En teoría, aumentar el número de monedas en circulación y realizar grandes ventas individuales ejerce una presión a la baja sobre el precio, aumentando la oferta sin que cambie la demanda. A medida que las organizaciones de Trump se enriquecen con la venta de fichas, otros inversores (al menos algunos de los cuales son presumiblemente partidarios acérrimos de Trump) pueden sufrir una caída en el valor de sus monedas.
En este sentido, afirma Jacob Silverman, coautor de Easy Money: Cryptocurrency, Casino Capitalism, and the Golden Age of Fraud (Dinero fácil: criptomoneda, capitalismo de casino y la edad de oro del fraude), la configuración de la moneda TRUMP parece tener algunos de los rasgos distintivos de un “bombeo y descarga clásico de memecoin”, una maniobra mediante la cual un emisor mantiene grandes cantidades de su moneda, promociona el proyecto y luego cobra sus tenencias, devaluando la moneda y provocando enormes pérdidas a otros inversores.”Cuando hay una distribución interna del 80%, el riesgo de que se vierta al público o de que se produzca algún tipo de venta masiva es enorme. Es una enorme señal de alarma”, alega Silverman. “Por desgracia, algunos pobres desgraciados van a quedar empapados”. (Los “pump-and-dumps” ocupan una especie de zona gris legal, dicen los expertos jurídicos, pero son condenados rotundamente como éticamente dudosos).
La decisión de Melania Trump de lanzar su propia memecoin parece haber asestado ya un duro golpe a los inversores de TRUMP, incluso en ausencia de un presunto pump-and-dump potencial. Tras el lanzamiento de la moneda $MELANIA, el precio del token $TRUMP cayó un 50%.
La letanía de memecoins no oficiales inspiradas en Trump (entre ellas MAGA, MAGA Hat, Doland Tremp y Super Trump) también han perdido valor. Durante el ciclo electoral de 2024, las memecoins políticas se utilizaron como medio para apostar por el resultado de las elecciones y expresar el apoyo a un candidato concreto, subiendo y bajando con los acontecimientos de la campaña. Pero el lanzamiento de $TRUMP ha diezmado inadvertidamente a los inventores que compraron monedas no oficiales como marca de su apoyo a Trump.
“No creo que esto sea apropiado para el presidente de los Estados Unidos”, dice Steven Steele, director de marketing del token MAGA, en un video publicado en X. “Esto solo parece un atroz robo de dinero”.
Tal vez más peligroso que las pérdidas financieras ocasionadas a los partidarios, la memecoin de Trump también podría actuar como un nuevo vector de soborno, afirma Silverman. Al invertir grandes sumas en una criptomoneda en la que Trump tiene un gran interés financiero, haciendo subir su precio, actores con motivaciones políticas podrían ganarse el favor del presidente sin que se produjera ningún tipo de transacción directa, alega. “Se trata de un tipo de canales de influencia que no habíamos visto antes”, indica Silverman.
El criptopresidente
El lanzamiento de una memecoin oficial de Trump es la última novedad en el coqueteo del presidente con las criptomonedas. Aunque en su primer mandato Trump rechazó el bitcoin por considerarlo una “estafa”, dio un giro de 180 grados en el período previo a las elecciones presidenciales de 2024. Mientras figuras de la industria de las criptomonedas respaldaban su presidencia y lanzaban cientos de millones de dólares en donaciones a súper comités de acción política pro criptomonedas, Trump comenzó a lanzarse como el “criptopresidente”.
En julio, hablando ante miles de bitcoiners en una conferencia en Nashville, Tennessee, Trump prometió convertir a EE UU en la “capital criptográfica del planeta” y establecer una “reserva nacional de bitcoin” si era reelegido. Luego, en septiembre, la familia Trump ayudó a lanzar un nuevo negocio de criptomonedas, World Liberty Financial, que lanzaron como una forma de “hacer las finanzas grandes de nuevo.” (Sigue sin estar claro qué servicios proporcionará World Liberty Financial).
World Liberty Financial fue recibida con escepticismo por algunos miembros de la industria de las criptomonedas, a quienes preocupaba que el proyecto pudiera provocar pérdidas entre los inversores y causar daños duraderos a la reputación en caso de que fracasara. La misma lógica se aplica a la memecoin TRUMP. “Si esto le explota en la cara a mucha gente, será muy malo, porque la atención de los medios será negativa”, alerta Bendiksen.
Sin embargo, a pesar de todas las consecuencias potenciales, hay poco que impida a Trump probar los límites de lo que es aceptable con cripto, dice Silverman, como otros han hecho antes que él. En particular, mientras se prepara para revisar la SEC, el regulador financiero que persiguió con más energía a la criptoindustria bajo la administración anterior.
“En cierto modo, es un criptoempresario más”, afirma Silverman. “Da la casualidad de que es el presidente”.
Artículo originalmente publicado en WIRED. Adaptado por Mauricio Serfatty Godoy.
