Federico Valverde está hecho de otra pasta. Es el único jugador de la plantilla de Ancelotti que ha jugado los 34 partidos que llevan disputados esta temporada. Su resistencia es encomiable en un jugador que basa su fútbol en el poderío físico, en la que impone su larga zancada con la que es difícil competir. La temporada pasada jugó 54 de los 55 partidos y, lo más destacable, es que pocas veces es sustituido salvo que sufra algún contratiempo en forma de lesión.
Dolorido
Eso fue lo que ocurrió en el partido ante el Valladolid. Ancelotti decidió darle descanso en el último momento, en el tiempo de descuento, el motivo fue resentirse de un golpe sufrido el pasado miércoles en el partido contra el Salzburgo. “Estoy contento, otra noche feliz y otro partido para recordar. Venía de un golpe, intenté dar lo mejor de mí, pero en el último minuto me ha dolido un poco”, reconocía el uruguayo al final del partido.
Valverde hizo gestos de dolor en un balón que intentó golpear desde fuera del área, su arma preferida para golear: lleva seis de los ocho que ha marcado esta temporada. Sin embargo, siguió sobre el terreno de juego hasta que el italiano decidió darle un exiguo descanso de apenas dos minutos tras cambiarlo por el canterano Lorenzo.
Polivalente
Ancelotti está atento al estado físico del uruguayo para el partido del próximo miércoles ante el Brest. Da lo mismo donde lo ponga, de lateral como en Valladolid, o en cualquier posición del centro del campo. Su presencia es vital para el equipo como reconoce el técnico: “Es, seguramente, el jugador más completo del fútbol actual. Puede cubrir muy bien todas las posiciones hasta de central, lo haría sin ningún problema”.
El Madrid se juega el miércoles mejorar su clasificación en la Champions, con el objetivo de subir posiciones para jugar la eliminatoria de dieciseisavos de final a ser posible con el factor campo a favor, ya que entrar entre los ocho primeros es una cuestión de carambolas en caso de ganar en Brest. Valverde es pieza básica en el engranaje de los blancos y una inoportuna lesión trastornaría los planes de Ancelotti.