Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), “la salud y el bienestar deberían considerarse activos sociales intrínsecos, dignos de protección”. Sin duda, un ideal que se ve afectado permanentemente por un entorno global cambiante caracterizado, entre otros factores, por diversos fenómenos climáticos e inestabilidad en los órdenes económico, social y político.
En medio de esta realidad cobran relevancia estudios e investigaciones como los de Machteld Huber, fundadora del Institute for Positive Health (iPH), cuando define la salud como esa habilidad de las personas o las comunidades para adaptarse y manejar los desafíos físicos, mentales o sociales que se presenten en la vida (Huber et al., 2011).
Justamente basados en ese principio, que de por sí representa todo un desafío, desde hace varios años Compensar viene trabajando en el fortalecimiento de su Ecosistema de Bienestar Integral, un modelo de acompañamiento que integra en la atención equipos de las áreas de salud y caja (bienestar) con actividades que abarcan diferentes componentes desde lo físico, emocional, espiritual y social.
“Buscamos generar capacidades para que las personas aprendan a vivir con sus condiciones de salud, desarrollen habilidades y puedan afrontar los diferentes desafíos de la vida. Además, queremos transformar la cultura de atención en salud, promoviendo actividades de bienestar que favorezcan las diversas esferas del ser”, asegura Jorge Guevara, gerente de Modelo de Salud de Compensar.
Precisamente para beneficiar a diversas poblaciones, este modelo involucra cuatro ambientes como una forma de trascender a la atención tradicional en consultorio, explorando nuevos escenarios que mejoren la calidad de vida, entre ellos: Persona Mayor, Empresas, Poblaciones Vulnerables y Promoción y Mantenimiento.
En el ambiente de Promoción y Mantenimiento los participantes tienen múltiples características, desde quienes no han identificado un riesgo específico de salud, hasta los que presentan alguna condición crónica (siendo autovalentes) a nivel cardiovascular, oncológico, osteomuscular, respiratorio, entre otras, quienes reciben un acompañamiento en el desarrollo de habilidades que complementan sus intervenciones en salud y bienestar.
Más acceso al bienestar
“Nuestros afiliados habitualmente ingresan al programa de Promoción y Mantenimiento por dos puertas: una es espontánea y corresponde a los usuarios que visitan nuestros Centros de Bienestar Integral para hacer uso de los servicios de recreación y deporte, la otra es la consulta médica, donde el profesional de la salud le sugiere al paciente desarrollar actividades recreativas y deportivas como parte de su tratamiento o programa de intervención en salud;
estos usuarios son recibidos por un profesional de bienestar encargado de diseñar un plan de acompañamiento y de evaluar su autopercepción en salud y bienestar como punto de partida”, explica Guevara.
Así, con alrededor de 300 actividades disponibles, (natación, baile, acondicionamiento físico, artes y muchas más) los usuarios complementan sus controles en salud en los diferentes Centros de Bienestar Integral de Compensar, ubicados en sus sedes Calle 94, Centro Mayor, CUR Av. 68, Calle 220, Autopista Sur, Suba, Cajicá y Chía, entre otras.
Estos planes son revisados de forma regular por el equipo de bienestar y de salud que se encarga de analizar indicadores de frecuencia de participación, adherencia a las actividades, continuidad y autopercepción de bienestar, asegurando así que cada persona reciba el apoyo necesario para alcanzar sus objetivos.
Impacto positivo que va en aumento
El progreso de la implementación pasó de impactar a 9.500 personas en el primer año (2021), a poco más de 52.700 en 2023. De allí que, los resultados del más reciente análisis hecho por Compensar en la población que participa en el programa de Promoción y Mantenimiento, entre abril del 2021 y agosto del 2022, sean contundentes: de una muestra estadísticamente representativa de 4.113 personas se pudo evidenciar que el 7 por ciento de los usuarios mejoraron su autopercepción de bienestar y salud (de negativa a positiva), asimismo, el 85 por ciento mantuvo la autopercepción positiva. También se observó una disminución en la necesidad del uso de servicios de salud, en el grupo de personas sin riesgo específico, pasando de un promedio de 43 servicios al año, antes del programa, a 29 servicios un año después de participar en él. Caso igualmente significativo para el grupo de pacientes con condiciones cardiovasculares, cuya necesidad de uso de servicios disminuyó, pasando de 77 a 52 servicios anuales, demostrando cómo la integración de las actividades de salud y bienestar actúan como agente protector.
“En el futuro inmediato, en Compensar esperamos seguir aportando al mejoramiento de la calidad de vida de los afiliados a través del fortalecimiento de nuestro Ecosistema de Bienestar Integral, en sus diferentes ambientes. Estamos convencidos de que el camino para lograrlo es generar una conciencia que les permita a las personas moverse en función de complementar sus actividades de salud con las de bienestar o las de bienestar con las de salud”, concluyó Jorge Guevara, gerente de Modelo de Salud de Compensar.