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Biden aprueba grandes inversiones en renovables poco antes del 5-N

Autor: Saskia ODonoghue

La Administración demócrata busca proteger el legado climático del presidente y se anticipa a una hipotética victoria de Donald Trump.

Apenas dos semanas antes de las elecciones presidenciales estadounidenses, el mandatario saliente está dando prioridad a las inversiones de energías renovables. La Administración Biden está destinando miles de millones de dólares en este tipo de proyectos, aprobando nuevos proyectos eólicos marinos y asegurando importantes iniciativas legislativas climáticas antes de que el presidente abandone su cargo después del 5 de noviembre.

Desde su elección en 2020, Joe Biden ha pretendido establecer un legado de acción climática verde y fijar un plan para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, los cuáles están aumentando artificialmente la temperatura del planeta. Estados Unidos es el segundo país más contaminante del planeta, detrás de China.

El expresidente Donald Trump ha expresado con frecuencia su escepticismo climático y se ha comprometido a rescindir los fondos no gastados en el histórico proyecto de ley sobre clima de Biden y a detener el desarrollo de la energía eólica marina si regresa a la Casa Blanca.

¿Cuál ha sido el plan de Joe Biden con respecto a las energías renovables?

La actual secretaria de Energía, Jennifer Granholm, ha declarado ante ‘Associated Press’ que sería una “mala praxis política” deshacer los incentivos de energía limpia que, según afirma, aumentan los ingresos estadounidenses. Actualmente, la mayoría de las inversiones se desarrollan en zonas empobrecidas y con una población universitaria por debajo de la media, ha asegurado. “Son partes de Estados Unidos que se han sentido abandonadas; esto les está dando una oportunidad”.

La vicepresidenta Kamala Harris, actual candidata demócrata, afirma que si gana las elecciones de noviembre seguirá una agenda climática similar a la de Biden, centrándose en la reducción de emisiones, la implementación de energías renovables y la creación de más empleos centrados en la producción de energía limpia.

El 5-N en el punto de mira

Los anuncios de nuevas e importantes subvenciones ambientales y proyectos se han acelerado significativamente en las últimas semanas por parte de los demócratas. La subdirectora de gabinete de la Casa Blanca, Natalie Quillian, ha declarado que Biden está “corriendo hacia la meta” y cumpliendo sus promesas de promover la energía limpia y frenar el cambio climático.

En verano, la Agencia de Protección Ambiental (EPA) obtuvo 20.000 millones de dólares (18.400 millones de euros) de un “banco verde” federal para proyectos de energía limpia como bombas de calor residenciales, estaciones de carga de vehículos eléctricos y refugios climáticos comunitarios.

En septiembre, la Oficina de Gestión de la Energía Oceánica aprobó el décimo gran parque eólico marino del país, el Proyecto Eólico Marino de Maryland.

Gracias al mismo, Estados Unidos alcanzará la mitad del objetivo de Biden de generar 30 gigavatios de energía eólica marina para 2030. El 1 de octubre, la agencia también aprobó la construcción de un parque eólico marino frente a las costas de Nueva Jersey.

Solo durante este mes de octubre, el Departamento de Energía ha anunciado la licitación de más de 3.000 millones de dólares (2.700 millones de euros) para proyectos de fabricación de baterías y un préstamo de 1.500 millones de dólares (1.300 millones de euros) para reiniciar una planta nuclear en Michigan. Y Biden ha establecido esta misma semana un plazo de diez años para que las ciudades reemplacen sus tuberías de plomo, ofreciendo hasta 2.600 millones de dólares (2.400 millones de euros) disponibles de la EPA para ayudar a las comunidades a cumplir con la ley.

Además de la ley climática, formalmente conocida como Ley de Reducción de la Inflación (IRA), Biden busca gastar miles de millones en proyectos aprobados mediante la Ley de Infraestructura bipartidista en 2021 y la Ley CHIPS y Ciencia de 2022. La Ley de Infraestructura incluye fondos para carreteras, puentes o puertos, mientras que la Ley CHIPS tiene como objetivo revitalizar el sector de chips informáticos en Estados Unidos gracias a miles de millones de dólares de dinero público.

Trump vs. Harris: lo que el ganador podría significar para las emisiones de EE. UU.

La legislación climática de Biden ha puesto a Estados Unidos en marcha para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y tratar así de cumplir con los objetivos establecidos en el Acuerdo de París.

Se espera que estas inversiones reduzcan las emisiones de Estados Unidos en un 40% para 2030. Sin embargo, esto no es un horizonte definitivo, especialmente si Trump gana las elecciones. Un nuevo análisis de la consultora global Baringa concluyó que una Administación republicana retrasaría la transición de combustibles fósiles, aunque esto dependerá de los futuros escaños en la Cámara de Representantes y en el Senado.

Esta legislatura ya ha sido extremadamente ajustada: según la Constitución de los Estados Unidos, le corresponde a la vicepresidenta comandar al Senado. Y es la líder de la cámara quien tiene la potestad de inclinar la balanza en caso de empate entre los dos grandes partidos, como ha ocurrido recurrentemente durante los pasados cuatro años. Harris, por ejemplo, emitió el voto decisivo sobre la Ley de Reducción de la Inflación, que fue aprobada solamente con el apoyo de los demócratas.

La ex fiscal general de California fue una defensora del Green New Deal (Gran Pacto Verde), focalizado en la transición ecológica y energética del país norteamericano, aunque su posición actual es más ambigua. En el debate electoral celebrado el mes pasado, Harris defendió que la Administración Biden ha comandado “el mayor aumento histórico en la producción nacional de petróleo para evitar la dependencia exterior”.

¿Puede Estados Unidos mantener sus objetivos energéticos incluso si Trump gana?

Actualmente, Estados Unidos es el segundo mayor emisor del mundo de dióxido de carbono. Los consultores de Baringa dicen que las políticas de primer mandato de Trump provocaron que las emisiones aumentaran un 9%, mientras que las políticas de Biden las redujeron en un 11%.

Independientemente de la posición de Trump, unos 18 republicanos de la Cámara de Representantes, incluidos varios en carreras reñidas para la reelección, declararon al presidente de la Cámara que quieren proteger las ventajas fiscales para la energía limpia que están creando puestos de trabajo gracias a la nueva legislación aprobada por Biden. “Han estimulado la innovación, incentivado la inversión y creado empleos en muchas partes del país, incluyendo a nuestros distritos”, declararon estos legisladores republicanos.

Para lograr una transición hacia la energía limpia correcta, los expertos dicen que Estados Unidos necesita comprometerse con ella a lo largo de sucesivos ciclos electorales. “(La energía limpia) resulta beneficiosa para las comunidades de todo el país, sea cual sea su composición política”, ha declarado Conrad Schneider, director sénior del Clean Air Task Force, un grupo de defensa “Esperamos que eso signifique que estos programas puedan mantenerse pase lo que pase en las elecciones”.

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