El pájaro Sietecolores es una de las aves más emblemáticas y deslumbrantes de América del Sur que, de acuerdo a los biólogos, se distingue por su plumaje iridiscente y multicolor que parece cambiar según el ángulo de la luz. ¡Sí, un verdadero tesoro de la naturaleza!
Su nombre científico es Tachuris Rubrigastra, proveniente de la familia Tyrannidae, que se caracteriza por su combinación única de colores azules, verdes, amarillos, naranjas, rojos, morados y negros; que lo convierten en un espectáculo visual impresionante.
Según los ornitólogos, el Sietecolores es un ave muy territorial que habita en zonas húmedas, bosques, selvas, lagos y ríos, ya que prefiere áreas fangosas al borde del agua para poder buscar insectos e invertebrados.
Su alimentación consiste en la caza de estos pequeños bichos, razón por la que podemos verlo moviéndose incansablemente de totora en totora con vuelos cortos y dando pequeños saltos. Raramente, suele emerger al borde del agua para alimentarse.
Como cuenta con una amplia distribución en Sudamérica, el Sietecolores posee un sinfín de nombres vulgares y/o comunes, tales como Junquero de Colores, el Rey, Pajarito Arcoíris, Papa-pirí, Tachurí Rey, Matraca y Reyezuelo. Todos hacen alusión a su colorido pelaje.
Además, es preciso destacar que el pájaro en cuestión es un símbolo de la riqueza y diversidad de la avifauna de la región en la que se encuentre, ya que es buscado por muchos observadores de aves y amantes de la naturaleza.
¿Qué hay de su reproducción? Ellos nidifican en la temporada de primavera-verano, entre los meses de septiembre y diciembre, formando una especie de taza con tiras de juncos secos. Este nido termina en punta en la parte inferior y está amarrado a una rama de totora.
El refugio de los Sietecolores se encuentra a unos 50-100 cm del agua y ponen de 2 a 3 huevos amarillentos que, según los especialistas en ciencias biológicas, son incubados por la pareja entre 14 y 19 días. Una vez que los pichones nacen, los padres alimentan a las crías y estas tardan unos 15 días en abandonar el nido, aunque siguen siendo alimentados por unos días más.