Lewis Hamilton ya ha iniciado su andadura como piloto de Ferrari. El británico visitó este lunes, 20 de enero, la fábrica de Maranello en el día de su ‘presentación’ oficial. Una jornada que ha dejado varias curiosidades y algún que otro error garrafal.
“Hay algunos días que sabes que recordarás para siempre, y hoy, el primero como piloto de Ferrari, es uno de esos días. He tenido la suerte de lograr cosas en mi carrera que nunca creí posibles, pero una parte de mí siempre se ha aferrado a ese sueño de correr de rojo. No podría estar más feliz de hacer realidad ese sueño hoy”, expresó Hamilton en sus primeras palabras como miembro de la Scuderia. No fue un discurso oficial, pero sí lo suficientemente emotivo como para elevar las expectativas de cara a la relación que empieza este 2025.
Todos los ojos estaban puestos en la sede de la Scuderia. Las imágenes se hicieron esperar casi un año desde que Ferrari anunció el fichaje de Hamilton el 1 de febrero de 2024. Desde entonces, ha sido mucha la expectación generada y, sobre todo, el gran atractivo estaba en ver, en primera plana, el primer día del heptacampeón en la que ya es su nueva casa.
Aunque es un ‘recién llegado’, Hamilton se apoyó en rostros conocidos. De hecho, se le pudo ver posando con Fred Vasseur, jefe de equipo, con quien volvió a coincidir –de forma oficial– 19 años después de su colaboración en ART Grand Prix, el equipo que era propiedad del manager de Ferrari y Nicolas Todt, en las categorías inferiores. También aprovechó la ocasión para saludar a toda la gente de la fábrica y de los diferentes departamentos.
Es de sobra conocido que Hamilton está aprendiendo italiano. Un camino largo que lo aleja del inglés al que estaba acostumbrado en Brackley. Sin embargo, en un equipo con las singularidades de Ferrari, era casi imprescindible que pudiera desenvolverse en el idioma natal de la Scuderia. Y parece que esos meses de estudio han dado sus frutos. En su primer día, intentó expresarse en italiano con los aficionados que se congregaron a las puertas de la factoría para darle la bienvenida.
LA FOTO OFICIAL
La imagen de Lewis Hamilton posando a las puertas de la Casa de Enzo Ferrari ha entrado directamente en los libros de historia, pero también tiene significados ocultos muy interesantes. El lugar elegido fue la Plaza Michael Schumacher, único piloto con siete títulos. Esa fue una de las dos referencias que se pueden apreciar como homenaje al heptacampeón y como simbología de los siete campeonatos que ha conseguido.
El segundo detalle está un poco más escondido: son siete las ventanas abiertas en la casa –tiene 14 en total–. Pero hay otra cosa a tener en cuenta: las ventanas son siete, sí, pero también está la puerta. ¿Una puerta al octavo título? Ese es el objetivo principal que tienen tanto Ferrari como el propio Lewis Hamilton. Por eso empezaron esta unión, para que consiga alzarse como el piloto con más campeonatos vestido de rojo, lo que también devolvería al equipo a lo más alto.
Por otra parte, el posado se hizo con un Ferrari F40 Rosso Corsa, el último coche supervisado por Enzo Ferrari antes de morir. No tiene grandes lujos en su interior, pero sí una misión fundamental: ser el coche más rápido, potente y radical del mundo. Es pionero en el uso de fibra de carbono y kevlar, con dos depósitos de combustible que debían reemplazarse cada diez años. Además, hay un guiño accidental: el motor V8 con el que Hamilton ganó su primer título.
UN ERROR GARRAFAL
Ningún detalle se dejó al azar en un día tan importante para Maranello. El coche era perfecto para la ocasión, y la ropa de Hamilton también. Fue toda una declaración de intenciones –y de estilo– que deja claro el respeto que siente por el equipo. El heptacampeón suele usar prendas de corte arriesgado, algo que siempre le ha caracterizado, pero en esta ocasión se decantó por un estilo clásico y elegante que evoca a la tradición: un dos piezas a medida y una blazer cruzada con solapa ancha. Muy formal –más que un traje al uso–, con camisa blanca de cuello inglés y corbata negra fina. Zapatos negros de charol y un abrigo tres cuartos.
Llama la atención que no hubo ningún elemento rojo clave –en su presentación, Michael Schumacher vistió una camisa azul, con traje simple… pero una corbata roja–. Aunque sí hubo un guiño al color diferencial de Ferrari: la suela de los zapatos.
Esa muestra de elegancia y estilo por parte de Hamilton dejó en evidencia sus intenciones: él también quiere adaptarse al estilo Ferrari y no pretende que sea sólo el equipo quien se adapte a él. Hasta ahí, correcto. Pero hubo un error garrafal, algo que desde la Scuderia querían evitar, pero que finalmente tuvo como protagonista a John Elkann, quien apareció con zapatillas Adidas –sí, el nuevo patrocinador de Mercedes–.
El ya exequipo de Lewis Hamilton anunció hace unas semanas su colaboración con la marca de ropa deportiva. Una ‘patinada’ por parte de Elkann porque, además, hay una historia entre medias. Adi Dassler –creador de Adidas– era hermano y enemigo de Rudolf Dassler –fundador de Puma–. Esta última firma es patrocinadora personal de Hamilton y tiene pensado lanzar una colección especial de ropa de la Scuderia este mismo año, inspirada en el singular estilo del heptacampeón.
