El cuerpo habla. Los gestos, las miradas, las sonrisas y hasta los tics involuntarios funcionan a modo de altavoz de las emociones. Por eso el debate entre Kamala Harris y Donald Trump, candidatos a la presidencia de Estados Unidos, ha despertado un interés especial entre los analistas de comunicación no verbal. No solo por la relevancia que tradicionalmente se le da a un debate de candidatos a la presidencia de Estados Unidos sino porque, tal como recoge en su crónica Javier Ansorena, enviado especial de ABC a Filadelfia, era «una prueba de fuego para Harris» frente a un Trump que a su vez «afrontaba a su séptimo debate de una elección general com más experiencia que ningún otro candidato a la presidencia en la historia de Estados Unidos».
Durante el debate hubo varios «puntos calientes», muchos de ellos ya virales, en cuanto a la gestualidad y a la actitud de los protagonistas que analizamos con la ayuda de Vanessa Guerra, experta en comunicación no verbal y autora de ‘El lenguaje corporal de las emociones‘. La especialista defiende que una de las claves para hacer este tipo de análisis reside en valorar la coherencia entre lo que se dice, lo que se hace y lo que se muestra.
El primero de los puntos calientes del debate se da ya desde el arranque, con la presentación de ambos candidatos. Kamala Harris entra en escena y se dirige hacia el centro del plató mientras que Donald Trump se encamina directamente a su tribuna. La acción del candidato denota una intención clara de evitar el contacto con la vicepresidenta que, según indica la experta, contrasta con lo que hace ella, que se dirige al sitio de Trump para desearle suerte y darle la mano. «Esto implica entrar en su espacio y, de alguna manera, ocuparlo o incluso invadirlo. Es una muestra de fortaleza, seguridad y capacidad de liderazgo por parte de Harris», expresa Guerra. A esto hay que sumar la reacción del ex presidente de EE UU al saludo que, según valora la experta, denota una cierta actitud de defensa: «En el momento en el que Harris le da la mano, Trump la atrae ligeramente hacia él como si con ello quisiese evitar quedar en evidencia por la iniciativa de Harris, lo que contrasta con la firmeza y seguridad del gesto de la candidata».
El saludo de ida, pero no de vuelta
Otro aspecto destacado de la actitud de Trump frente a Harris es que el candidato republicano evita constantemente el contacto visual con ella durante todo el debate; mientras que Harris no sólo mira a Trump cuando se dirige a él sino que llega a protagonizar uno de los instantes más virales del encuentro desde el punto de vista de la gestualidad cuando se coloca la mano en el mentón con una media sonrisa y dirige la vista hacia Trump justo en el momento en el que éste comenta que los seguidores de Harris suelen abandonar en seguida los mítines protagonizados por la candidata demócrata.
«A lo largo del debate veremos varios momentos en los que Harris mostrará una amplia sonrisa ante algunos de los comentarios de Trump y también veremos una ligera inclinación de cabeza hacia atrás, elevando el mentón. Ambos gestos están destinados a mostrar fortaleza, confianza, seguridad y superioridad», apunta Guerra.
Contención frente a ironía
Y en el otro lado vemos una imagen de Trump que destaca por la sobriedad el rostro. Así, según recoge la experta en comunicación no verbal, el candidato mira hacia abajo a menudo y muestra una gestualidad más relacionada con la derrota y con el cansancio que con la lucha. «También veremos expresiones que reflejan una capacidad de contención ante emociones como la ira o el enfado como enseñar los dientes abriendo la boca, apretar los labios dejando la boca plana o colocar esos morritos a los que ya nos tiene acostumbrados y que expresa en mayor medida en momentos de contención y de tensión», apunta Guerra.
En cuanto a las intervenciones de la candidata demócrata, la analsita plantea que además de la gestualidad del rostro es relevante el correcto uso del tono de voz, así como en la fórmula elegida para enfatizar el discurso con las manos. «Kamala Harris utiliza siempre la mano derecha para reforzar ideas concretas o para acompañar con las manos el argumentario que quiere defender», destaca
La polémica de las mascotas
Otro de los puntos destacados por parte de la experta es el que tiene que ver con el momento en el que el moderador contrasta los datos en relación al supuesto «bulo de las mascotas». «La incomodidad y la tensión afloran en el rostro de Donald Trump en una secuencia en la que se humedece los labios enseñando la lengua, abre la boca ligeramente, muestra los dientes y después aprieta los labios y asiente con la cabeza», plantea.
También resulta significativo, según apunta la experta, que el expresidente de EEUU hable más rápido tras la intervención del moderador en torno a la polémica de las mascotas y que además llegue a atropellarse con las palabras.
La sonrisa de Kamala Harris
Para la experta uno de los puntos álgidos del debate se da cuando se aborda el tema del aborto. «Es muy significativa la reacción de Kamala Harris durante las intervenciones relacionadas con el tema del aborto pues aunque la gestualidad de su rostro manifiesta preocupación y afectación (con el rictus hacia abajo y un atisbo de seriedad) durante la intervención de Trump, su réplica expresa un salto emocional que le lleva a mostrar calma y confianza en la argumentación«, asegura la analista.
Vanessa Guerra está convencida de que Kamala Harris usa la sonrisa como arma y como defensa. «Prácticamente todas las intervenciones de Trump tienen su réplica gestual (manifiesta lo que siente o piensa con sus reacciones) por parte de Harris. La mayoría de ellas en forma de sonrisa o incluso de risa, pero también hemos podido ver gestos sarcásticos o de incredulidad (elevación de las cejas, ojos más abiertos y boca abierta); de sorpresa (cabeza hacia atrás), como por ejemplo cuando Trump le dice que su padre es marxista o incluso irónico cuando se pone la mano en el mentón y afina la mirada mientras lo mira. Este último es un gesto desafiante que manifiesta a través de esa gestualidad sarcástica que tiene muy trabajada», argumenta Guerra.
«Un punto destacado de Kamala es el uso de su sonrisa: es un aspecto que ha trabajado a conciencia junto a su equipo para mostrar confianza, serenidad y fortaleza»
Vanessa Guerra
Experta en comunicación no verbal
Podría decirse, según apunta la experta, que Kamala Harris solo contiene la gestualidad cuando el turno de palabra de Trump es largo y tiene que escucharle durante mucho tiempo. «Ahí se centra en respirar, hace alguna que otra respiración profunda durante esas intervenciones, baja ligeramente la mirada como para resetear la mente y busca su propio equilibrio. Pero lo que nunca pierde es la sonrisa o la media sonrisa. Pocas veces la vemos completamente seria durante el debate. Y eso es algo que es probable que haya trabajado con su equipo porque denota fortaleza y contribuye a que su lenguaje corporal exprese que nada de lo que le digan puede hundirle emocionalmente», argumenta.
La sonrisa de Kamala Harris es, según el análisis de la experta, un arma de provocación que utiliza como defensa pero también como ataque.
