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Tras la sentencia, emitida en Seattle, un portavoz del Departamento de Justicia prometió que “defenderá enérgicamente” la orden ejecutiva de Trump.
El jueves, un juez federal frenó temporalmente la orden ejecutiva del presidente Donald Trump de poner fin a la ciudadanía automática para los bebés nacidos en territorio estadounidense, lo que supone el primer revés para el mandatario en su intento de trastocar las leyes de migración del país y revertir décadas de precedentes.
En una audiencia celebrada tres días después de que Trump emitiera su orden ejecutiva, un juez del Tribunal Federal de Distrito, John C. Coughenour, se puso del lado de Washington, Arizona, Illinois y Oregón, los cuatro estados que pusieron una demanda, al firmar una orden de restricción que bloquea la acción ejecutiva de Trump durante 14 días, renovable a su vencimiento. “Se trata de una orden abiertamente inconstitucional”, dijo.
“Francamente”, continuó, desafiando a los abogados del gobierno de Trump, “me cuesta entender cómo un miembro del colegio de abogados puede afirmar inequívocamente que se trata de una orden constitucional. Me deja perplejo sencillamente”.
Trump respondió horas después, diciendo a la prensa en la Casa Blanca: “Obviamente vamos a apelar”.
La orden del presidente, una de varias emitidas en las primeras horas de su presidencia para frenar la migración, tanto legal como ilegal, declaraba que los niños nacidos en Estados Unidos de inmigrantes indocumentados después del 19 de febrero ya no serían tratados como ciudadanos. La orden se aplicaría también a los bebés nacidos de madres que están en el país legalmente pero de forma temporal, como turistas, estudiantes universitarias o trabajadoras temporales, si el padre no es ciudadano de Estados Unidos.
En respuesta, 22 estados, junto con grupos activistas y futuras madres, presentaron seis demandas para detener la orden ejecutiva, argumentando que viola la 14.ª Enmienda. Los precedentes legales interpretan desde hace tiempo que la enmienda —que “todas las personas nacidas o naturalizadas en Estados Unidos, y sujetas a su jurisdicción, son ciudadanos de Estados Unidos”— se aplica a todos los bebés nacidos en EE. UU., con algunas excepciones: los hijos de diplomáticos extranjeros acreditados; los hijos de no ciudadanos nacidos en territorio estadounidense ocupado por un ejército invasor; y, durante un tiempo, los hijos de nativos americanos nacidos en reservas indígenas.
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