“La diplomacia no puede resolver todos los problemas, pero puede ayudar a evitar que los problemas se conviertan en conflictos”. Con esta frase del exsecretario de Estado de Estados Unidos, Henry Kissinger, Cruz Sánchez de Lara, vicepresidenta ejecutiva de EL ESPAÑOL, y Charo Izquierdo, directora de Enclave ODS, empiezan el nuevo episodio de Arréglate que nos vamos, que tiene como protagonista a la directora de la Fundación Carolina, Erika Rodríguez Pinzón.
Pinzón, reputada socióloga, es también experta en relaciones internacionales, con una carrera muy centrada en América Latina, en el desarrollo sostenible y en las políticas públicas. Además, ha sido asesora del exvicepresidente de la Comisión Europea, Josep Borrell, y miembro del Adrienne Arsht Latin America Center.
Hoy, en Arréglate que nos vamos, Erika Rodríguez Pinzón habla del trabajo de la Fundación Carolina. Aborda la cuestión del liderazgo, las relaciones de cooperación existentes entre España y América Latina, y los desafíos que enfrentan estos países en términos de desarrollo y protección social en comparación con el Estado de bienestar español.
Esteban Palazuelos
La importancia de la fundación
En palabras de la propia Erika Rodríguez Pinzón, colombiana de nacimiento, la Fundación Carolina es “más conocida en América Latina que en España”. Pero aun así, su importancia para nuestro país es “clave”.
Su misión es la de establecer relaciones entre el Estado español y los países latinos, ofreciendo becas de máster, doctorado y estancias de investigación para que personas latinas vengan a España con una oportunidad única. “Nos dedicamos a cambiar vidas”, afirma.
“También hacemos investigación sobre América Latina, con las relaciones entre la Unión Europea y América Latina y dirigimos programas de liderazgo público que hacen que personas que tienen relevancia o con una trayectoria prometedora, vengan a conocer cómo son las instituciones españolas, cómo funciona el sistema, como es nuestra democracia, nuestra sociedad… y cuál es el aporte que hacen también las empresas al desarrollo. Digamos que, nosotros, acercamos Latinoamérica a España“, explica Pinzón.
Cruz Sánchez de Lara, Erika Rodríguez Pinzón y Charo Izquierdo. Esteban Palazuelos
Ante la atenta mirada de la vicepresidenta de EL ESPAÑOL, Cruz Sánchez de Lara, y la directora de Enclave ODS, Charo Izquierdo, Pinzón vuelve a recalcar el hecho de que, a pesar de ser “patrimonio español”, esta institución apenas se conoce entre nuestras fronteras. “Y además quien la preside es, nada más y nada menos, que su majestad Felipe VI“, atina a añadir Izquierdo.
Esteban Palazuelos
‘Top 100’ y liderazgo
Aparte de su dilatada carrera como profesional, Pinzón es una de ‘Las Top 100 Mujeres Líderes’ nombradas anualmente por este diario, seleccionada el pasado año. “Es una comunidad que valoro bastante y que además me ha servido muchísimo. Es como una pequeña hermandad, así que muchísimas gracias por esta oportunidad”, expresa agradecida.
Como una de las mujeres líderes en el mundo, Erika Rodríguez Pinzón habla de lo que, para ella, puede calificarse como liderazgo. “El liderazgo no es el ejercicio del poder, sino la gestión de la dirección de personas y de recursos para crear vínculos y redes que sean estables y sostenibles”, comienza explicando la socióloga.
“No lo veo muy alejado del trabajo que nosotros hacemos en desarrollo. Un liderazgo positivo es aquel en el que hay espacio para todos. Hay un liderazgo que es generoso, que cuida. Yo creo que el cuidado es una palabra fundamental asociada a los liderazgos. No se puede construir sobre el poder, sobre cosas banales. Tiene que tener bases sólidas, especialmente en las instituciones. Si tú quieres que una institución funcione bien, tienes que construir una base de comunidad, de buena gestión de las tareas, de distribución del trabajo… pero también de que las personas y toda la estructura estén cómoda”, completa.
El poder de la mujer latina
“Cuando fui a Colombia, descubrí a unas mujeres súper formadas, valientes, con mucha capacidad de liderazgo. Es como si se hubieran hecho a partir de un molde especial”, comparte la directora de Enclave ODS, Charo Izquierdo.
Pinzón, en respuesta, quiere destacar ya no sólo el valor de las mujeres colombianas, sino de las mujeres latinas en general. “Las colombianas han sido especialmente activas en sus procesos de paz. También frente a las fases de reparación histórica, velando por las víctimas del conflicto armado. Las madres de Soacha son muy famosas en Colombia, siguen buscando a sus hijos desaparecidos. Digamos que las mujeres sí han sido muy potentes y han formado parte de un proceso político muy importante, pero también es un país donde hay mujeres en liderazgos relevantes”, explica.
Arréglate que nos vamos con Erika Rodríguez Pinzón Esteban Palazuelos
“Sin embargo, no son solo las de Colombia. El movimiento de mujeres en Argentina también ha sido muy valiente, las de Costa Rica, y las chilenas son impresionantes. Costa Rica es el país donde he encontrado más mujeres líderes, en política y activas. Chile ha tenido expresidentas potentísimas. Es decir, en América Latina hay un movimiento de mujeres en general muy potente y eso es parte de la sociedad civil. Parte de esos valores de los que hablábamos, de que de la mujer ha sido reconocida y ha jugado un papel fundamental en cambiar la sociedad”, completa Pinzón.
El fin de la guerra
A modo de despedida, la vicepresidenta de EL ESPAÑOL, Cruz Sánchez de Lara, lanza una gran y contundente pregunta: “¿Existe la solución para acabar con las guerras?”. La respuesta de Pinzón no tarda en ser escuchada. “No”, contesta con decisión.
“Las diferencias y los conflictos no se van a acabar. Lo que hay que hacer es gestionarlos. Esa es la diferencia. El combate es inherente al sistema social. Por ejemplo, si yo estoy sentada aquí, no te puedes sentar tú. Todo nuestro espacio social es conflictivo. Entonces, ¿qué es lo que hacen las normas y la sociedad? Gestionar el conflicto. Lo que tenemos que buscar son sistemas de gestión. Pero reconozcamos que hay actores que sí creo que actúan desde una forma egoísta, perversa, y necesitamos como controlarlos”, matiza.
Para finalizar la conversación, las tres mujeres hablan sobre la posibilidad de que, por fin, el próximo secretario General de las Naciones Unidas sea una mujer. Algo que, auguran, finalmente, sucederá. “Yo estoy en ello”, asegura Pinzón.
“Es necesario que sea una mujer“. Y sus razones son contundentes: “Primero, no somos un colectivo pequeño, somos más de la mitad de la población mundial. Y, segundo, porque Naciones Unidas necesita una reforma profunda”. Debido al momento histórico se necesita una imagen más potente y para conseguirlo afirma convencida de que “tiene que ser una mujer, ya toca”.