El comercio local vive un momento de incertidumbre en el que los pequeños negocios hacen equilibrios para sostenerse en pie y el goteo de cierres de los últimos tiempos anuncia un futuro complicado. Sin embargo, los condicionantes del mercado no solo afectan a los establecimientos de proximidad y la ciudad se adapta a los cambios que protagonizan firmas de renombre internacional.
Y es que las grandes marcas también lidian con sus circunstancias particulares. Tras el cierre de la tienda de Oysho en la calle Santander, la próxima compañía en despedirse de Burgos será la italiana Benetton.
La firma de moda se encuentra en pleno proceso de repliegue y tiene previsto cerrar sus puertas al público el próximo 20 de febrero, una vez concluya el plazo estipulado para completar el proceso de liquidación iniciado. El ERE afectará a 166 empleos en España y los cierres programados en diferentes países alcanza los 500.
Benetton tomó el relevo de la histórica tienda de moda Garden – Foto: Patricia
Este paso forma parte del movimiento global realizado por la compañía, la cual ha presentado un Expediente de Regulación de Empleo que afecta a 31 establecimientos repartidos en todo el país y cuyos efectos también alcanzarán de lleno al local ubicado a los pies de la plaza de Mío Cid.
La firma ya tuvo presencia a finales del siglo pasado en otras ubicaciones de la zona centro, como son la calle San Juan o la Plaza Mayor, antes de tomar el relevo de la histórica tienda de moda Garden. El comercio situado junto al Cid llegó a contar con un total de siete trabajadores, aunque en este momento son cuatro las personas que permanecen en su puesto en las últimas semanas de actividad de un negocio que abrió sus puertas hace 20 años en uno de los locales más cotizados de la ciudad.
Precisamente, este atractivo comercial permite a los propietarios asegurarse un rápido relevo desde el momento en el que Benetton baje la persiana por última vez. Este espacio tiene garantizado el cambio de rumbo a partir del próximo mes de marzo, impulsado por su privilegiada situación en el corazón de la ciudad y las características de un establecimiento de 300 metros cuadrados.
Las negociaciones abiertas desde hace semanas ya están avanzadas, aunque sujetas a criterios de confidencialidad en esta fase aún incipiente del cambio de guardia previsto.
Numerosos cierres. El comercio local atraviesa una situación compleja y el comienzo de 2025 confirma la corriente de cierres anunciados en las últimas semanas. Negocios históricos y centenarios, clásicos, pequeños, franquicias, grandes cadenas, en las principales vías comerciales o en lugares de referencia de los barrios… de todos los tipos y cada uno con su historia, si bien los condicionantes son compartidos. O las cuentas no salen, o no hay relevo generacional o, simplemente, las circunstancias invitan a cambiar el paso.
Es el caso de Koko Vintage, Calzados Ruiz, Dream -que cerrará sus puertas este sábado, 25 de enero-, Zoco o Varón. También la histórica confitería Alonso se despidió de los burgaleses en 2024. Su adiós modificará el mapa comercial burgalés, a la espera de un cambio de tendencia que dé un respiro al pequeño emprendedor.
Un lugar estratégico para el comercio y un punto de encuentro social
Los cambios de hábitos se suceden y forman parte de un proceso más o menos forzado por las circunstancias. En algunos casos, simplemente, se producen de manera natural y se asumen como tal.
La generación actual tiene el Teatro Principal como punto de encuentro prioritario en el centro de la ciudad, pero aquellas personas que ya no son tan jóvenes tenían como referencia esa esquina junto a la estatua del Cid que hasta el mes de febrero ocupará Benetton y que durante décadas lo hizo Garden.
En el ahora lejano año 2005 finalizó la trayectoria de aquella histórica tienda de ropa que ofreció sus servicios a lo largo de 35 años de funcionamiento. Entonces, Garden cogió el testigo de Telefónica.
El motivo de aquel cierre y el traspaso de la tienda no estuvo relacionado con ningún bajón de ventas o con los números rojos. La razón fue simple. Pablo González-Valdizán y su mujer, María Eulalia Pérez Tomé- también gerente de Garden- no tenían relevo para hacerse con la gestión del negocio tras su jubilación y la aparición de Benetton ofreció una salida. Ahora, 20 años después, el local cambiará su cartel en la fachada ubicada en la plaza que actúa como conexión fundamental entre el norte y el sur de la ciudad.