Los últimos avances en torno al sistema nervioso central, que podrían hacer posible la manipulación de la conciencia humana, los nuevos horizontes de comprensión de la mente y la importancia de regular los «neuroderechos» a través de la filosofía práctica el control de nuestras decisiones se encuentran entre los puntos clave abordados
El Sistema Nervioso Central dota de singularidad a la especie humana y le confiere características especiales, que permiten a sus miembros cuestionarse a sí mismos y todas las demás cosas. A pesar de su importancia, el conocimiento de la estructura y funcionamiento del sistema nervioso ha permanecido hasta muy recientemente sumido en el misterio. Los avances de las últimas décadas están permitiendo no solo conocer su funcionamiento, sino también posibilitar el acceso y la manipulación de la conciencia de los seres humanos. Esto plantea, además de problemas científicos, otros de carácter jurídico y ético. Así lo han manifestado los expertos en Derecho, Medicina o Filosofía reunidos en el XXVI Ateneo de Bioética de la Fundación de Ciencias de la Salud que este año se ha celebrado bajo el título Neuroética y Neuroderecho en la sede de la Fundación Paideia Galiza en A Coruña.
El objetivo de la reunión ha sido servir de lugar de encuentro, interacción y diálogo entre personas con especial formación en ética y bioética, en esta ocasión para analizar el estado actual de las neurociencias y llevar a cabo una reflexión conjunta sobre las cuestiones jurídicas y éticas que esos avances suscitan.
José Antonio Seoane, miembro del patronato de la Fundación Paideia Galiza y catedrático de Filosofía del Derecho de la Universidade da Coruña, se ha encargado de inaugurar el acto. Por su parte, Diego Gracia, presidente de la Fundación de Ciencias de la Salud, ha explicado: «Los avances científicos, como los que se están viviendo en torno al sistema nervioso central, siempre generan problemas éticos, porque no todo lo que se puede hacer técnicamente ha de considerarse sin más correcto o bueno. No todo lo que se puede, se debe. De ahí que los progresos técnicos tengan que analizarse siempre en sus dimensiones ética y jurídica».
Avances en el estudio del Sistema Nervioso Central
La primera mesa de esta XXVI edición del Ateneo de Bioética moderada por Javier Cudeiro, catedrático de Fisiología de la Universidade da Coruña ha profundizado sobre la Neuorociencia. Esta mesa ha contado con la participación de Rafael Yuste, catedrático de Ciencias Biológicas y director del Centro de Neurotecnología de la Universidad de Columbia de EE.UU e impulsor de la iniciativa Brain Activity Map, cuyo objetivo es conseguir, en el plazo de varias décadas, desentrañar el funcionamiento del sistema nervioso.
Saúl Martínez-Horta, neuropsicólogo adjunto del Servicio de Neurología de la Fundación Gestión Sanitaria del Hospital de la Santa Creu y Sant Pau de Barcelona, ha sido otro de los ponentes de este diálogo. En su intervención, ha afirmado: «El conocimiento del funcionamiento del Sistema Nervioso Central (SNC) ha evolucionado en una infinidad de direcciones a lo largo de los últimos años, aportando nuevos modelos y nuevas formas de comprender aquello que acontece en la normalidad y lo que define y caracteriza a la patología».
Y puntualiza: «De entre todos los avances, esta última década ha supuesto un profundo progreso en nuestra comprensión del sistema nervioso como un sistema modular interconectado a través de una compleja y dinámica arquitectura de redes estructurales y funcionales. Esta nueva visión del cerebro como un conectoma nos está permitiendo formular, desde un lugar distinto al tradicional, toda una serie de preguntas relativas a los procesos normales y a la patología, cuyas respuestas abren nuevos horizontes para la comprensión de la mente humana».
Neuroderechos: Implicaciones éticas y jurídicas
La segunda mesa, moderada por José Miguel Colldefors, patrono de la Fundación de Ciencias de la Salud, ha contado con las intervenciones de José Antonio Seoane y Diego Gracia, quienes han profundizado en los «neuroderechos».
José Antonio Seoane opina: «Las neurociencias y neurotecnologías mejoran nuestra comprensión del funcionamiento del sistema nervioso y el cerebro, y como tal, revelarán aspectos decisivos de nuestra personalidad y posibilitarán que nos conozcamos mejor. Estos avances científicos ofrecen expectativas de curación y mejora para algunas enfermedades, pero también la posibilidad de controlar nuestras decisiones y actos. Es decir, afectan a valores tan relevantes como la salud, la libertad, la intimidad, la igualdad o la justicia. Por ello es importante ir más allá de la ciencia y contar con la contribución de la filosofía práctica, esto es, de la ética, la política y el derecho. En este contexto surgen los neuroderechos».