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El presidente saliente de Estados Unidos, Joe Biden, llegó a la Casa Blanca en 2021 con la promesa de alejarse de las políticas de inmigración de su antecesor y ahora presidente electo, Donald Trump, quien ha prometido iniciar una deportación de inmigrantes a gran escala.
Biden habló de implementar una moratoria de 100 días sobre las deportaciones después de asumir el cargo y proteger las ciudades santuario de las agencias federales encargadas de hacer cumplir la ley. Sus palabras fueron más allá cuando afirmó en agosto de 2019 que el país podría darse el lujo de “acoger a dos millones en un abrir y cerrar de ojos”.
Pero sus palabras se vieron eclipsadas por la afluencia masiva de solicitantes de asilo en la frontera entre Estados Unidos y México que afectó significativamente los recursos de inmigración y se convirtió en un problema político para la administración Biden, algo que Trump aprovechó en la carrera por la presidencia.
De hecho, el mandatario deja el cargo con un índice de aprobación sobre su manejo de la inmigración de apenas el 31%, según una encuesta de CNN realizada por SSRS.
El propio Biden reconoció en febrero del año pasado que la frontera era “un caos” luego de que en diciembre de 2023 los cruces en la frontera alcanzaron un récord que lo llevaron a emitir en junio de 2024 un decreto que restringió la capacidad de los inmigrantes que cruzaban ilegalmente la frontera para solicitar asilo tras el fracaso en el Congreso de un amplio proyecto de ley bipartidista de seguridad fronteriza.
La medida resultó en una drástica caída de encuentros en la frontera con México y se mantuvo en su nivel más bajo desde julio de 2020 durante los últimos meses de la administración Biden.
Un análisis del Instituto de Política Migratoria (MPI, por sus siglas en inglés) señala que Biden deja un legado mixto en materia migratoria. Por una parte, registró cifras récord de deportaciones y superó las medidas ejecutivas relacionadas con la inmigración a las adoptadas en los cuatro años previos de Trump y, por otro lado, naturalizó al mayor número de personas en más de una década y extendió las protecciones temporales contra la deportación antes del regreso de Trump.
Este es un repaso a las cifras de inmigración en los cuatro años de la presidencia de Biden, que impulsó 605 medidas ejecutivas relacionadas con la inmigración hasta el 6 de diciembre, comparadas con las 472 del mandato de Trump, según los datos del MPI.
La administración Biden inició con una baja en las deportaciones en 2021, pero esa cifra aumentó los siguientes tres años hasta alcanzar el número más alto en la última década.
En el año fiscal 2021 –que inicia el 1 de octubre y termina el 30 de septiembre– el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) informó 59.011 deportaciones, lo que representó una baja si se compara con las 185.884 reportadas en el año fiscal 2020, cuando Trump aún estaba en el cargo.
La caída estuvo relacionada con un cambio en las medidas adoptadas por las autoridades para focalizar prioridades policiales en amenazas para la seguridad nacional, pública y fronteriza.
En 2022, las deportaciones aumentaron nuevamente hasta alcanzar las 72.177 a más de 150 países alrededor del mundo y al año siguiente esa cifra se vio casi duplicada con las 142.580 personas deportadas a más de 170 países.
Entre los datos de 2023 destacaban las 62.545 deportaciones bajo el Título 42, la medida que permitía a las autoridades expulsar rápidamente a los migrantes en las fronteras terrestres que dejó de implementarse en mayo de ese año.
Sin embargo, el año fiscal 2024 registró el nivel más alto desde 2014 con un total de 271.484 personas deportadas a casi 200 países. Muchas de ellas fueron de personas que cruzaron ilegalmente la frontera entre Estados Unidos y México, lo que refleja el desafío que enfrentaron los funcionarios de la administración Biden.
Para el año fiscal 2023, el ICE contabilizó 142.580 personas deportadas a más de 170 países.
Actualmente, hay alrededor de 1,4 millones de personas en EE.UU. con órdenes finales de deportación, pero muchas de ellas no pueden ser enviadas de regreso a sus países de origen porque no las aceptan, o bien porque aún existe algún tipo de alivio potencial a través del sistema de inmigración.
También hay más de 7,6 millones de inmigrantes en proceso de deportación o sujetos a órdenes finales de deportación en la lista de no detenidos del ICE, según el informe de la agencia, lo que significa que actualmente no están bajo custodia del ICE y todavía están pasando por el proceso de inmigración.
Desde la implementación de la acción ejecutiva implementada en junio que restringía las solicitudes de asilo, el Gobierno de Biden ha presumido una caída en los encuentros en los puntos de entrada, pero durante su administración se registraron niveles no vistos de cruces fronterizos.
Durante el año fiscal 2021, el número de encuentros de la Patrulla Fronteriza –que incluye el número de aprehensiones y expulsiones a lo largo de la frontera suroeste– fue de 1,6 millones, mientras que para 2022 la cifra aumentó a 2,2 millones de cruces fronterizos. Al año siguiente, los cruces presentaron un ligero descenso a poco más de 2 millones y en el año fiscal de 2024 descendió nuevamente hasta llegar a 1,5 millones de encuentros en los puertos de entrada, según los datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés).
El récord mensual de cruces en la frontera con México se registró en diciembre de 2023, cuando se registraron casi 225.000 encuentros con migrantes, lo que representó el total mensual más alto desde el año 2000, según las estadísticas oficiales. Pero las cifras se revirtieron tras la orden ejecutiva implementada a mitad de 2024.
“En los últimos seis meses de 2024, las detenciones de la Patrulla Fronteriza a lo largo de la frontera suroeste han disminuido más del 70% en comparación con el mismo período de 2023”, dijo en un reciente comunicado la CBP.
Detalló que los encuentros entre los puertos de entrada entre noviembre (46.610) y diciembre (47.330) se encuentran actualmente en su nivel más bajo desde agosto de 2020 y que son más bajos del promedio mensual de 2019.
En contraste con las cifras de deportaciones y encuentros fronterizos, algunos migrantes pudieron asegurar un lugar en Estados Unidos ya que las naturalizaciones llegaron a su número más alto registrado durante cualquier presidencia.
Alrededor de 808.000 personas se naturalizaron durante el año fiscal 2021, en comparación con 625.400 personas en el año fiscal previo, según datos del Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS, por sus siglas en inglés).
Para 2022, la agencia reportó 967.500, mientras que en 2023 fueron naturalizados 878.500 nuevos ciudadanos y para 2024 la cifra fue de 818.500, mientras que el promedio anual de 2010 a 2019 fue de 730.100, según los datos oficiales.
En una de sus últimas acciones antes del regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, el presidente Joe Biden extendió las protecciones temporales contra la deportación para casi un millón de inmigrantes que residen en Estados Unidos.
El alivio, conocido como Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés), aplica a personas que enfrentarían dificultades extremas si se vieran obligadas a regresar a sus países de origen, devastados por conflictos armados o desastres naturales, por lo que las protecciones están limitadas a personas que ya se encuentran el país.
La medida aplica a personas de El Salvador, Sudán, Ucrania y Venezuela, protegiéndolas de la deportación por otros 18 meses, a partir de la expiración de la protección actual, y permitiéndoles permanecer en Estados Unidos con permisos de trabajo.
Además, el Departamento de Seguridad Nacional anunció días atrás que extenderá el Estatus de Protección Temporal (TPS) para los nacionales venezolanos elegibles que llegaron el 31 de julio de 2023 o antes.
La prórroga será por 18 meses, indicó el DHS en un comunicado. “La extensión del TPS se debe a condiciones extraordinarias y temporales que impiden que los nacionales venezolanos elegibles regresen de manera segura”, señaló.
Pese a los esfuerzos para proteger a los migrantes tanto como sea posible, lo cierto es que muchas de las políticas de inmigración implementadas durante la era Biden pueden deshacerse muy fácilmente.
Funcionarios de la administración que hablaron previamente con CNN dijeron que hay pocas formas, si es que hay alguna, de proteger las políticas implementadas por Biden que, por ejemplo, brindaron protecciones temporales a ciertos migrantes en los Estados Unidos.
“La gente está al borde de su asiento”, dijo un defensor de los inmigrantes a CNN, refiriéndose a los inmigrantes en los Estados Unidos. “No tienen ninguna certeza”.
Con información de Priscilla Alvarez y Geneva Sands de CNN.
