El “soñador” Oscar Silva, de 24 años, de San Luis Potosí, México, ha vivido en Estados Unidos durante 23 años, pero está profundamente preocupado por el riesgo de una deportación masiva.
El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha dicho que quiere llegar a un acuerdo para proteger a los Dreamers (inmigrantes indocumentados traídos al país cuando eran niños), pero sus planes de deportar a inmigrantes que se encuentran en Estados Unidos ilegalmente han dejado a Silva y a otros inseguros sobre su destino en su país. propio país. Llamé a casa durante mucho tiempo.
“La amenaza de deportaciones masivas me llena de temor por mí y mi familia”, dijo Silva. Semana de noticias en una entrevista exclusiva.
Semana de noticias Se ha contactado a la administración entrante de Trump para solicitar comentarios.
Óscar Silva
En 2012, el presidente Barack Obama introdujo el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA), que brinda alivio temporal de la deportación y permisos de trabajo a personas elegibles.
Cinco años después, Trump anunció el fin de DACA, dejando incierto el futuro de unos 800.000 Dreamers. Esa decisión enfrentó desafíos legales y en 2020 la Corte Suprema la bloqueó, permitiendo que DACA continuara.
El Consejo Americano de Inmigración estima que hay 3,6 millones de Dreamers viviendo en Estados Unidos. Ese número incluye a aquellos que no solicitaron el programa DACA o que superaron la edad después de que el programa dejó de aceptar nuevos solicitantes.
Trump ha expresado su voluntad de trabajar con los demócratas en una legislación que permitiría a los Dreamers permanecer en el país, algo que apoya para protegerlos. “Quiero resolver algo”, dijo Trump en NBC News Conoce a la prensa.
Sin embargo, sus acciones pasadas han generado dudas sobre su compromiso con la causa.
Traida a los Estados Unidos cuando era un bebé, Silva ha pasado toda su vida en este país, pero su miedo a ser separada de su familia y de su hogar se hace más fuerte cada día.
“Lo único que quiero hacer es contribuir al gran país que ha sido mi hogar durante los últimos 23 años. ¿Por qué este país intenta con tanto ahínco deshacerse de mí? Soy un producto del estilo de vida estadounidense”.
“Cuando era joven, aprendí a hablar inglés gracias a los dibujos animados, las películas y la música de artistas estadounidenses. No entiendo por qué este país quiere llevarme lejos de mi hogar, a un lugar que nunca he conocido”, dice Silva.
“Pago mis impuestos, estoy casada con un ciudadano estadounidense y mi familia vive aquí, pero el gobierno estadounidense quiere que me deporten”.
Aunque Silva está agradecida por su vida en los Estados Unidos, enfrenta desafíos diarios al vivir como inmigrante indocumentada.
“Cada vez que conduzco, tengo que tener cuidado”, dijo Silva. “Actualmente no tengo licencia de conducir porque el estado de Texas no permite que los inmigrantes indocumentados la obtengan. Dallas es una gran ciudad llena de caminos y autopistas y conducir es un medio de transporte importante en mi área. Elijo conducir sin una licencia, no es opcional, sino una necesidad para mis necesidades diarias.
“Una parada de tráfico podría separarme de mi esposa durante 10 años. El estrés de una posible deportación pesaba sobre mí”, dijo.
Silva también describió cómo el miedo a la deportación afectó su sentido de planificación. “Mi mente está constantemente llena de ansiedad ante la amenaza de deportación, por lo que siempre tengo que planificar mi vida con seis meses de anticipación”, dijo.
Silva y otros miembros de su equipo tomaron medidas para prepararse para lo peor. Después de las elecciones presidenciales de 2024, creó una “Tarjeta de Emergencia” personal que siempre lleva consigo. Contiene los nombres y números de teléfono de abogados y familiares en caso de que lo atrapen.
Silva fue un paso más allá al imprimir tarjetas de presentación Conozca sus derechos para los miembros de su familia para asegurarse de que tengan la información que necesitan si corren el riesgo de ser arrestados y deportados.
Para soñadores como Silva, el camino a seguir sigue siendo incierto, con el miedo siempre presente de ser separados de sus seres queridos y de la vida que han construido. A pesar de todo esto, el deseo de Silva de permanecer en el país que considera su hogar sigue siendo fuerte.
“Espero que la administración entrante de Trump sea consciente del daño y la devastación que las deportaciones masivas pueden causar a nuestra economía, y de las generaciones de trauma que enfrentan miles de comunidades en todo el país”, dijo.
“Un enfoque razonable a nuestro problema de inmigración sería proporcionar un camino hacia la ciudadanía para los millones de inmigrantes que simplemente quieren trabajar y no ser tratados como ciudadanos de segunda clase. La solución es simple: un camino que no requiera un daño irreparable a millones de familias.”
