Su distancia al planeta era mayor que la de la Luna, lo que llevó a los astrónomos a declarar que el supuesto asteroide tenía el potencial de algún día estrellarse contra la Tierra.
Astrónomos afiliados a la Universidad de Harvard hicieron un sorprendente anuncio el pasado viernes: habían descubierto a principios de enero un nuevo asteroide que pasaba peligrosamente cerca de la Tierra. Sin embargo, lo que en un principio se pensó que era una roca espacial resultó ser un objeto mucho más inusual. Se trababa de un auto deportivo Tesla Roadster lanzado al espacio por Elon Musk, como parte de una campaña publicitaria de hace siete años.
El Minor Planet Center de Cambridge, Massachusetts, había registrado oficialmente el objeto el 2 de enero de 2025, bajo el nombre provisional “2018 CN41”. Según los primeros informes de los científicos, el asteroide se encontraba a unas 150,000 millas de la Tierra, una distancia mayor que la de la Luna, lo que hizo que los científicos consideraran que el objeto podría tener el potencial de impactar contra el planeta algún día.
Sin embargo, la noticia dio un giro inesperado cuando, 17 horas después del descubrimiento, los astrónomos confirmaron que habían cometido un error.
De acuerdo a la revista Astronomy, la confusión con el Tesla Roadster “fue una decepción para el astrónomo aficionado turco, que pidió ser identificado como “G”. Esperaba haber descubierto un asteroide cercano a la Tierra, no un automóvil usado del año 2010 con varios miles de millones de kilómetros recorridos”, señala el artículo.
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No era un asteroide, era un Tesla de Elon Musk
El objeto que inicialmente se pensó que era un asteroide resultó ser el Tesla Roadster que Elon Musk lanzó al espacio en 2018 como parte de una campaña publicitaria de SpaceX.
Durante una prueba del cohete Falcon Heavy, la compañía de Musk envió el auto eléctrico al espacio, con un maniquí vestido con un traje espacial detrás del volante, para llamar la atención y demostrar las capacidades de su cohete.
Este incidente ha puesto en evidencia la creciente presencia de objetos espaciales no rastreados, lo que preocupa a los científicos, ya que puede dificultar el trabajo de monitorear asteroides peligrosos que sí representen una amenaza para la Tierra.
El astrofísico Jonathan McDowell, del Centro de Astrofísica de Harvard-Smithsonian, comentó que situaciones como esta podrían generar graves problemas en la lucha por proteger al planeta de posibles impactos.
El astrofísico del Centro de Astrofísica (CfA) Jonathan McDowell en un correo electrónico a Astronomy. “En el peor de los casos, gastas mil millones en lanzar una sonda espacial para estudiar un asteroide y solo te das cuenta de que no es un asteroide cuando llegas allí“, dijo.
“Y es un problema que empeorará a medida que más naciones y empresas se aventuren a la Luna y más allá”, explicó.
Finalmente, el Minor Planet Center emitió una corrección el 3 de enero, anunciando que retiraba el objeto de sus registros oficiales. Aunque la confusión resultó ser un error inofensivo, de acuerdo al artículo mencionado anteriormente, se resalta la necesidad de un mejor monitoreo de los objetos espaciales y una mayor coordinación para evitar futuros malentendidos que puedan afectar los esfuerzos científicos para proteger a la Tierra.
El espacio profundo está “en gran medida desregulado”, afirmó McDowell a una audiencia en una sesión especial el 14 de enero en la reunión de invierno de la Sociedad Astronómica Estadounidense (AAS) en National Harbor, Maryland.
“No existe ningún requisito para presentar algún tipo de plan de vuelo público, ningún equivalente de los TLE o los datos corporativos que obtenemos para los satélites de órbita baja”, sostuvo el científico.
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