La Comisión de Seguimiento del Convenio de Coordinación entre la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) y LaLiga decidió finalmente no conceder la licencia federativa a Dani Olmo y Pau Víctor, que por lo tanto no podrán ser inscriptos por Barcelona y quedarán libres. Así, el club catalán ya piensa en salir del ámbito del fútbol para reclamar una solución favorable con la intervención del Gobierno, a través del Consejo Superior del Deporte, o acudir a la Justicia ordinaria y los futbolistas no podrán jugar, tampoco, en la selección mientras no estén inscriptos en un club.
“La Comisión de Seguimiento está de acuerdo en no conceder el visado previo ni la licencia definitiva solicitada por el FC Barcelona para los jugadores Daniel Olmo Carvajal y Pau Víctor Delgado de acuerdo con la interpretación literal de los artículos 130.2 y 141.5 del Reglamento General de la RFEF que impiden que un jugador cuya licencia se cancela pueda, en el transcurso de la misma temporada, obtener una licencia en el mismo equipo del club al que ya estuviera vinculado”, señalaron los dos organismos este sábado en un comunicado conjunto que fue un mazazo más en el conflicto que disparó LaLiga al detectar que el club culé no cumplía con el fair play financiero.
El organismo que conduce la Liga de España se mantiene firme en considerar que al Barcelona se le agotaron los plazos para presentar la documentación necesaria y terminar con la provisionalidad de las licencias de sus jugadores. Y en medio de reclamos e intentos de salvar la situación, ahora llegó otra sentencia que deja a Olmo y Víctor sin poder jugar allí. No estarán hoy en el partido de Copa del Rey ante Babastro por los 16avos de final y, por estas horas, es casi imposible que formen parte del plantel que jugará en Arabia Saudita las semifinales de la Supercopa de España.
Todos los reclamos posteriores, a los efecto deportivos, fueron cayendo, uno tras otro, mientras crecía la desesperación en la entidad azulgrana. Ahora, los futbolistas ven como todas las promesas que les están haciendo se dirigen hacia una vía muerta. Pero desde la conducción de Joan Laporta les piden paciencia y buscan otras vías para contar con ellos, como sucedió durante el último semestre de 2024.
De hecho, Olmo regresó en agosto a la entidad en la que hizo las inferiores y selló un contrato por 55 millones de euros hasta 2030 tras un acuerdo con Leipzig. Pudo jugar los últimos meses con una licencia provisional gracias a que la lesión de larga duración del defensor central Andreas Christensen, pero ya venció el 31 de diciembre. Las cuentas no dan y la renovación no fue aprobada.
Las dos entidades que dirigen el fútbol español consideran que el tiempo concluyó, que hubo margen suficiente como para presentar todo de manera correcta, y que eso no sucedió. La ausencia de una respuesta afirmativa por parte de los estamentos del fútbol, piensan en Barcelona, lleva a los dirigentes del club a subir su reclamo al Consejo Superior de Deportes (CSD). En caso de volver a recibir una negativa, Laporta podría acudir a la justicia ordinaria, que ya le ha negado en dos ocasiones la cautelar para la nueva inscripción de ambos jugadores. Las próximas novedades podrían darse no antes del miércoles en ese aspecto, por lo que el Barça debe mentalizarse en afrontar sus próximos juegos sin Olmo ni Víctor.
El conflicto pone de manifiesto las dificultades que enfrentan algunos clubes fuertes en España para ajustar sus cuentas a las estrictas normas de LaLiga, que en 2021 generó la partida forzada de Lionel Messi a PSG. En el caso de Olmo, Barcelona habría superado los límites salariales dispuestos, lo que imposibilita su incorporación formal al equipo en el presente mercado de pases. Siquiera cuando el club seguía esperanzado en revertir la situación tras, supuestamente, recibir un pago de 100 millones de euros (103 millones de dólares) por asientos VIP en los palcos del renovado estadio Camp Nou.
Laporta afronta otro revés histórico a su gestión y ahora se abre un futuro incierto para los dos delanteros. El presidente azulgrana se mostró optimista hasta el final: estaba seguro de su éxito porque abrió diferentes y diversas vías para lograr las inscripciones y ajustar su economía a las directrices marcadas por LaLiga. Sin embargo, ni el recurso judicial ni la venta de los palcos VIP ni la petición a la RFEF lo llevaron a obtener nuevas licencias. Nada tuvo el efecto esperado.
Los dos jugadores, finalmente, no pueden ser inscriptos en este curso con Barcelona. Dejan de pertenecer a la plantilla culé. Pero su dirigencia se juega otras cartas fuera de ese ámbito: se plantea tomar más medidas y acudir al CSD y a los tribunales. Nadie cede, la novela continuará.
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