El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este miércoles el envío de 1.500 militares más a la frontera con México como parte de su lucha contra la migración ilegal y arremetió contra los programas de equidad e inclusión.
El republicano apuntó a los programas de diversidad, que ha clausurado, poniendo a sus empleados en licencia remunerada, además de ordenar a su equipo “identificar activamente y destituir a más de 1.000 personas nombradas por la administración anterior”.
En su primer día en el cargo, el presidente declaró el estado de emergencia nacional en la frontera con México.
El envío de otros 1.500 militares a la zona, anunciado este miércoles por su portavoz Karoline Leavitt, elevará su número a unos 4.000.
“Estos refuerzos serán movilizados para establecer barreras y para otras misiones en la frontera. Las primeras operaciones deberían comenzar en las próximas 24 a 48 horas”, declaró un alto cargo militar que pidió permanecer en el anonimato.
También podrían utilizarse otros medios de vigilancia e inteligencia, especialmente aéreos, añadió.
El ejército estadounidense también se movilizará para expulsar a los migrantes por vía aérea, según el secretario de Defensa interino, Robert Salesses.
El republicano de 78 años, que ha prometido una “edad de oro” para Estados Unidos, frenó la llegada de refugiados y amenazó con procesar a las autoridades locales que no deporten a los inmigrantes, aunque está por ver si países como Cuba, Nicaragua y Venezuela los aceptan y cuántos recibirán los demás.
El republicano se propone expulsar primero a aquellos con antecedentes penales.
– Ley Laken Riley –
Y el Congreso, de mayoría republicana, se lo ha facilitado, aprobando una ley que exige detener a los migrantes en situación irregular acusados de algunos delitos, incluido el robo y el hurto.
Contó con el respaldo de unos 40 demócratas.
La Ley Laken Riley lleva el nombre de una estudiante de 22 años asesinada por José Antonio Ibarra, un venezolano de 26 años en situación irregular que era buscado por robar en tiendas. Fue condenado a cadena perpetua.
La lucha contra la migración ilegal también será una prioridad para el Departamento de Estado, afirmó este miércoles el jefe de la diplomacia, Marco Rubio, quien prometió una “política exterior pragmática”.
Trump mantuvo el lunes la que fue su primera llamada telefónica con un líder extranjero desde que asumió el cargo. Habló con el príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salmán, quien prometió aumentar el comercio con Estados Unidos, según el ministerio de Relaciones Exteriores del reino.
Y Rubio, un férreo opositor al mandatario venezolano Nicolás Maduro, habló con los líderes de la oposición venezolanos Edmundo González Urrutia y María Corina Machado.
En un comunicado, al informar de la conversación, Tammy Bruce, portavoz del Departamento de Estado, calificó a González de “presidente legítimo de Venezuela”.
En cuanto a la guerra en Ucrania, otra de las muchas prioridades declaradas del magnate republicano, Trump advirtió en su red Truth Social a su homólogo ruso, Vladimir Putin, que se expone a aranceles y sanciones si no alcanza “ahora” un acuerdo para poner fin a la guerra en Ucrania.
Hasta su investidura el lunes, Trump había prometido poner fin a la guerra de Ucrania incluso antes de asumir el cargo, lo que hizo pensar que podría obligar a Kiev a hacer concesiones a Moscú.
Pero en las últimas horas parece haber endurecido el tono respecto a Putin.
Su predecesor Joe Biden le ha dejado “mucho trabajo”, se quejó Trump a Sean Hannity, de Fox News, en su primera entrevista en televisión desde que asumió el cargo.
Mientras Los Ángeles arde por los incendios forestales, también dejó entrever que podría poner fin a la ayuda federal para catástrofes y disolver la FEMA, la agencia gubernamental que gestiona los desastres. “Prefiero que los estados se ocupen de sus propios problemas”, declaró a Hannity.
Horas antes arremetió contra una obispa de Washington, Mariann Budde, que le pidió que tuviera “piedad” con los migrantes y los miembros de la comunidad LGTBQ.
En Truth Social, el republicano la llamó “pseudoobispa” y pidió que ella y su iglesia se disculpen.
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