El Real Madrid encara esta final de la Supercopa con la tranquilidad de que sus futbolistas que acabaron con ligeras molestias lase semifinales (Valverde y Bellingham) no se perderán este nuevo Clásico contra el Barcelona. Esas buenas noticias permitirán a Carlo Ancelotti insistir en su idea, que es emplear el mismo once que en el choque contra los bermellones. El tridente de arriba (Vinicius, Mbappé y Rodrygo) configura el 4-3-3 con el que saldrá presumiblemente el equipo blanco en el King Abdullah Stadium de Yeda (Arabia Saudí) a las 20:00 horas.
Un plan en el que no se contempla retocar tampoco el centro del campo madridista, con Camavinga de nuevo como pivote tras su magnífico desempeño reciente en Copa del Rey y contra el Mallorca en esa posición. Valverde y Bellingham, el primero con su despliegue y amenaza con los disparos desde lejos, y el inglés, convertido en un futbolista total, serán sus acompañantes por delante. Modric estará disponible tras perderse las semis por culpa de una gripe, pero su función volverá a ser la de aportar consistencia y clase desde el banquillo, en su rol de primer suplente para el medio del campo.
Atrás tampoco se esperan novedades. Ferland Mendy, tantas veces en situación precaria en lo físico, repetirá como tres con la peliaguda misión de intentar imponerse a Lamine Yamal. Tchouameni volverá a formar como pareja de Rüdiger, dado que el susto que sufrió con el golpe en la cabeza en semifinales no le impide alinearse en la final. Asencio, uno de los protagonistas en el tramo final de ese partido, tendrá que esperar de nuevo su oportunidad desde el banquillo.
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