Biden advierte de que una “oligarquía” ultrarricosa amenaza la democracia en Estados Unidos en su discurso de despedida.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, aprovechó su discurso de despedida a la nación para lanzar duras advertencias sobre una “oligarquía” de individuos ultrarricos y un “complejo tecnológico-industrial” que vulnera los derechos de los estadounidenses y amenaza el futuro de la democracia en el país.
Hablando desde el Despacho Oval, que dejará libre el lunes, Biden aprovechó el discurso para dar la voz de alarma sobre la acumulación de riqueza y poder entre unos pocos. “Hoy en día, se está configurando en Estados Unidos una oligarquía de extrema riqueza, poder e influencia que amenaza literalmente toda nuestra democracia, nuestros derechos y libertades básicos, y una oportunidad justa para que todo el mundo salga adelante”, dijo Biden, llamando la atención sobre “una peligrosa concentración de poder en manos de unos pocos ultra ricos“. Peligrosas consecuencias si no se controla su abuso de poder”.
El discurso guardó un sorprendente parecido con el último discurso del expresidente Dwight Eisenhower en 1961, en el que advirtió a la nación sobre el auge de un complejo militar-industrial. “Me preocupa igualmente el posible auge de un complejo tecnológico-industrial que podría suponer también peligros reales para nuestro país”, añadió el presidente estadounidense. Biden aprovechó su discurso de 15 minutos para ofrecer un modelo de traspaso de poder pacífico y plantear su preocupación por su sucesor, Donald Trump, sin mencionar su nombre.
Las declaraciones de Biden se producen después de que algunas de las personas más ricas del mundo y titanes de su industria tecnológica hayan acudido en masa al lado de Trump en los últimos meses, sobre todo tras su victoria en las elecciones presidenciales del 5 de noviembre. El multimillonario Elon Musk gastó más de 100 millones de dólares (97 millones de euros) en ayudar a Trump a salir elegido. Ejecutivos como Mark Zuckerberg, de Meta, y Jeff Bezos, de Amazon, han hecho donaciones al comité de investidura de Trump y han peregrinado al club privado del presidente entrante en Florida.
El discurso de Biden es el último de una serie de discursos sobre política interior y relaciones exteriores que el presidente ha pronunciado con la intención de cimentar su legado y remodelar las opiniones críticas del público sobre su mandato. El jueves, el presidente saliente anunció un esperado acuerdo de alto el fuego entre Israel y Hamás, que podría poner fin a más de un año de combates en Oriente Próximo y a la pérdida de decenas de miles de vidas.
“Llevará tiempo sentir todo el impacto de lo que hemos hecho juntos, pero las semillas están plantadas y crecerán y florecerán durante décadas”. Fue un reconocimiento tácito de los billones de dólares que Biden gastó en iniciativas domésticas, que los estadounidenses han criticado mayoritariamente diciendo que aún no han sentido el impacto o visto la eficacia de su política.
Biden también afirmó que hay que reformar el código fiscal. En su discurso ofreció su propio conjunto de soluciones para los problemas que considera fundamental abordar. El presidente estadounidense afirma que deben eliminarse los grandes recortes fiscales a los multimillonarios, declarando que deben “pagar su parte justa”. También añadió que el gobierno debe eliminar el flujo de fuentes ocultas de dinero a las campañas políticas, establecer límites de mandato de 18 años para los miembros del Tribunal Supremo y prohibir a los congresistas comerciar con acciones.
Los datos de la Reserva Federal muestran que el 0,1% más rico del país posee en conjunto más de cinco veces la riqueza del 50% más pobre. Sus prescripciones políticas llegan cuando su capital político está en su punto más bajo y se prepara para abandonar la escena nacional, habiendo hecho poco por promover esas causas durante sus cuatro años en el poder.
Biden no deja la Casa Blanca como él esperaba. El presidente estadounidense intentó presentarse a la reelección, dejando de lado las preocupaciones de los votantes sobre su avanzada edad y su agudeza mental. Tras tropezar en un debate con Trump y cometer un sinfín de meteduras de pata, Biden abandonó la carrera bajo la presión de su propio partido, allanando el camino para que su vicepresidenta Kamala Harris presidiera la candidatura demócrata.
El discurso no solo despidió la presidencia de Biden, sino también sus cinco décadas en política. Biden fue en su día el senador más joven del país, con 30 años, tras ser elegido para representar a Delaware, su estado natal, en 1972. Aspiró a la presidencia en 1988 y 2008, antes de convertirse en vicepresidente de Barack Obama. Tras cumplir dos mandatos con Obama, se consideraba que Biden estaba retirado de la política, pero volvió al centro de la escena como el improbable candidato demócrata en 2020, cerrando el paso a la reelección de Trump y destituyéndolo.
Biden terminó su mensaje agradeciendo a la nación, a su familia y a sus seguidores el “gran honor” de servir como presidente, e instó a los jóvenes a mantenerse en guardia y seguir defendiendo los principios y la institución en los que se sustenta el país.
