Wall Street se hundió este jueves después de que la escalada de la guerra comercial del presidente, Donald Trump, agravara la venta masiva de acciones en el mercado de valores estadounidense.
El S&P 500 cayó un 1.4 % este jueves y terminó más de un 10% por debajo de su récord, que se estableció el mes pasado. Los inversionistas llaman a un descenso así una “corrección”, y es la primera vez que el índice lo experimenta desde 2023.
El índice Dow Jones de industriales cayó un 1.45 % y el Nasdaq de tecnológicos perdió un 2 %. Ni siquiera un par de informes alentadores que mostraban lecturas mejores de lo esperado sobre la inflación y el desempleo pudieron compensar las preocupaciones sobre la escalada de aranceles alrededor del mundo. Los rendimientos de los bonos del Tesoro se hundieron en el mercado de bonos a medida que aumentaba el pesimismo sobre la economía.
Las vertiginosas y violentas oscilaciones de las acciones se han producido no solo día a día, sino también hora a hora, y el Dow Jones osciló entre una ligera ganancia y una caída de 689 puntos durante la jornada bursátil de este jueves.
La turbulencia es el resultado de la incertidumbre sobre cuánto sufrimiento permitirá Trump que soporte la economía por los aranceles y otras políticas que buscan rehacer el país y el mundo a su manera. El presidente ha dicho que quiere que los empleos manufactureros vuelvan a Estados Unidos, mientras reduce la fuerza laboral del Gobierno federal e implementa otros grandes cambios.
La última escalada de Trump se produjo este jueves, cuando amenazó con imponer aranceles del 200% al champán y otros vinos europeos, a menos que la Unión Europea retire un arancel “desagradable” anunciado sobre el whisky estadounidense. La Unión Europea dio a conocer esa medida el miércoles, en respuesta a los aranceles estadounidenses sobre el acero y el aluminio europeos.
La confianza de los hogares y las empresas estadounidenses en la economía ya ha menguado, según sondeos, por la incertidumbre sobre qué aranceles se mantendrán en medio de un vaivén de anuncios de Trump. Esto ha suscitado temores de una reducción del gasto que podría minar la energía de la economía. Algunas empresas estadounidenses han dicho que ya han empezado a ver un cambio en el comportamiento de sus clientes debido a la atmósfera de incertidumbre.
Uno de los escenarios económicos más temidos es un estancamiento del crecimiento aunado a una inflación alta impulsada por los aranceles. Washington dispone de pocas herramientas para lidiar con ese tipo de escenario, al que se denomina como “estanflación”. Si la Reserva Federal decidiera reducir los intereses para impulsar la economía, por ejemplo, eso también podría hacer subir la inflación.
Este jueves, sin embargo, llegaron buenas noticias en ambos frentes económicos.
Un informe mostró que la inflación a nivel mayorista el mes pasado fue más leve de lo que esperaban los economistas. El anuncio siguió a un informe igualmente alentador del día anterior sobre la inflación que están experimentado los consumidores estadounidenses.
Pero “la pregunta para los mercados es si las buenas noticias sobre la inflación podrán oírse por encima del ruido de la siempre cambiante historia de los aranceles”, dijo Chris Larkin, director general de comercio e inversión de E-Trade de Morgan Stanley.
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Mientras tanto, un informe independiente afirmó la semana pasada que menos trabajadores estadounidenses solicitaron prestaciones por desempleo de lo que esperaban los economistas. Es la última señal de que el mercado laboral sigue siendo relativamente sólido en general. Si eso puede continuar, podría permitir a los consumidores estadounidenses seguir gastando, y ese es el principal motor de la economía.
En Wall Street, algunas acciones relacionadas con el sector de la inteligencia artificial (IA, en inglés) volvieron a caer y lastraron los índices bursátiles. Palantir Technologies, que ofrece una plataforma de IA a sus clientes, se hundió un 4.8 %. Super Micro Computer, que fabrica servidores, perdió un 8%. Nvidia osciló entre ganancias y pérdidas antes de terminar casi sin cambios.
Estas acciones han estado sometidas a la mayor presión en la reciente ola de ventas del mercado de valores estadounidense después de que los críticos dijeran que sus precios se dispararon demasiado en el frenesí en torno a la IA.
Otras áreas del mercado que también habían sido beneficiadas por el gran impulso anterior han visto cómo su fortuna ha cambiado drásticamente. Tesla, de Elon Musk, cayó un 3% tras una inusual ganancia consecutiva, y ha bajado más de un 40% en lo que va de 2025.
American Eagle Outfitters cayó un 4.1% después de que el minorista dijera que “una demanda menos sólida y un clima más frío” han frenado su rendimiento recientemente. Preveía una caída de los ingresos para el próximo año, aunque también presentó un informe de beneficios más sólido para el último trimestre de lo que esperaban los analistas.
En el lado ganador de Wall Street se encontraba Intel, que subió un 14.6 % tras nombrar a Lip-Bu Tan, antiguo miembro de la junta directiva y veterano de la industria de los semiconductores, como su consejero delegado. Tan, de 65 años, asumirá el cargo la próxima semana, más de tres meses después de que el anterior presidente ejecutivo de Intel, Pat Gelsinger, se retirara abruptamente en medio de una recesión cada vez más profunda en el otrora dominante fabricante de semiconductores.
En total, el S&P 500 perdió 77.78 puntos hasta situarse en 5521.52. El Dow Jones cayó 537.36 hasta 40,813.57, y el Nasdaq Composite se hundió 345.44 hasta 17,303.01.
