El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció este viernes (03.01.2025) que bloqueó la polémica venta por 14.900 millones de dólares de la siderúrgica estadounidense US Steel a la japonesa Nippon Steel, debido a la necesidad estratégica de proteger esa industria.
“Esta adquisición habría colocado a uno de los mayores productores de acero de Estados Unidos bajo control extranjero, creando un riesgo para nuestra seguridad nacional y para la cadena de suministros. Es por ello que he decidido bloquear la operación”, señaló Biden en un comunicado.Estados Unidos es el primer importador mundial de acero, un sector dominado mayoritariamente por China.La producción de acero y los trabajadores metalúrgicos “son la columna vertebral de nuestra nación”, dijo el demócrata de 82 años.
Una fuerte industria siderúrgica es “una prioridad esencial para la seguridad nacional y es fundamental para unas cadenas de suministro resistentes”, añadió, y presumió de haber triplicado “los aranceles sobre las importaciones de acero procedentes de China” durante su mandato.
Posibles consecuencias diplomáticas
Según la prensa estadounidense, sus asesores le habían advertido de las posibles consecuencias diplomáticas de este bloqueo. Joe Biden, gran defensor de la reindustrialización estadounidense, se ha esforzado en fortalecer las alianzas internacionales de Estados Unidos, en particular en Asia, y concretamente en Japón, considerado un aliado estratégico en la región. Pero en el tema del acero, ha optado por anteponer consideraciones internas.
En 2021 tampoco dudó en provocar una crisis con Francia al robarle un gigantesco contrato de submarinos a Australia.
Del imperio Morgan al declive industrial
US Steel fue fundada en 1901 por J.P. Morgan, con la fusión de tres compañías siderúrgicas estadounidenses. La operación dio lugar a la mayor empresa siderúrgica del mundo y la primera firma que superó los 1.000 millones de capitalización bursátil.
La empresa fue crucial en la construcción de infraestructuras emblemáticas como el Empire State Building, el Chrysler Building, los puentes Golden State de San Francisco y George Washington de Nueva York, y la presa Hoover Dam.
Durante la Segunda Guerra Mundial, US Steel fue uno de los proveedores esenciales de material para las fuerzas armadas estadounidenses.
No obstante, su presente es otro. Como señaló el presidente de la compañía, David Burritt, US Steel “no es ya el líder industrial” que fue en el pasado.
“Somos solo el tercer mayor productor de acero de Estados Unidos y el 24 del mundo”, y sus principales clientes son las compañías del automóvil y los fabricantes de electrodomésticos, “no los sectores militares y de infraestructuras” que en el pasado les definieron.
Trump y Biden coinciden en rechazar la venta del gigante siderúrgico
Biden debe entregar el 20 de enero la presidencia al republicano Donald Trump, quien también se había manifestado en contra de esa fusión anunciada inicialmente en diciembre de 2023.
Un panel encargado de evaluar las consecuencias para la seguridad nacional de Estados Unidos de una eventual venta de la siderúrgica se negó a pronunciarse a fines de diciembre.
La decisión recayó entonces en Biden, quien tenía 15 días para pronunciarse.
El proyecto de fusión estuvo en el centro de la campaña presidencial del año pasado, puesto que afectaba directamente al estado de Pensilvania, cuna de la industria del acero de Estados Unidos y clave para los comicios.
El sindicato de los trabajadores metalúrgicos se había opuesto con firmeza a la fusión, que Nippon Steel había descrito como un auténtico salvavidas para un sector industrial en dificultades.
Es “la decisión correcta”, reaccionó este viernes el sindicato United Steelworkers.
“Estamos agradecidos por la voluntad del presidente Biden de tomar medidas audaces para mantener una industria siderúrgica nacional fuerte y por su compromiso de toda la vida con los trabajadores estadounidenses”, afirmó el presidente internacional del sindicato, David McCall, en un comunicado.
Japón ofreció garantías de producción para salvar la compra
El grupo japonés intentó vencer las reticencias de Joe Biden prometiendo garantías y condiciones tentadoras. Según la prensa, ofreció al Gobierno estadounidense el derecho a vetar cualquier posible reducción de la producción de U.S. Steel en Estados Unidos.
La siderúrgica japonesa también se comprometió a mantener el empleo y prometió al menos 2.700 millones de dólares de inversión en centros industriales sindicalizados, así como una prima de 5.000 dólares para los empleados de U.S. Steel en caso de adquisición.
U.S. Steel, por su parte, también hizo campaña a favor de la adquisición, que describió como una forma de “combatir la amenaza competitiva de China” y garantizar la prosperidad futura de la empresa.
FEW (AFP, EFE)