Las nuevas órdenes ejecutivas de Trump sobre migración son un retroceso devastador – United States of America

Bloquear a las personas para que no busquen asilo en los EE. UU. y eliminar vías seguras y legales para la migración solo expone a las personas a mayores riesgos y explotación. Para muchas de estas personas, quedarse en casa no es una opción, y puede ser una sentencia de muerte. Buscar seguridad no es un crimen.

Entre la serie de acciones ejecutivas tomadas el 20 de enero por el presidente Donald Trump, Médicos Sin Fronteras estamos particularmente alarmados por los impactos humanitarios previstos de las medidas destinadas a excluir a solicitantes de asilo y refugiados.
Las órdenes incluyen la declaración de una emergencia nacional en la frontera sur de EE. UU., lo que efectivamente militariza la aplicación de las leyes de inmigración; “garantizar la protección de los estados contra la invasión”, invocando amenazas públicas de salud ambiguas como base para acciones policiales; la suspensión temporal de admisiones de refugiados en EE. UU.; y la reimposición de la dañina política ‘Quédate en México’, que atrapa a los solicitantes de asilo en situaciones de peligro.

Incluso antes de que se emitieran las órdenes ejecutivas, la nueva administración actuó rápidamente para cerrar la aplicación CBP One que, a pesar de sus fallas, era el único medio para solicitar asilo en la frontera sur de EE. UU. MSF hemos denunciado repetidamente los impactos perjudiciales de las políticas de disuasión y contención bajo la primera administración de Trump, así como bajo las administraciones de Biden y Obama. Una vez más, hacemos un llamamiento para desarrollar políticas de migración seguras y humanas, en línea con las obligaciones legales nacionales e internacionales.

El presidente Trump ha declarado una emergencia nacional, a pesar de que los cruces irregulares en la frontera sur de EE. UU. han disminuido a niveles mínimos históricos en los últimos meses, en parte debido a las restricciones de asilo implementadas en junio de 2024 por el expresidente Biden. Las autoridades mexicanas han estado previniendo activamente que migrantes y solicitantes de asilo lleguen a ciudades cercanas a la frontera de EE. UU. y, según informes, han detenido a más de 475.000 migrantes en el último trimestre de 2024, un aumento del 68% en comparación con el mismo periodo del año anterior, según datos gubernamentales.

En los contextos donde trabajamos, la violencia extrema, los ataques a la población civil y a la misión médica como a los hospitales y al personal sanitario, la negación de ayuda y los desplazamientos masivos amenazan las vidas de las personas. La gran mayoría de las personas desplazadas de sus hogares permanecen desplazadas internamente en su país de origen o buscan seguridad en países vecinos. Sin embargo, algunas hacen viajes extraordinariamente difíciles para buscar asilo en EE. UU. El derecho a buscar asilo es un salvavidas para las personas que huyen de la violencia y la persecución.

Declaraciones de Avril Benoît, directora ejecutiva de MSF EE. UU.:
“Estamos asistiendo al restablecimiento de algunas de las políticas de inmigración más inhumanas y perjudiciales que EE. UU. ha impuesto en los últimos años. Estas políticas ponen en peligro a decenas de miles de personas, atrapadas en condiciones desesperadas y expuestas a la violencia, la extorsión y el secuestro. Esto es un retroceso devastador.

Como proveedores de atención médica en algunos de los lugares más peligrosos del mundo, vemos y tratamos a diario a personas que buscan desesperadamente seguridad y tratan de escapar de la persecución y la violencia.

“La política ‘Quédate en México’, conocida oficialmente como los Protocolos de Protección a Migrantes (MPP, por sus siglas en inglés), dejó a los solicitantes de asilo varados en México mientras esperaban que se resolvieran sus solicitudes en EE. UU. Entre el momento en que ‘Quédate en México’ se introdujo por la primera administración Trump en 2019 y cuando el gobierno de EE. UU. dejó de inscribir nuevos participantes en 2022, más de 75.000 solicitantes de asilo fueron rechazados por los EE. UU. y enviados de regreso a enfrentar condiciones difíciles y peligrosas en México.

Estamos extremadamente preocupados por los riesgos para la salud y seguridad al reiniciar la política ‘Quédate en México’ y de invocar preocupaciones de salud pública como pretexto para militarizar la aplicación de la leyes fronterizas. Nos preocupan las medidas que efectivamente cerrarán la frontera sur de los EE. UU. a los solicitantes de asilo e infligirán daños como estrategia de disuasión. Las políticas migratorias basadas en la disuasión, la criminalización y la contención solo causan más dolor a personas vulnerables que ya han sufrido y sobrevivido a muchas crueldades.

Bloquear la solicitud de asilo en EE.UU. y eliminar vías seguras y legales para la migración solamente expone a las personas a mayores riesgos y explotación. Para muchas de estas personas, quedarse en casa no es una opción, y puede ser una sentencia de muerte.

Las consecuencias médicas y humanitarias de frenar el acceso al asilo son reales. Hemos tratado a refugiados y solicitantes de asilo con lesiones horribles causadas por torturas y abusos. También somos testigos de las graves consecuencias para la salud mental de personas que viven bajo la amenaza constante de la persecución.

Pedimos a la nueva administración Trump que respete el derecho de las personas a solicitar asilo y cree vías humanitarias para las personas que buscan protección. Buscar seguridad no es un delito”.