Fuente de la imagen, Jack Garland, BBC News
- Autor, Jasmin Dyer
- Título del autor, Servicio Mundial de la BBC
Dawit (nombre ficticio) es un joven de Etiopía.
Nos encontramos en un parque tranquilo y frondoso de una de las ciudades más grandes de Polonia. Es tímido y habla en voz baja, vestido para el frío con un abrigo acolchado amarillo y negro con capucha.
Me cuenta que huyó de su casa para escapar del reclutamiento forzoso en la guerra de su país y dice que pagó casi 7.000 dólares (5.500 libras esterlinas) a traficantes de personas que lo ayudaron a hacer el viaje a Polonia a través de Rusia y Bielorrusia.
Es una de las decenas de miles de personas que han cruzado ilegalmente la frontera entre Bielorrusia y Polonia desde que comenzó la crisis en 2021.
Fuente de la imagen, Jack Garland, BBC News
A lo largo de esa frontera se extiende uno de los últimos vestigios de un vasto bosque primigenio que antaño cubría Europa.
El bosque de Bialowieza es un lugar declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, una zona de protección medioambiental. Ahora la gente lo utiliza como ruta ilegal hacia la Unión Europea.
Atravesando el bosque se encuentra una valla de casi 200 kilómetros de longitud, construida por el gobierno polaco en 2022 en un esfuerzo por reforzar su frontera y la de toda Europa.
Fuente de la imagen, Jack Garland, BBC News
Los guardias fronterizos polacos patrullan día y noche a pie y vehículos blindados de transporte de personal. Vigilan los cielos con drones de alta tecnología.
Vestido con uniforme oficial, Michal Bura, un oficial de la fuerza fronteriza, me acompaña a lo largo de la imponente valla de más de cinco metros de altura. Las empalizadas puntiagudas y afiladas brillan bajo el brillante sol invernal.
“Debemos ir un paso por delante de los traficantes de personas. Necesitamos estar un paso por delante de nuestros enemigos”, dice.
Bura incluye ahora a sus homólogos bielorrusos entre esos enemigos.
“Los guardias del lado (bielorruso) trabajan con inmigrantes ilegales.
“Les indican el lugar por donde pueden cruzar esta frontera ilegalmente. Les dan el equipo necesario, como escaleras y cortadores de alambre”, dice.
Pero las autoridades polacas también han sido acusadas de comportamiento ilegal hacia los inmigrantes.
Un informe de Human Rights Watch de diciembre de 2024 concluyó que las autoridades polacas estaban “obligando ilegalmente, y a veces de manera violenta, a las personas que intentaban ingresar al país a regresar a Bielorrusia sin tener en cuenta sus necesidades de protección”.
Fuente de la imagen, Jack Garland, BBC News
Después de que Europa impusiera sanciones más duras tras las , ampliamente desacreditadas elecciones de 2020 en Bielorrusia, su líder, Alexander Lukashenko, dijo que no intervendría si los migrantes, que a menudo viajan desde Oriente Medio y África, se dirigían ilegalmente hacia la frontera con Polonia.
“Les dije (a la UE) que no voy a detener a los migrantes en la frontera, y si siguen viniendo a partir de ahora, tampoco los detendré, porque no vienen a mi país, van al suyo”, dijo Lukashenko a la BBC en 2021.
Pero no se trata solo de pasividad. Bielorrusia ha sido acusada de alentar activamente a los migrantes a utilizar esta ruta como medio para ingresar a Europa.
En 2021 una agencia de viajes dirigida por el gobierno de Lukashenko fue sancionada por la UE por facilitar el flujo de migrantes hacia la frontera.
La BBC ha visto pruebas de que esta agencia de viajes, Tsentrkurort, solicitó en 2021 al Ministerio de Asuntos Exteriores de Bielorrusia visas de turismo de caza para varios iraquíes, incluidos niños de hasta cinco años.
Esa visa otorga a las personas el derecho legal de estar en las áreas protegidas del bosque de Bialowieza en Bielorrusia, muy cerca de Polonia.
Fuente de la imagen, Jack Garland, BBC News
La Dirección de Fronteras de Bielorrusia ha negado que esté ayudando activamente a los inmigrantes a cruzar la frontera y ha remitido a la BBC a declaraciones anteriores que ha hecho sobre cuestiones relacionadas con la seguridad de la frontera.
“Desde que se ha agravado la situación migratoria, el Comité Estatal de Fronteras ha llamado repetidamente la atención de los países de la UE sobre la necesidad de un diálogo constructivo y de la ‘descongelación’ de los proyectos de cooperación transfronteriza suspendidos, incluidos los relacionados con la lucha contra la migración ilegal”.
“Desafortunadamente, en lugar de entablar un diálogo constructivo, los países vecinos de la UE han optado por el camino de la militarización de las fronteras, la confrontación y el desprecio por las cuestiones de cooperación fronteriza. Hoy en día, están utilizando métodos radicales para abordar el emergente problema migratorio “.
Las relaciones fronterizas de Polonia y Bielorrusia
El aumento del flujo migratorio ha supuesto un cambio radical en la relación entre los encargados de vigilar la frontera en ambos lados.
“Hasta hace unos años… hablábamos con ellos, fumábamos un cigarrillo juntos. Ahora sólo nos miramos. No tenemos ningún contacto con ellos”, afirma Bura de los agentes fronterizos bielorrusos.
A pesar de los mayores esfuerzos de Polonia, en 2024 hubo casi 30.000 intentos de cruzar la frontera, la segunda cifra más alta registrada desde que comenzó la crisis en 2021.
Muchos de los que consiguen cruzar llegan en malas condiciones.
Fuente de la imagen, Jack Garland, BBC News
“Si corres, te soltarán un perro”
El terreno del bosque es denso e implacable. La imponente valla de alambre de púas de 5,5 metros provoca heridas espantosas.
Según el grupo We Are Monitoring, 89 personas han muerto cruzando la frontera.
Los migrantes dicen que, a pesar de que se les proporciona equipo para ayudarlos a cruzar, es habitual que los perros de la fuerza fronteriza bielorrusa los persigan mientras los guardias empujan a la gente fuera de su territorio y hacia la UE.
Las condiciones en invierno son especialmente despiadadas. La hipotermia y la congelación son habituales.
“Si corres, te soltarán un perro”, me dice Dawit.
“Vi a gente con mordiscos en el cuello y las piernas”.
Olga, quien trabaja para una organización benéfica que se adentra en el bosque para brindar asistencia a los recién llegados, dice que la gente que conoce a menudo está asustada y necesita ayuda médica.
“Tienen muchas heridas debido al alambre de púas. A veces se han roto los brazos y las piernas al saltar de la valla”.
Nos encontramos con Olga en la sede de la ONG.
Situada en las afueras de un pueblo cercano, es un anexo de tres habitaciones donado por un miembro de la comunidad local.
Mantienen su ubicación en secreto por temor a las represalias de aquellos que están enojados por la afluencia de inmigrantes.
El lugar está lleno de material para auxiliarlos. Ropa abrigada, comida, vendas y botiquines de primeros auxilios están apilados contra las paredes. En la esquina hay dos camas individuales donde duermen los voluntarios, si el turno lo permite.
Las llamadas de ayuda pueden llegar a cualquier hora del día o de la noche y el tipo de personas que llega varía. “Ahora (en invierno) son sobre todo hombres jóvenes, pero en septiembre y octubre casi la mitad eran chicas, chicas jóvenes. Hay muchas adolescentes”.
Siempre que es posible, los voluntarios de la organización dispensan primeros auxilios y ofrece asesoramiento sobre asilo a quienes están dispuestos a escucharlos
Fuente de la imagen, Jack Garland, BBC News
Mientras tanto, los incendios forestales y la basura que dejan quienes atraviesan la zona restringida han provocado un cambio en el comportamiento de los animales de Bialowieza.
En un esfuerzo por evitar el olor humano, las manadas de bisontes europeos se están desplazando hacia partes del bosque que antes pasaban por alto.
El aumento de las pisadas trae consigo especies exóticas que los expertos forestales tienen que trabajar para eliminar.
Mateusz Szymura ha trabajado como guarda forestal durante más de 20 años y ha vivido en Bialowieza toda su vida. Mientras caminamos por un puente cubierto de nieve en el denso bosque, me cuenta que a menudo ve inmigrantes durante el curso de su trabajo y que le preocupa la falta de acción de Bielorrusia.
“Los problemas para el bosque de Bialowieza solo aumentarán si ellos (Bielorrusia) continúan permitiendo la presencia de personas en las áreas estrictamente protegidas”, dice.
Fuente de la imagen, Jack Garland, BBC News
Sin embargo, para muchos, esto es solo una parada en su viaje a otros países de Europa.
Y mientras la migración ilegal siga siendo un factor decisivo para el juego político de Bielorrusia, esta crisis seguirá afectando las fronteras de Europa.
Dawit me cuenta que muchas otras personas que conoció en su viaje tienen como objetivo llegar al Reino Unido. Sin embargo, él ha solicitado asilo en Polonia y su solicitud está en curso.
“Solo quiero estar a salvo. Por eso me quedo aquí”.
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