Desde la Estación Espacial Internacional (ISS), proyecto creado entre las distintas agencias que incluye a la NASA , el astronauta Don Pettit capturó imágenes que revelan los misterios de lo que él llama la “dimensión desconocida” de la órbita terrestre. La ISS sirve como un laboratorio de investigación en microgravedad, donde se realizan estudios en diversos campos como la astrobiología, astronomía, meteorología y física.
Donald R. Pettit, astronauta de la NASA actualmente a bordo de la ISS, ha compartido una serie de fotografías que ofrecen una vista privilegiada de lo que él denomina la “zona crepuscular o desconocida” de la órbita terrestre, en inglés le dice Twilight Zone, que recuerda a la serie de televisión de 1960 con el mismo nombre.
Así luce la “dimensión desconocida”
Esta región, según información compartida por la NASA, también es conocida como la línea del terminador, es donde el día y la noche se encuentran en una transición suave pero visible desde el espacio. El proyecto de colaboración internacional en el que está Pettit reúne a cinco importantes agencias espaciales que hacen posible estos descubrimientos: NASA (Estados Unidos), Roscosmos (Rusia), JAXA (Japón), ESA (Europa) y CSA (Canadá)
“Vivimos en la dimensión desconocida. Nuestra órbita en @Space_Station
ahora está alineada con la sombra diurna y nocturna de la Tierra, por lo que no vemos ni el día ni la noche completos. Este es el mejor momento para fotografiar nubes con una iluminación de ángulo bajo”, fue lo dicho por Don Pettit en el trino de X.
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Según el astronauta, este es el momento ideal para capturar fotografías de nubes y otros fenómenos atmosféricos, ya que la luz baja y oblicua resalta detalles que de otro modo pasarían desapercibidos.
Las imágenes que compartió muestran un contraste impactante entre la claridad del día y la oscuridad de la noche, revelando una perspectiva que solo los astronautas pueden experimentar. Además, Pettit en otras ocasiones ha fotografiado estrellas y satélites desde la ISS, utilizando exposiciones prolongadas para crear imágenes que muestran las estrellas como arcos luminosos y los satélites como líneas rectas.
¿Quién es Don Pettit?
Don Pettit no es un extraño para la exploración de lo desconocido. Con más de 370 días en el espacio y más de 13 horas de caminatas espaciales acumuladas a lo largo de su carrera, este ingeniero químico y veterano de la NASA ha dedicado gran parte de su vida a desentrañar los misterios del cosmos.
Seleccionado como astronauta en 1996, Pettit ha participado en misiones clave como la Expedición 6, donde pasó más de cinco meses a bordo de la ISS realizando experimentos científicos, y la Expedición 30/31, donde utilizó el brazo robótico de la estación para capturar la primera nave espacial de carga comercial, SpaceX Dragon. Actualmente, forma parte de la Expedición 72, donde continúa llevando a cabo investigaciones científicas mientras orbita nuestro planeta a más de 400 kilómetros de altura.
La otra dimensión desconocida queda en el océano
Mientras Pettit explora el espacio, el oceanógrafo Ken Buesseler y su equipo de científicos han estado investigando un mundo igualmente desconocido bajo las olas: la zona crepuscular del océano. Situada entre la superficie iluminada por el sol y las profundidades oscuras, esta región es un ecosistema crítico que regula el clima de la Tierra.
“Existe una quinta dimensión más allá de la que el hombre conoce. Es el punto intermedio entre la luz y la sombra. Es una zona que llamamos la Zona Crepuscular”, es lo dicho por el equipo de la NASA.
El fitoplancton, organismos microscópicos que convierten el dióxido de carbono en materia orgánica mediante la fotosíntesis, forma la base de la cadena alimentaria en el océano. Esta materia es consumida por zooplancton y otros animales marinos, muchos de los cuales realizan una migración diaria hacia la superficie para alimentarse y regresan a la zona crepuscular al amanecer. Este movimiento masivo constituye la mayor migración animal del planeta, aunque a menudo pasa desapercibida.
Una característica fascinante de esta zona es la “nieve marina”, una cascada de partículas orgánicas que transporta carbono desde la superficie hacia las profundidades del océano. Este proceso desempeña un papel esencial en la eliminación de dióxido de carbono de la atmósfera, almacenándolo durante siglos y ayudando a mitigar el cambio climático.