunió a su propio club de ex presidentes mientras seguía en el cargo: Para preparar su discurso sobre el Estado de la Unión del pasado marzo, mantuvo una videollamada con actores que habían interpretado a presidentes anteriormente.
Morgan Freeman, Tony Goldwyn, Geena Davis y Michael Douglas le dieron consejos y ánimos, al igual que Bill Pullman, quien interpretó al presidente Thomas J. Whitmore en el filme Independence Day. Pullman aprovechó el optimismo siempre presente en los comentarios públicos de Biden para pronosticar: “La gente, cuando vea todo lo que ha conseguido hacer, lo recordará. El tiempo recordará, siempre, sus palabras“.
¿Probar en el mundo del espectáculo?
Hablando de celebridades, Biden ha barajado la idea de dedicarse a otras actividades brillantes después de la presidencia.
En agosto, aproximadamente un mes después de abandonar su campaña de reelección, Biden bromeó en un acto para creadores de contenidos en línea: “Por eso los he invitado a la Casa Blanca: porque estoy buscando trabajo”.
Cuando Jessica Alba ayudó a celebrar el Mes de la Herencia Hispana en la Casa Blanca unas semanas más tarde, Biden bromeó y dijo que pronto podría necesitar las conexiones empresariales de la estrella para ayudar a encontrar trabajo: “Jessica, si soy realmente bueno, ¿quizás puedas conseguirme un trabajo?”
Hizo una broma similar en un acto de homenaje a los galardonados en el Kennedy Center, en diciembre, y le dijo a Robert De Niro: “Si me meto en problemas, acudo a ti, amigo”.
“Estoy buscando trabajo en febrero”, dijo Biden entre risas. “¿Quizá tengas algo para mí? ¿Una combinación Biden-De Niro? No sé cantar, no sé actuar, no sé bailar, no sé hacer nada, pero podría ayudarte”.
