Este lunes, Donald Trump regresará a la Casa Blanca. El control migratorio es una de las obsesiones del presidente electo, y en especial en la extensa frontera con el vecino mexicano.
“Vamos a cambiarle el nombre al Golfo de México. Ahora se llamará Golfo de America”, decía Donald Trump hace algunos días. No sería la primera, ni la última vez que se refería a su vecino, con quien comparte frontera, pero diferendos como la migración.
“Ciertamente tenemos antecedentes, durante su primer mandato, como para saber que Trump tiene una manera muy transaccional de ver la relación bilateral entre Estados Unidos y México. Ya sabemos que los temas centrales para él serán el control migratorio y que México bloquee el paso a las personas migrantes”, explicó a RFI Stephanie Brewer, la directora para México de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA).
La experta recordó así mismo que otro tema prioritario es el flujo de las drogas, y en particular, el fentanilo. “Con mucha preocupación hemos visto acciones militares de Estados Unidos en México. Y en el tema del comercio, ya hemos visto amenazas de nuevos aranceles. Así que sí es un momento tenso”, agregó Brewer.
México es el segundo socio comercial de Estados Unidos, exportándole unos 362 mil millones de dólares. Pero también es paso obligado de los migrantes que buscan entrar ilegalmente por sus fronteras. Trump también los acusa de ser la puerta de entrada del fentanilo, la droga que gangrena a los jóvenes estadounidenses. En ese contexto, ¿las amenazas del nuevo inquilino de la Casa Blanca pueden hacerse realidad?