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CLEVELAND – Ha habido algunos errores de los que Luke Weaver cree haberse salvado durante este inesperado y mágico recorrido como el cerrador de facto de los Yankees, lanzamientos que rebotaron en la tierra o se convirtieron en inofensivos fouls que terminaron en las tribunas.
Cuando Weaver sintió que un cambio de velocidad salió torpemente de sus dedos y flotó hacia el corazón de la zona de strike, se preparó para el impacto, esperando de alguna manera ser perdonado. No tuvo suerte: el dominicano Jhonkensy Noel conectó un jonrón de dos carreras para empatar el juego, un batazo que Weaver no pudo obligarse a ver en tiempo real.
“Estuvimos a un pitcheo”, dijo Weaver después de la derrota de los Yankees por 7-5 ante los Guardianes en el Juego 3 de la Serie de Campeonato de la Liga Americana. “Solo tengo que ejecutar. Realmente sentí que decepcioné al equipo allí, me decepcioné a mí mismo. Así es el béisbol, pasan cosas como esas”.
Tan cerca de tomar una ventaja de tres juegos a cero en la serie, impulsados por sendos jonrones Aaron Judge y Giancarlo Stanton en el 8vo inning, los Yankees en vez de eso tuvieron que ver como los Guardianes los dejaban en el terreno cuando Clay Holmes permitió un jonrón de dos carreras de David Fry en el décimo inning. Ahora lideran la serie por un margen más estrecho de dos juegos a uno.
“Es un gran juego de béisbol si eres un fanático del juego, de los dos lados”, comentó Anthony Rizzo. “Es difícil estar de este lado de la situación”.
El manager de los Yankees, Aaron Boone, aseguró que acababa de presenciar un “clásico”, aunque acompañado de un golpe devastador que su equipo nunca esperó sufrir, especialmente después de haber remontado para tomar la delantera contra uno de los mejores cerradores del juego, el dominicano Emmanuel Clase.
“Fue un juego increíble de presenciar. Eso fue béisbol de playoffs”, comentó Boone. “Ambos equipos siguieron dando golpes decisivos con grandes turnos al bate, grandes momentos contra dos bullpens realmente buenos. Ellos nos superaron esta noche. Hicieron un buen swing más que nosotros”.
Después de que Judge empatara la pizarra con un cuadrangular de dos carreras y Stanton conectara otro para tomar la ventaja, Boone recurrió a Weaver para apagar una amenaza con dos corredores en base en el octavo. El elevado de sacrificio del venezolano Gleyber Torres en la parte alta de la novena había proporcionado una carrera de seguro, y una doble matanza le dio a Weaver dos outs con nadie en base en la parte baja del inning.
Lane Thomas le dio vida a los Guardianes, ganando una batalla de seis lanzamientos al conectar un doble contra la pared en el jardín izquierdo y el central con la cuenta completa. En retrospectiva, Weaver dijo que sintió que ese enfrentamiento con Thomas fue el factor decisivo del cotejo.
“Estás en cuenta de 0-2, tienes que sacarlo out y no dejar que el momentum tome el control en su estadio”, explicó Weaver. “Ves lo alborotado que se ponen. Eso permite que el momento se haga más grande”.
Cleveland envió al plato a Noel, un novato apodado “Big Christmas” que no había conectado un jonrón desde el 30 de agosto, un lapso de 76 turnos al bate. La Navidad llegó temprano: Weaver se quedó de pie, con el guante en la cadera izquierda, mientras Noel tiraba el bate a un lado, listo para disfrutar el recorrido de su vida por las bases después del jonrón más importante de su carrera.
“Fue un juego loco; los bates estaban encendidos y la bola volaba fuera del parque”, dijo Weaver. “Gran turno de Noel; lancé el peor lanzamiento y parecía que él estaba listo para un swing agresivo. Lo consiguió, y ahora tengo que dejarlo ir”.
El bullpen de los Yankees, por supuesto, ha sido su mayor fortaleza en la postemporada hasta ahora. Antes del jonrón de dos carreras de Kyle Manzardo contra Clarke Schmidt al principio de este partido, no habían estado en desventaja desde el Juego 2 de la Serie Divisional de la L.A. contra los Reales.
Weaver ha sido una parte crucial de eso, logrando cuatro salvamentos en siete apariciones, aunque esa carga de trabajo podría estar afectándolo. Weaver dijo que está recibiendo tratamiento para mantenerse fuerte y cree que la adrenalina del ambiente de playoffs puede superar cualquier fatiga.
“Me siento bien”, aseguró Weaver. #Siento que hay momentos en los que tienes que ralentizar el juego y no dejar que se acelere”.
Ese también fue el caso para Holmes, quien no había permitido una carrera en sus primeros 6.2 innings en los playoffs. Con Bo Naylor en segunda base, Fry conectó un sinker de Holmes que voló hacia las gradas del jardín izquierdo; Holmes observó volar la pelota mientras la multitud rugía, reconociendo el desenlace más probable.
“Todavía hay mucha confianza en los muchachos aquí”, dijo Holmes. “Hemos recibido golpes durante todo el año. No hay duda de que podemos superar esto y recuperarnos. Tenemos un grupo resistente de muchachos y mucha confianza aquí”.
De hecho, los Yankees todavía esperan ser los que celebren al final de la serie. Como dijo Weaver, “Nunca empiezas una serie pensando que vas a barrer. Ganar 4-0 es algo muy, muy difícil de hacer”.
Eso es especialmente cierto cuando un banderín está en juego.
“Es la postemporada, hombre”, recordó Boone. “Vas a tener juegos como este cuando te enfrentas a una batalla épica y, a veces, te toca estar en el lado perdedor. Te sacudes y te preparas para uno grande mañana.”
