Una mujer de Laredo, Texas, confesó haber drogado a niñas con gomitas de melatonina mientras las traficaba a Estados Unidos, justo cuando los agentes fronterizos advierten que se están contrabandeando a menores por medios similares en toda la frontera sur.
Vanessa Valadez, de 23 años, se declaró culpable de trabajar con miembros de su familia para contrabandear a niños menores de 5 años al país desde Nuevo Laredo, México, entre agosto y septiembre de 2023.
“La noqueamos con unas gomitas”, escribió uno de los co-conspiradores de Valadez en un mensaje junto a la imagen de una niña desmayada.
La acusada y su familia contrabandearon al menos a cuatro niñas al país, según Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI), recogiéndolas de un escondite al otro lado de la frontera y drogándolas antes de usar certificados de nacimiento falsos para tratar de hacerlas pasar por miembros de la familia.
Después de Laredo, las niñas fueron llevadas más adentro de Estados Unidos y abandonadas con personas desconocidas para propósitos desconocidos.
Valadez y sus conspiradores finalmente fueron descubiertos el 21 de septiembre de 2023, durante una inspección de rutina por parte de agentes fronterizos.
Tres de las niñas introducidas de contrabando en Estados Unidos siguen sin ser identificadas y se desconoce su ubicación, dijo HSI en un comunicado.
Aumenta el tráfico de menores en la frontera
Los co-conspiradores de Valadez fueron Ana Laura Bryand, de 47 años; su sobrina Kayla Marie Bryand, de 20; José Eduardo Bryand, de 43; Nancy Guadalupe Bryand, de 44, y Lizeth Esmeralda Bryand Arredondo, de 32 años, de México.
Todos ellos se declararon previamente culpables de esta conspiración, y las impactantes confesiones se producen en un momento en que los agentes fronterizos de EE.UU. advierten que el tráfico de menores está aumentando a lo largo de la frontera, y que nadie conoce el alcance total del problema.
Fuentes de la Patrulla Fronteriza dijeron anteriormente a The New York Post que han visto un aumento en los contrabandistas que utilizan a niños para hacerse pasar por familiares, y a veces ven a niños aparecer en la frontera varias veces, pero con diferentes adultos cada vez.
“Hace unos años, cuando llegaban en masa, teníamos que dejar entrar a las familias. La gente seguía entrando y después de un tiempo nos dimos cuenta de que los niños eran los mismos, pero los padres eran diferentes. Estaban reciclando a los niños”, dijo una fuente.
“Odio pensar en eso porque había miles de niños y quién sabe dónde terminaron todos”, agregó.
Sigue sin estar claro exactamente qué destino podrían correr los menores, pero los funcionarios temen que sean vulnerables al trabajo infantil y la explotación sexual.
Al igual que en el caso de Valadez, se ha descubierto a contrabandistas drogando a niños con pastillas para dormir y utilizando certificados de nacimiento falsos para fabricar sus identidades.
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