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“Todavía no me lo puedo creer. Sigo en shock. Estoy tratando de asimilarlo todo, no puedo creer lo que pasó”, explica Kaelen Tucker a ABC 13 en una tranquila entrevista, en su casa, agarrada a la mano de su madre. La velocista de la escuela secundaria Brookville (Virginia, Estados Unidos) fue, lamentablemente, protagonista de un mitin entre atletas estudiantes en el estado en el que estudia. Después de batir el récord de la pista en los 55 metros lisos, su participación en el relevo 4×200 metros dio la vuelta al mundo por un desafortunado incidente con una de sus rivales.
“Siempre lo hace, recibe más o menos atrás y va remontando”, explica Tamara Tucker, madre de la corredora. Kaelen Tucker cogió el testigo en cuarta plaza y adelantó a la tercera clasificada antes de coger la primera curva de la pista corta de Virginia. Antes de la recta principal, la de Brookville se abrió a la calle 2 para adelantar a la atleta de la escuela I.C. Norcom. Esta, frustrada por el adelantamiento, golpeó hasta el dos ocasiones la cabeza de Tucker con el testigo de aluminio en una de las acciones más surrealistas y sucias del año. Las imágenes evidencian que no es un contacto accidental.
Kaelen Tucker se salió de la pista, dolorida, y tuvo que recibir atención médica sobre la pista antes de ser trasladada al hospital. El diagnóstico fue una conmoción cerebral por la agresión y una posible fractura del cráneo. Tucker no perdió el conocimiento en ningún momento, pero el protocolo por conmociones le obligará a perderse lo poco que queda de temporada bajo techo. El equipo de I.C. Norcom fue instantáneamente descalificado por el incidente.
La familia Tucker y la escuela de Brookville reclaman ahora una disculpa pública y una explicación acerca de la agresión. La madre de la atleta agredida explica que no hubo ningún gesto de disculpa sobre la pista: “No hubo nada. Ni los entrenadores, ni la atleta. Nada. Incluso si fue un accidente, que no creo que lo haya sido: nada”.
Kaelen Tucker: “¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué no te has disculpado?”
“Nadie vino a preocuparse por mí. No han dado ninguna explicación”, dice Tucker. Su madre fue aún más rotunda con el mensaje: “Mi hija fue herida y nadie vino a preocuparse por ella. Han pasado más de 24 horas y no sabemos qué acción se va a tomar”. En la parte final de la entrevista, la víctima envía un mensaje a la agresora, el cual suscriben la familia Tucker y todos los aficionados del atletismo: “¿Por qué lo hiciste? ¿Y por qué no te has disculpado?”
Álvaro García es un estudiante de periodismo de la Universidad Complutense de Madrid cuya pasión es la comunicación y el deporte. Sobre todo la comunicación deportiva.
Se enamoró del deporte a los tres años, viendo los Juegos Olímpicos de Beijing en un hotelillo de Fuerteventura. Desde que le regalaron una máquina de escribir a los 12 años no ha parado de hacer artículos sobre todas las disciplinas deportivas que conoce. De esta forma se dio cuenta de que quería ser periodista muy temprano y decidió fundar su propia revista deportiva, Chapman. Revista en la que tratan temas relacionados con la actualidad deportiva del fútbol, baloncesto, tenis y atletismo, entre otras especialidades.
Gracias a ello ha estado acreditado en competiciones de RFEA y World Athletics, mundiales FIBA, Liga ACB, mundiales de hockey hielo, de X-Trial, partidos de rugby en el Metropolitano y muchos otros eventos que antes seguía por televisión.
Tiene la costumbre (o manía) de ir estrechando manos y presentándose a colegas y deportistas. Y es un aficionado al deporte de domingos, el de ver en el sofá y el de jugar con amigos en el primer terreno que se preste.
Actualmente lleva las redes de Runner’s World y escribe sobre actualidad del mundo del atletismo los fines de semana.
